martes, 31 de julio de 2012

El precio de los sueños




Me proclamo seguidora fiel de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Incluso cuando no entiendo el deporte o los representantes españoles no aparecen en pantalla, ahí estoy yo. Ayer por la tarde, una nadadora lituana de apenas 15 años consiguió un oro. Cuando una joven de esas edad logra llegar tan alto, uno de los primeros pensamientos que te pueden venir a la mente es: esa chica ha pasado sus primeros, únicos y últimos 15 años a remojo. 

Son muchos los y las jóvenes que saborean el éxito antes de la mayoría de edad. Viven su día a día entre entrenamientos, sesiones de gimnasio y controles médicos. Apenas conocen lo que es una discoteca o dedicar los fines de semana a ir al cine o a tomar algo con los amigos, porque su vida gira en torno al deporte o su futura profesión. 

Son muchachos/as que viven por y para sus sueños. No existe otra idea en su cabeza que conseguir lo que se han propuesto. Aunque desde fuera pueden valorarse algunas objeciones en contra. Con tan solo 15 años, ¿no estará perdiendo algo tan valioso como su infancia y adolescencia? ¿No se habrán metido demasiado pronto en un mundo adulto? 

Puede llegar a plantearse la duda de si el precio que están pagando por vivir un sueño no es excesivamente alto. Al fin y al cabo, solo se vive una vez, solo tendrán una oportunidad de ser niños/as, y es probable que tanta dedicación implique pasar al siguiente escalón, ser mayor antes de tiempo. 

Aunque, por otro lado, ¿realmente se podría considerar que estos chicos y chicas no están disfrutando de su vida? Se supone que están dedicándose a algo que les llena y que disfrutan plenamente. Quizá el significado de vivir no siempre pase por jugar cuando se es niño, experimentar cuando se es adolescente y esperar a la edad adulta para sentar la cabeza. Puede que existan alternativas. Si algo te hace feliz, tengas la edad que tengas, ¿por qué no hacerlo? Resultaría negativo si el niño o la niña en cuestión no disfrutara de lo que hace, pero ¿ si disfruta? ¿por qué no animarle a que siga ese camino? ¿acaso no estamos en este mundo, principalmente, para ser felices? 

Desde el otro lado de la barrera, vivir por y para el deporte (o cualquier profesión que implique mucha preparación, estas premisas sirven para diferentes metas de la vida) puede parecer algo realmente sacrificado. Pero puede deberse a que, quienes piensan así, no comparten los sueños de los deportistas. Por un momento, hay que plantearse qué quiero conseguir yo en esta vida. Cuál es el gran sueño que tengo. Quizá, tras esta pregunta, empecemos a darnos cuenta de que, cada uno de nosotros/as, haríamos cualquier cosa por conseguir nuestros grandes objetivos. Y posiblemente no lo viviríamos como un sacrificio, porque al fin y al cabo estamos luchando por lo que realmente queremos conseguir. A veces resulta mas sacrificado ver algo que vivirlo. 

Son gente muy joven, ¿no será demasiado pronto para vivir un sueño? Si con 15 años lo has conseguido todo, ¿luego qué haces? En muchos campos, lo normal es ir consiguiendo metas a lo largo de toda la vida, no se suele ganar un premio Nobel con tan poca edad. Parece que la lucha dura tanto como nuestra existencia. Pero, ¿ qué ocurre en estos casos? Se llega un punto en el cual solo te queda competir contigo mismo, superarte, o superar a otros que llegaron al mismo punto que tú y no tuvieron ningún escalón que subir. O quizá la escalera siga ascendiendo. Pueden haber mas vías para continuar el camino. Llegará un día en que se deje la competición, en que ya no se quiera ser deportista. Pero quizá sea también una gran meta a conseguir ser entrenador de futuras estrellas, u ostentar un importante cargo dentro de los diferentes organismos dedicados al deporte para poder mejorar día tras día el mundo de las competiciones. Además, hay que tener en cuenta que la vida de un deportista es muy corta, si no se consigue lo propuesto siendo joven, ¿cuando? 

Es sí, hay que saber prevenir antes de curar. Hay que tener en cuenta que a los 30 o 35 años, esa persona puede querer colgar la toalla. Y algo habrá que hacer hasta la vejez. La vida deportiva siempre es bueno acompañarla de formación, aunque también esté relacionada con el deporte. Pero hay que asegurar un buen futuro para las futuras estrellas. Queremos que sean estrellas, no estrellados. Y no todas las estrellas acaban cobrando millones que les aseguran el porvenir. 

Aunque desde fuera, el mundo del deporte pueda parecer exagerado, peor es no hacer nada. Eso es un verdadero crimen. Y hay montones de jóvenes sin rumbo hoy en día. Se levantan por la mañana sin saber que hacer con ellos mismos. Podrán tener todo el tiempo del mundo para salir, conocer gente...pero, ¿realmente están viviendo? ¿ están exprimiendo cada segundo de su vida como si fuera el último? 

Cuando algo deja de apasionarte, deja de valer la pena. Y aunque para muchos algo suponga un enorme esfuerzo, para otros, eso es vivir. Hagamos lo que hagamos, que sea por nuestra felicidad. Esa es la gran meta que debemos perseguir todos: ser felices. 

jueves, 26 de julio de 2012

La ciencia en entredicho




El mundo en el que vivimos cambia cada día. La ciencia avanza a pasos agigantados. Un siglo tras otro, se nos van revelando nuevos descubrimientos que cambian totalmente nuestras vidas. El progreso científico es imposible de frenar. 

