jueves, 24 de mayo de 2012

Servir de ejemplo




Hay un hecho poco reconocido y asimilado, pero que es real. Todos podemos llegar a ser ejemplo. Y es una lástima que no seamos conscientes de ello. Tenemos un papel mas importante en nuestro mundo del que pensamos. 

Todos tenemos virtudes y habilidades, no siempre potenciadas. Ya no solo debemos sacarle partido a todo lo bueno que esconde nuestra personalidad por nosotros/as mismos/as, sino también por el resto de personas que nos rodean. Todos y todas tenemos algo que aportar, algo que sirva de modelo para la persona que tenemos al lado. 

Desde el detalle mas pequeño puede ser de gran importancia. Desde ayudar a una persona mayor a cargar las bolsas de la compra, tirar un papel a la papelera en lugar de al suelo. Cada buen comportamiento nos hace ser mejores personas y ayuda a que los demás también lo sean. 

Para empezar, las primeras que deberían ser conscientes de su gran poder de transformación de la sociedad son las madres. Y me duele especialmente que no se mantengan al pie del cañón a la hora de educar a sus hijos e hijas, que el agotamiento pueda con ellas y no corrijan conductas indebidas en los pequeños. 

Recuerdo, cuando estaba en las prácticas, algunos ejemplos de madres que, por simple desgana, no participaban en absoluto en la educación para sus hijos. Recuerdo que, un día a la semana se realizaban talleres para el crecimiento personal de las mujeres y sus hijos. Uno de esos talleres consistía en psicomotricidad. Mientras se explicaba el taller, mostrando varios ejercicios, habían madres que, en lugar de atender y participar, se quedaron sentadas pendientes del móvil, ignorando todo lo demás. Se les explicó por activa y por pasiva los beneficios de tales ejercicios, pero parecía que no lo valoraban. 

Recuerdo también que, esa misma mujer, traía el almuerzo particular de su hijo, mientras que el resto de niños comían de lo que se compraba en la fundación. Marcaba, consciente o inconscientemente, una diferencia entre su niño y los demás de la guardería. Consecuencia de todo ello fue el convertir al niño en un pequeño poco participativo e involucrado en el juego, que tenía algunos problemas para realizar ejercicios físicos de la misma manera que sus compañeros y compañeras. 

Pero mas grave aun era el caso de otra mujer. Era una muchacha aún bastante joven, con una niña de unos 4 años. La mujer procedía de Marruecos, pero ya llevaba varios años en España. Años en los cuales no había sido autónoma en ningún momento, siempre había dependido de organizaciones sin ánimo de lucro para sobrevivir. Pero la mujer sí había aprendido una cosa: llevarse a la niña consigo a la hora de pedir una ayuda, le daba mucha ventaja, al menor se le debe proteger. Resultado: una niña emocionalmente destrozada, con carita de miedo y con mucha necesidad de amor. 

Cada una de estas mujeres se dejó llevar por su apatía y sus intereses, pasando por encima de los pequeños, dejando de ser un ejemplo para ellos. Una madre debe ser la primera en involucrarse en cualquier actividad para motivarlo a que sus hijos la hagan. Una madre debe mostrar fortaleza, debe hacer ver que puede ser capaz de luchar por sacar a su familia adelante. Ya sé dice en muchas campañas publicitarias, los niños hacen lo que ven, si lees, leerán, si haces deporte, lo harán, si comes sano, ellos también. 

Pero no solo una madre puede ser ejemplo. Hay algo que me da mucha rabia. Los jóvenes de hoy en día somos mas dejados en todos los sentidos. Cuando salimos, tendemos q ser bastante irrespetuosos. Hablamos a gritos, lo dejamos todo hecho unos zorros... 

Por ejemplo, rara es la vez que no entra un grupo de chavales a un lugar totalmente vacío y da la sensación de estar repleto de gente. Aunque uno esté frente al otro, se habla con un tono de vez demasiado elevado. 

Por no hablar de lo mal que se habla. Cada vez se utilizan mas palabrotas para expresarse, incluso para llamar cariñosamente a alguien lo insultamos (con lo bonito que es decir "te quiero"). No digo que haya que hablar de una forma tan refinada que parezca un discurso aprendido, pero creo yo que hay un punto intermedio. 

También tenemos un gran defecto. Cada vez nos creemos mas los dueños de todo. En lugar de facilitar las cosas a los demás, nos miramos el ombligo y dejamos que los demás hagan por y para nosotros. En lugar de echar una mano, parece que echemos una mano al cuello. 

Todo esto me parece grave. Ya no solo porque como sociedad vamos a peor, ya no porque cada uno de nosotros y nosotras cada vez vamos valorando menos el tipo de persona que nos gustaría llegar a ser. Me parece especialmente grave por el hecho de que solo nosotros y nosotras podemos cambiar determinadas conductas, y esas conductas las estamos realizando, en lugar de corregirlas y extinguirlas. 

En Psicología, se conoce como "generatividad" la tendencia de las personas adultas de cuidar y enseñar a las generaciones venideras. Se atribuye a la edad adulta intermedia, cuanto mas mayor, mas generatividad hay. Pero no tiene porque ser así. Una persona a la que le importe el niño que viene detrás, también tiene un alto grado de generatividad. 

El presente y el futuro son nuestros, y si queremos que algo cambie a mejor, somos nosotros/as los/as primeros/as que necesitamos fijarnos en nuestros fallos y corregirlos. Al fin y al cabo, el mundo es como un Gran Hermano a nivel macro, siempre hay alguien observando. 

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