Pero a veces pongo en duda la fiabilidad de lo que se descubre. Como estudiante de lo social, ciencia considerada inexacta, me surgen mil y un factores que podrían variar los resultados que, a día de hoy, todos consideramos innegables. 

En Trabajo Social estudiamos a un señor llamado Bronfenbrenner. Es el padre de las teorías principales que utilizamos en nuestra disciplina. Lo que dijo en su día fue que a los individuos nos influye absolutamente todo. Quienes nos rodean, quienes rodean a los que nos rodean, la edad, el momento histórico, las características personales...Todo, absolutamente todo, nos va formando como seres humanos. 

Cuando un nuevo descubrimiento en las ciencias exactas sale a la luz, nadie se plantea aplicar las teorías de Bronfenbrenner. Por encima de científicos, son seres humanos, también se han formado como personas a través de las influencias explicadas por Bronfenbrenner. Quizá, si indagáramos un poco mas en sus vidas, podríamos descubrir que hay algún factor que ha desembocado en lo recientemente descubierto. 

Todo científico crece dentro de una familia. Y la familia es quien te educa, principalmente. Tras la educación recibida, hay una herencia de valores. ¿Quién nos asegura que, todos esos valores transmitidos de padres a hijos no ha provocado un determinado hallazgo científico?  Si por ejemplo, me hacen creer que los hombres blancos son mas inteligentes que los hombres negros o asiáticos, dad por hecho que dedicaré todas mis energías en llevarme el gato al agua. 

He ahí una segunda cuestión que se me viene a la cabeza. Dentro de las investigaciones hay demasiados sesgos. Los científicos deben acotar su margen de actuación. No pueden recorrer el mundo entero aplicando sus teorías para asegurarse de que son infalibles. Siempre hay un sector de población, o alguna especie animal o vegetal que se escapa de someterse a investigación. ¿Cómo sabemos entonces que es universalmente fiable? 

Los científicos también viven en momentos históricos determinados. No podemos comparar el mundo de hace 200 años con el mundo en el que vivimos actualmente. Las nuevas tecnologías han evolucionado enormemente. Muchos de los científicos mas importantes de la historia se las tuvieron que ver con material muy rudimentario. Estoy convencida de que, conforme vayamos progresando en material para la investigación, unos descubrimientos irán tumbando a otros mas antiguos. 

Pero no solo hay que tener en cuenta el momento histórico. Basta con basarse en el momento vital personal del científico. Si a cada uno de nosotros nos afecta una disputa, una pérdida, si cada logro nos hace querer hacer mas, ¿por qué no considerar un proceso vital similar en los científicos? Todos pasamos por días en el que nos abandonamos, no nos molestamos en hacer nuestro trabajo lo mejor que sabemos. La vida es una montaña rusa, atracción en la que vamos todos subidos. 

Creo que no hay nada universal. No existe lo irrevocable. La especie humana es demasiado compleja como para estar capacitada para la perfección. El mundo cambia, crece, evoluciona, y nosotros con él. Quizá me equivoque, quizá haya cuestiones sobre los que sea estúpido preguntarse. Quizá exista lo innegable. Pero cada día que pasa, algo nuevo surge ante los ojos de la humanidad. Algo que contradice lo descubierto anteriormente. Incluso ante un mismo fenómeno, hay voces que afirman y otras que desmienten. 

Yo me dedico a lo social, a lo reconocido como inexacto. Quizá sean las ciencias sociales aún mas cuestionables que las naturales, de hecho, seguro que lo son. Pero al menos vivo casi en la certeza de saber que, lo que descubra individualmente en un solo ser humano, me valdrá para mejorar parte de su vida. Lo social no cuenta con el valor atribuido a lo natural, pero si hablamos de calidad de vida, tanto un tipo de ciencia como el otro cobran el mismo valor. La medicina no sería nada sin personas dedicadas a encontrar curas, pero si, desde lo social, no trabajáramos en educación, en vivienda, en relaciones sociales...la vida de las personas quedaría sorda de un pie. 

Nada es incuestionable. Solo nos queda vivir en el presente y tratar de descubrir aquello que nos hace felices tan solo en el día de hoy. 

martes, 24 de julio de 2012

De naturaleza intolerante

Tratamos de vivir en un mundo cuya educación se base en valores. Paz, fraternidad, convivencia. Tolerancia. Saber aceptar al vecino tal y como es forma uno de los pilares para poder coexistir con una mínima armonía. Buscamos ser tolerantes, y rechazamos aquellas formas mas violentas e irracionales de intolerancia. 

Pero de alguna forma, no tolerar determinadas conductas nos vuelve intolerantes a nosotros mismos, aunque lo hayamos hecho en nombre de la tolerancia. Se crea así una gran paradoja: por tolerantes, nos volvemos intolerantes. 

Sería una locura afirmar que no se debe buscar la tolerancia. El mundo se convertiría en una guerra absoluta imposible de resolver. Pero quizá no habría que rechazar del todo la intolerancia. La tolerancia nos ayuda a convivir, pero al mismo tiempo, cierto punto de intolerancia nos puede servir de filtro. La intolerancia nos sirve para saber que está bien y qué está mal. 

Pero hay que saber equilibrar una cosa con la otra. La intolerancia debe servirnos para rechazar aquello que nos destruya. Aunque resulta complicado saber exactamente qué debemos rechazar. Cada ser humano de este mundo crece dentro de una cultura determinada con ideales específicos. 

Lo que es evidente es que somos intolerantes por naturaleza, por mucho que nos las demos de progresistas y modernos, siempre hay algo que, bajo ningún concepto, toleramos. La intolerancia va unida a la humanidad. La tolerancia parece que necesite ser aprendida y adquirida, requiere de un mayor esfuerzo. 

Los prejuicios. Algo que también rechazamos, algo que nos resulta intolerable. Pero son inevitables. Todos mantenemos prejuicios sobre las personas que nos rodean. No hay ser humano sobre la faz de la tierra que pueda decir sin mentir que acepta a todo el mundo. Todos, absolutamente todos, prejuzgamos a las personas antes de conocerlas. 

A diferencia de la intolerancia, con los prejuicios se debería de trabajar mas a fondo. La intolerancia puede servirnos para bien si sabemos utilizarla, puede ser como una barrera ética que nos permita saber que es lo correcto y que no. Pero en el caso de los prejuicios, podemos hacer pagar justos por pecadores. Un ejemplo: en nuestra sociedad no vamos a tolerar los asesinatos, pero no podemos determinar que la persona que pasa por nuestro lado es un posible asesino solo por su aspecto exterior, sin conocerle de nada. 

Claro está que, en el momento que sepamos que alguien ha hecho algo realmente intolerable, no vamos a mirarle con los mismos ojos. Pero en este caso, en este momento en el cual ya conocemos como es realmente esa persona, ya no deberíamos de hablar de prejuicios hacia ella, ya que juzgamos tras conocer lo sucedido. 

En nuestra sociedad, con nuestra forma de educar, metemos la intolerancia y los prejuicios en el mismo saco, no debemos ser ni intolerantes ni prejuzgar a los demás. Pero la intolerancia usada con inteligencia, puede resultar positiva. Algo que no ocurre con los prejuicios, los cuales, pueden llevarnos mas hacia el error que hacia el acierto. 

Además, son conceptos intrínseca e inevitablemente unidos. La tolerancia hacia el bien nos hace ser intolerantes con el mal. Y ser intolerables con el mal, nos hace lanzar juicios demasiado tempranos hacia aquellas personas que sentimos que realizan dichos actos intolerables, aunque no sea el caso a fin de cuentas. 

Qué complicada se vuelve entonces la educación en valores. ¿Cómo decides que deben tolerar tus hijos y qué no? ¿Cómo los educas, a continuación, para que, pese a que reconozcan aquello intolerable, no adjudiquen unas determinadas características a las personas que ven día a día y las prejuzguen? 

Pero eliminar totalmente el prejuicio quizá sea un riesgo enorme a correr. Quizá si nunca prejuzgamos, quizá si empezamos a considerar que todo el mundo puede ser buena gente, nos acaben dando gato por liebre. Entonces, quizá ande yo equivocada. Puede que incluso los prejuicios tengan algo de bueno. Pero habría que hacer lo mismo que con la intolerancia. El truco está en el equilibrio, saber hasta donde debemos desconfiar del vecino. 

Que complicada se vuelve la educación en valores. Tan ideal y buscada como difícil de conseguir. Unas cosas llevan a otras, de lo bueno pasamos a lo malo, de lo positivo a lo negativo. Quizá por ello nos resulte tan complicado crear ese mundo ideal con el que todos soñamos, porque sin el bien no existiría el mal y cada ser humano recibe una idea diferente sobre la bondad y la maldad. Será quizá por eso que, cuando buscamos la paz, acabamos sometidos en mil y una guerras. Quizá, nuestra paz, para otros sea la guerra. Quizá la paz solo se pueda dar en microespacios al alcance de aquellos que compartan las mismas ideas y la misma forma de educación. 

domingo, 15 de julio de 2012

Quítame este velo


Quítame este velo, porque solita yo no puedo

Voy dejando y escupiendo palabras, silencios y gritos de dolor en el viento y el poniente que Occidente y Oriente

12/01/2010 - Autor: Salam Adlbi - Fuente: Webislam
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Quítame este velo, porque solita yo no puedo.
Quítame este velo, porque solita yo no puedo.
Voy dejando y escupiendo palabras, silencios y gritos de dolor en el viento y el poniente que Occidente y Oriente, ambos, malinterpretadores y manipuladores de la fe, contaminan cada vez que hay un pequeño indicio de paz, amor o convivencia.
Voy dejando palabras en el viento para que alguien oiga desde LEJOS (¿de modo que los que están cerca son todos incompetentes e ineptos y la salvación solamente puede estar LEJOS = modelo occidental?) mi lamento y mi llanto ante mi impotencia de no poder hacer llegar a todos que la información y las imágenes que ofrecen ambos, Occidente y Oriente, son mentiras y calumnias.
Piso un suelo que algún día espero sea diferente (¿y por tanto igual y calcado a Occidente? ¿No hay libertad concebible si no es a su imagen y semejanza y todo lo demás es una mísera sandez?) por todos los que ya han muerto asesinados tanto por bombas lanzadas por los propios dictadores corruptos a sus propias poblaciones, como por bombas lanzadas por la/s “Estatua/s de la Libertad”…
Y si callo, lágrimas... y si hablo, lágrimas cuando paseo por la mañana, con velo o sin él, siendo inmigrante o autóctono/a, entre murmullos e insultos: “moro/a de mierda, hijo/a de puta… asesinos… terroristas… vete a tu país… no nos quitéis el trabajo… fuera de aquí”…
Y si grito, ya ni te cuento…
Y si callo, lágrimas... y si hablo, lágrimas cuando paseo por la tarde, con velo o sin él, siendo inmigrante o autóctono/a, entre miradas y rostros de rechazo y odio.
Si las miradas matasen, toda persona diferente a la “imagen y semejanza occidental” caería muerta a ambos lados de la calle…
Y si grito, ya ni te cuento…
No me quites este velo, porque quiero ver el cielo, aunque poco queda de él, tras haber sido cubierto y contaminado de humo y fuego con las armas destructivas de los electos y no tan electos presidentes sinvergüenzas y criminales de guerra. ¿Tanto desastre por “mi” bien? ¿Se precipitaron y acudieron “incondicionalmente” a “ayudarme”, ya que “yo solita no puedo”? ¿El petróleo y la zona estratégica que supone Irak para proteger a Israel, no tienen nada que ver en esto? No, no, no, por supuesto que no…todo esto es exclusivamente por “mi” bien…
No me quites este velo, porque quiero romper el silencio que me imponen injustamente los medios de comunicación al hablar en mi nombre sin pedirme permiso, despojándome así de mi libertad, obligándome a desaparecer entre imágenes manipuladas a favor del odio, la separación y la inhumanidad.
No me quites este velo, porque quiero romper el silencio, poder hablar sin miedo a que se rían de mí por mi acento, o a que me juzguen por la religión que voluntariamente profeso, o a que discriminen a mi hijo obligándole a comer cerdo en el comedor del colegio, en nombre de “la igualdad, la libertad y la fraternidad”.
¡No me quites este velo, porque no lo deseo y no quiero ser igual que tú!
¿A caso no fuiste tú quién me condenó a este destierro, tras colonizar y destruir los mal llamados países del Tercer Mundo, violándolos y dejando atrás tantos “bastardos” gobernándolos y robando las riquezas del pueblo? ¿A caso no eres tú el/la que me causas hoy este destierro, con tantas imágenes e información manipuladas, para crear muros tan infranqueables (como el construido por Israel y ahora también Egipto…) entre los que me rodean, entre los que podrían amarme y respetarme, entre ellos y yo, cuando deberíamos ser sencillamente “nosotros”?
Vivo un tiempo tan confuso y pienso que me quedo sin razones para comprenderlo, por ello te pido ayuda y sé que eres mi más sincero verdugo, tú, Occidente, junto a ti, Oriente, ambos sin escrúpulos.
“¿Por qué tengo que esconder un cuerpo, no tener un nombre, ni el más mínimo derecho?” ¿Y si lo escondo porque yo quiero? ¿Me liberas obligándome a hacer lo que tú quieres que haga? ¿Y si decido que no comparto tu forma de libertad? ¿Y si la libertad no es occidental, sino HUMANA? ¿Y si decido que ésta es mi forma de evitar reducir mi humanidad a lo que poseo y decido libremente así, ampliarla a lo que soy? La cuestión no es el velo, la cuestión es tener la libertad para quitármelo o ponérmelo.
¿Tan cerradas/os somos que no podemos asimilar que cubrirse el cuerpo es un símbolo de igualdad y libertad tan respetable como el nuestro? ¿A caso no defendemos que la mujer debe hacer lo que quiere con su cuerpo? ¿O solamente defendemos que nosotros/as hagamos lo que queramos con nuestros cuerpos y que el resto de mujeres hagan lo que “nosotras/os” queremos que hagan con los suyos? Obviamente, ellas solas no pueden elegir su propio modo de libertad… ¿verdad? Son minusválidas y menores de edad eternamente… ¿verdad?
Y si callo, lágrimas....y si hablo, lágrimas especialmente cuando me doy cuenta de la ignorancia en la que está sumergida el viejo continente; olvidó que es el continente de los “inmigrantes” por excelencia y que si África, Asia y América no lo hubieran acogido, jamás hubiera despegado ni económica ni culturalmente, o es que ¿la inmigración es solamente un derecho humano para Occidente?
Y si grito, ya ni te cuento…
Y si callo, lágrimas....y si hablo, lágrimas, lágrimas especialmente cuando escucho cancioncillas que harán que al día siguiente me miren mal en la calle, no me atiendan en la tienda del barrio y me discriminen en el trabajo…
Y si grito, ya ni te cuento…
No me quites este velo, porque quiero ver el cielo que tan “limpio” dejas, cuando lo contaminas con tus multinacionales, en las cuales haces trabajar a niños/as, dieciocho horas diarias, para que las/os nuestras/os puedan vestir marcas como las de Nike y Zara.
No me quites este velo, porque quiero ver el cielo, romper el silencio que me imponen los estereotipos y las ideas preconcebidas que me obligan a no ser, ni a estar, a no tener nombre y a vivir en un destierro, convirtiéndome en un bártulo político y barato, para cuando los políticos temen perder las elecciones y así, me usen de excusa y así les llevemos a presidentes de gobierno, como recompensa a sus mentiras, exageraciones, alarmismos y manipulaciones.
No me quites este velo, porque quiero ver el cielo, romper el silencio que me asignan por obligación la televisión, la radio y los periódicos, haciéndome vulnerable a un puñado de estereotipos viejos pero vigentes y coleando: pasiva, sumisa, dependiente, coja, estúpida, analfabeta, ciega, débil, incapaz y ahora también asesina y terrorista…
“No me quites este velo, porque sola yo no puedo”, sí, Karl Marx ha dejado huella:
“NO PUEDEN REPRESENTARSE A SÍ MISMOS, DEBEN SER REPRESENTADOS” = “QUÍTAME ESTE VELO, PORQUE YO SOLA NO PUEDO”, el mismo etnocentrismo, racismo, prepotencia de los siglos XVIII y XIX…
No me quites este velo, mejor quita el que has impuesto a todos y todas las ciudadanas de Occidente al mostrar información e imágenes manipuladas a través de los medios de comunicación. Y tú, Oriente, hazlo también con tus ciudadanos, aunque suponga que los dictadores vayan cayendo uno tras otro.
No me quites este velo, ¡NO ES ÉL QUIÉN ESTÁ MATANDO MIS SUEÑOS!... ni mis esperanzas de que algún día, pueda dar un paseo por París o Madrid sin que me miren con pena, asco, odio y miedo, de que algún día pueda pasear por las calles de Roma y Berna y me miren como a un ser humano, como a un igual.
¿“Quítame este velo porque yo sola no puedo”? Soy capaz de enfrentarme a los solados israelíes para proteger a mis hijos, emigrar en patera y no temer a la muerte en el intento, aguantar el acoso sexual del señor de la casa en la que limpio, dejar al hombre que me apaleaba atrás sin dejarle que se quede ni con mi vida, ni con mi dignidad, ni con mi fe…ni con mi fe…ni con mi fe…
¿“Quítame este velo porque yo sola no puedo”? Soy capaz de organizar y asistir a manifestaciones por los derechos humanos en general y por los de las mujeres en particular, sin temer a represalias de la policía o las detenciones posteriores, hacer huelgas de hambre, o más de cuatro trabajos a la semana, redes sociales de apoyo y auxilio a las víctimas de género, ¿pero precisamente lo único que me supera, es este “velito”? Ni la corrupción interna de los dictadores que apoyas, ni de la globalización económica que ha destruido a tres cuartas partes del mundo para el bienestar de los tuyos, ni las armas que vendes en todas partes, ni la malinterpretación y manipulación de mi fe por unos cuantos para llevar a cabo atrocidades, no, no, no, ¿mi único problema es el “velito”?
Vivo un tiempo tan confuso y pienso que me quedo sin razones para comprenderlo y me pregunto sin cesar, mientras bajo el sol y la luna lucho ¿por qué narices no entiendes que me tienes que dejar en paz y que solamente yo puedo elegir mi destino, QUIÉN ES LA/EL QUE LLEVA REALMENTE UN VELO?
...
Voy dejando palabras en el viento, como Él me enseñó y no armas y violencia como vos, para que alguien CERCANO a mí, oiga mi lamento y no lo ignore como vos, piso un suelo que algún día espero sea diferente por todos los que ya han muerto, sí, DIFERENTE, PERO NO COMO VOS.
Y si callo, lágrimas, sí, pero SOY FUERTE y si hablo, lágrimas, sí, pero SOY CAPAZ Y COMPETENTE y si callo, lágrimas, sí, pero soy DECIDIDA y si hablo, lágrimas, lágrimas, sí, pero soy VALIENTE.
No me quites este velo, porque con él perfectamente veo el cielo, rompo el silencio y hablo sin miedo.
No me quites este velo, porque ni lo deseo ni quiero ser igual que tú y vivir en un destierro de prepotencia, ignorancia y orgullo.
No me quites este velo, porque ni lo deseo ni quiero ser igual que tú sino que mi deseo y voluntad es ser yo misma ¿por qué narices no lo comprendes? No lo entiendo.
Vivo un tiempo tan confuso y pienso que me quedo sin razones para comprenderlo
¿POR QUÉ TENGO QUE EXPLICARTE POR QUÉ ESCONDO MI CUERPO, por qué tengo que soportar que abuses y manipules imágenes e informaciones dejándome sin nombre y sin el más mínimo derecho?
Y si callo, lágrimas, sí, pero soy INTRÉPIDA y si hablo, lágrimas, sí, pero soy INTELIGENTE y si callo, lágrimas, sí, pero soy OPTIMISTA Y POSITIVA y si hablo, lágrimas, lágrimas, sí, pero siempre sonriente.
No me quites este velo, porque CON ÉL PERFECTAMENTE VEO EL CIELO, rompo el silencio y hablo sin miedo.
No me quites este velo, porque ni lo deseo ni quiero ser igual que tú y vivir en un destierro de prepotencia, ignorancia y orgullo.
No me quites este velo, porque ni lo deseo ni quiero ser igual que tú sino que mi deseo y voluntad es ser yo misma y solamente como yo quiero.
Y si callo, lágrimas, sí, pero soy AUDAZ y si hablo, lágrimas, sí, pero soy ATREVIDA,
y si callo, lágrimas, sí, pero soy RISUEÑA Y RESPLANDECIENTE y si hablo, lágrimas, lágrimas, sí, pero siempre LUCHANDO Y RADIANTE.
No me quites este velo, porque con él perfectamente veo el cielo, rompo el silencio y hablo sin miedo.
No me quites este velo, PORQUE CUANDO QUIERA QUITÁRMELO TE ASEGURO QUE PERFECTAMENTE SOLA PUEDO.
No me quites este velo,
Que estás matando mis esperanzas, libertad y sueños...
¡NO ME QUITES ESTE VELO! ¡NO ME QUITES ESTE VELO!
¡NO ME QUITES ESTE VELO! ¡NO ME QUITES ESTE VELO!
Que estás matando mis esperanzas, libertad y sueños.
Posdata: además de no quitarme el velo, hazme otro favor y búscate otro cuento para llamar la atención, ganar las elecciones o vender discos.

martes, 10 de julio de 2012

Enseñar o no enseñar, esa es la cuestión



Burka, niqab, hijab. Que gran polémica. Ya son muchos los lugares que promulgan leyes en contra del uso de estas prendas. Quizá por mi cercanía al mundo del Islam, ya que tengo buenas amistades que practican la religión musulmana (quizá esta afirmación cree desconfianza en mas de un lector o lectora, pensando que me siento negativamente influenciada), tengo mi propia opinión al respecto. 

Corre por Internet una viñeta en la cual aparecen dos mujeres. Una de ellas aparece con un bikini y unas gafas de sol, la otra aparece con un niqab. Ambas se miran y juzgan a la otra. Pero pese a sus diferencias, ambas llegan a la misma conclusión. Tanto un mundo como el otro son muy machistas. 

Cuando pensamos en las mujeres musulmanas y nos las imaginamos con sus velos, enseguida llegamos a la conclusión de que deben tener un marido o un padre detrás obligándolas a vestir de esa forma determinada. No nos cabe en la cabeza que una mujer pueda decidir por si misma no mostrar su pelo, su rostro o su cuerpo. Tenemos la creencia de que la mujer tan solo es libre cuando decide enseñar su cuerpo sin complejos, no cuando decide taparlo. 

Para las mujeres musulmanas, nuestro mundo actúa exactamente igual con nosotras que como pensamos que se actúa en su mundo con ellas. Nos ven como mujeres condenadas a ser objetos sexuales ante los ojos de los hombres, bajo la palabra libertad se esconde una esclavitud puramente sexual, nos creemos libres sin serlo en absoluto, porque nos han educado para seducir y complacer a los creados en lugar de al Creador. 

Curioso es que, dos tendencias opuestas, lleguen a la misma conclusión. Y posiblemente ninguna se equivoque. Muchas mujeres musulmanas proceden de países en los cuales los derechos de la mujer son inexistentes. Deben ir cubiertas porque así lo dicen sus leyes. Y son los hombres quienes controlan que las mujeres, mas que personas sean burkas sin posibilidades. 

Pero nuestro país no se queda atrás en lo que al machismo se refiere. En España las mujeres cuentan con una serie de leyes que nos protegen, que nos ofrecen posibilidades, en eso somos alumnos aventajados y no nos podemos comparar, es indiscutible. ¿Pero hasta que punto somos respetadas realmente? Enciendes el televisor y seguimos protagonizando los anuncios de productos del hogar, seguimos sintiéndonos bien cuando los hombres nos miran, seguimos creyendo en cuentos de hadas donde somos princesas sumisas esperando a nuestro valiente príncipe. 

Las mujeres musulmanas han llegado a España. Se han igualado en derechos a nosotras. Entonces, ¿qué les hace continuar tapándose? Es su forma de entender la libertad. Para nosotras, la libertad puede ser enseñar, pero para ellas, la libertad es estar hermosas para si mismas y para Allah. Les puedes preguntar a muchas de ellas, y te responderán abiertamente que es de esa forma como se sienten libres, evitando las miradas de otros hombres, dejando que se las conozca por algo más que su silueta y sus curvas. 

La libertad no tiene sentido si se impone. Si fomentamos la libertad de la mujer a la hora de vestir, debemos hacerlo hasta las últimas consecuencias. Ser libre al vestir no significa necesariamente enseñar mas partes del cuerpo. Significa que, si me siento mejor conmigo misma enseñando, enseñaré, pero si no, soy libre para ir todo lo tapada que desee ir. 

Debemos acercar a estas mujeres de fuera nuestros derechos, para que no tengan miedo de ser dueñas absolutas de sus vidas. Pero no podemos imponer nuestra idea ideal de mujer. Una vez conocidos y reconocidos estos derechos fundamentales de toda mujer, las mujeres musulmanas deben ser libres de ser como ellas quieran, sin que nadie les obligue a ser de otra forma. 

Además, este tipo de leyes contra las vestimentas islámicas me generan muchas dudas. Si un hombre está imponiendo a su mujer o a su hija que vista con burka, ¿prohibirles deambular con él en la vía pública va a hacer que puedan quitárselo libremente? Lo dudo mucho. Tanto la mujer que lo lleva libremente como la que lo lleva por imposición (por cierto, la imposición del velo es una mala praxis del Islam, ya que solo la mujer debe decidir si ponérselo o no en demostración de su fe a Allah) no se lo quitarán, se quedarán atrincheradas en sus casas. 

Dicen que estas nuevas leyes van a tener mas controlada a este tipo de población, donde es bastante común el suicidio en nombre de su Dios. En primer lugar, me parece un argumento bastante islamofóbico. Que nuestros medios de comunicación digan que todos los musulmanes se dedican al terrorismo, no lo convierte en una realidad. Son una diminuta minoría musulmana quienes se dedican a ir bombardeando al mundo llevándose tras de si la vida de cualquiera. 

Se habla de la yihad. Pero para quienes se hayan limitado a "conocer" el Islam mediante la televisión, quiero hacer una pequeña matización. La yihad violenta, es solo la pequeña yihad. La gran yihad es la lucha del musulmán o la musulmana contra si mismo/a, por ser mejor cada día. Es más, dentro de esa gran yihad se encontraría el comunicar cualquier intento de asesinato o atentado por parte de otras personas. El Islam prohíbe terminantemente atentar contra la vida de cualquier ser vivo, personas o animales. 

Dicen que bajo los burkas se pueden esconder bombas. Bien, traslademos esto al caso español. Yo, como mujer, decido un día vestirme con ropa premamá. No estoy embarazada. ¿Quién os asegura al resto del mundo que no estoy escondiendo algo bastante mas peligroso que un bebé? Pero dudo que yo os parezca sospechosa. Aunque igual si digo que soy vasca, empezáis a temerme más, quizá formo parte de ETA, aunque claro, entre que dicha organización terrorista ha decidido dejar las armas y que soy mucho mas similar a ti que una mujer con velo, seguro que tampoco preocupa tanto que mi lengua materna sea el euskera. 

También argumentan que es una simple cuestión de identificación, para saber quien es quien. Estoy convencida de que, si se habla con estas mujeres, se encuentra la fórmula para que sean identificadas sin tener por ello que sacrificar sus prácticas religiosas. 

Pero claro, rara vez se cuenta con los afectados a la hora de crear una ley. Y volvemos al razonamiento primero. Si son mujeres sin voz ni voto por estar bajo la custodia de los hombres, ¿cómo nos vamos a asegurar que, lo que dicen, lo dicen por ellas mismas y no para satisfacerles a ellos? Mejor no preguntar, entonces. 

No tenemos que tener tanto miedo a dejar hablar a las personas, Quizá estén siendo influenciadas, pero ¿y si no? Les estaremos negando la posibilidad de luchar por sus derechos. 

Cuanta mas diferencia hay entre personas, mas miedo sin motivo hay hacia los otros. Ser musulmana no hace a una mujer ni esclava ni peligrosa. Vivir dentro de un país que te maltrata, sea como sea, te hace esclava. Formar parte de alguna organización dedicada al terrorismo te vuelve peligrosa, tenga relación o no con alguna religión. Pero seguir la religión islámica no tiene porque volverte ni esclava ni peligrosa. 

Conozco un poco el Islam. No tengo intención de unirme a esta religión, ya que tengo mis propias creencias. Pero no compartir no significa no molestarse en conocer. Y yo os animo a que conozcáis, no solo el Islam, sino toda la variedad de tendencias, religiones, etc. que nos ofrece el mundo. Que no os dé miedo. No tenéis porque uniros. Podéis incluso conocer algo y seguir siendo perspicaces al respecto. O estar en contra. Pero conocedlo primero. 

La información que nos llega no siempre es veraz. Mantened siempre un espíritu crítico. Quizá lo que yo os acabo de decir tampoco lo sea, quizá me equivoco de cabo a rabo. Por si acaso, investigad. 

viernes, 6 de julio de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Grace Murray Hopper


Ésta señora fue una científica especializada en Matemáticas y también una militar norteamericana, con grado de almirante, se considera una pionera en el mundo de la informática. 

Fue la primera programadora que utilizó el Mark I y entre las décadas de los 50s y 60s, propició la aplicación de los compiladores para el desarrollo de los lenguajes de programación y métodos de validación. Era conocida por sus amistades como la Amazing Grace.

Grace, estaba convencida de que las computadoras acabarían formando parte de la vida cotidiana más allá del ámbito científico y militar (que era el área dónde ella se desenvolvía), lo cual resultó ser una idea totalmente innovadora y visionaria en una década en la que la PC era impensable, y el internet era parte de una película de ciencia ficción.

Esta mujer desarrolló los primeros compiladores de la historia, y creó el primer lenguaje de programación de alto nivel orientado al ámbito de gestión (Flow-Matic), cuya aplicación principal era el cálculo de nóminas y que sentaría las bases del lenguaje COBOL (ese que muchos aprendieron a usar cuando "la programación estaba en pañales y se usaban computadoras de monitor monocromático, lenguaje binario y discos de 5 1/4).

Como anécdota curiosa, Grace Hopper utilizó por primera vez el término "bug" (Anglicismo que significa "error" o "fallo" en un programa o sistema), cuando descubrió uno dentro de la computadora con la que ella estaba trabajando.
En honor a Grace, se establecieron los premios "Grace Murray Hopper Awards", que se otorgan anualmente a personalidades relevantes del mundo de la computación. 
En 1992, cuando la World Wide Web despertó a un nuevo mundo, la asombrosa Grace dejó el suyo en Arlington, Virginia, a la edad de 86 años.

jueves, 5 de julio de 2012

La belleza tiene nombre de modelo femenina



Lo confieso, soy adicta. Adicta a todo programa friki sin fundamento ni contenido cultural que ponen por la tele. De vez en cuando me pongo algún reportaje (también bastante frikis), pero cuando quiero poner mis neuronas en huelga, caigo de nuevo en mi ahora confesada adicción. 

Aunque, la verdad, son programas que me acaban haciendo pensar. Incluso me da para escribir sobre ello. Por ejemplo, los programas de transformación personal. Ofrecer a las personas pasar de patitos feos a hermosos cisnes. A veces sueño despierta que soy protagonista de alguna transformación, que me ponen a dieta durante todo el verano, que sacan el lado mas hermoso de mi misma. Luego me miro al espejo, me doy cuenta que ni soy tan fea ni tengo obesidad, y vuelvo a la realidad. 

Me he fijado en dos detalles específicos de estos programas. El primero de ellos: el 99% de personas transformadas resultan ser mujeres. Somos el lado bonito de la sociedad, embellecemos el paisaje. Bueno, mejor dicho, tenemos la obligación social de hacerlo. Parece ser que lo de la "mujer florero" va mas allá de lo que se pueda pensar. Ya no somos solo la parte inútil y decorativa del hogar, que hace de bonito en la vida del hombre. Además nos toca lucir las mejores flores, que nuestra casa, o nuestro mundo en general, luzca mejor porque nosotras nos lucimos mejores. 

Las mujeres representamos la belleza, mas de lo que lo hacen los hombres, aunque a ellos también se les exija un determinado físico. Principalmente nosotras somos las que nos vemos en la obligación de invertir en ropa mejor, en mas cremas, en peluquería y en maquillaje. 

Hoy, por primera vez, he visto que transformaban a un hombre. Y ha sido inevitable pensar qué motivos le habrían llevado a presentarse a un programa de televisión que, aparentemente, no está diseñado o creado para él. Puede que realmente sea una persona que no ha encontrado trabajo en su vida por su aspecto, o que toda mujer le rechace, o quizá tiene unos problemas psicológicos tan serios como para que sea de vital importancia que un terapeuta le regale una semana de su tiempo para cambiarle la vida. 

Se utiliza a la mujer para hacer mas bonito el mundo. Y se hace de tal manera que, cuando es el hombre quien embellece, rompe todos los esquemas de los telespectadores. Son programas de un contenido machista exagerado. Alimentan la idea de que las chicas estamos en este mundo para ser bonitas, que necesitamos esa belleza exterior para triunfar, que si sacamos nuestro lado mas favorecedor por fuera, arrasaremos en la vida. Hacen que se reproduzca la falsa idea que la clave del éxito en las mujeres está en una ropa mas cara, en las manos de un buen peluquero o en el maquillaje adecuado. Da igual que tengas un gran curriculum, o que te sientas bien tal y como eres, lo fundamental es destacar por fuera. 

Segundo gran defecto de estos programas. Transforman a las personas en base a unos estándares que vete a saber quien se dedica a establecerlos. No puedes ser guapa siendo heavy, hippie o de estilo callejero. Para lucir bien, tienes que cumplir con lo que te marcan las pasarelas, lo que ponen en las revistas de moda. Tu personalidad se la pasan por el forro de la chaqueta (pero la chaqueta que sea de calidad, por favor). 

Si me gusta como soy, si me siento bien conmigo misma, si soy feliz así, ¿por qué tengo que cambiar? ¿tengo que poner por encima de mi satisfacción personal las ultimas tendencias que dicen que algo es bonito o lo demás no lo es? Tengo un piercing, tatuajes, visto diferente, no me contratan, no llamo la atención de los hombres, ¿soy yo la que debo cambiar? ¿deben reeducarme a mi? ¿o se debería reeducar a una sociedad y a un mundo que aun piensa que necesito ser una modelo de París para triunfar y poder sonreirle a la vida? 

Nos dicen que la belleza se encuentra en el interior. Nos cuentan que lo importante no es como vistes tu cuerpo, sino tu alma. Pero enciendes la televisión y te bombardean con ideas totalmente opuestas. Siguen triunfando las guapas, quiero decir, las guapas a su manera. Sigo siendo, ante los ojos del mundo, una mujer que, independientemente de mi carrera profesional, mi simpatía, mi inteligencia, mi capacidad de seducir, necesita unos cuantos arreglitos. 

Acabo de caer en un detalle. No solo son las mujeres las que acuden mayoritariamente a estos programas. Además, ninguna tiene discapacidades visibles. Una vez mas, la lucha de las mujeres sin discapacidad puede diferir de las mujeres con discapacidad. Al no ver a una mujer en silla de ruedas, con parálisis cerebral o con muletas por la televisión transformándose, ¿qué me quieren decir? ¿no puedo ser hermosa por el estado de mi cuerpo? ¿no podemos ser atractivas? ¿no lucimos igual de bien los trapos que nos pongan? 

A veces sueño despierta con transformarme, pero de golpe vuelvo al mundo real. Sin llegar a la prepotencia, me gusta como soy. Quizá me gustaría poder permitirme determinados vestidos o saber maquillarme de una determinada manera. Pero no quiero dejar de ser yo. Me creo una persona con posibilidades de éxito. No seré guapa para muchos, pero lo soy para unos pocos, lo soy para mí. Quererme a mi misma es lo que me hace sentirme una mujer exitosa. Obvio que me gusta recibir halagos de vez en cuando, pero no necesito que me piropeen ni me miren todo el día para sobrevivir. Soy hermosa, me siento hermosa, además tengo mi propia personalidad. Ir de negro con calaveras o con pantalones muy anchos no me va a hacer pensar lo contrario. Mi pelo ahora es rizado y me encanta, pero el día que decida hacerme rastas seguiré sintiéndome hermosa. Me gusta maquillarme, pero si salgo a la calle con la cara lavada, no dejaré de sentirme bien. 

Las mujeres no somos objetos decorativos. No solo somos un cuerpo. Tenemos un interior, una personalidad que hace que seamos bonitas por ser quienes somos. Tenemos capacidades, habilidades que nos hacen destacar y brillar. No somos nosotras las que necesitamos retocarnos, es el mundo el que debe cambiar 

martes, 3 de julio de 2012

Otras formas de patriotismo

No hace demasiado tiempo, esa gran mujer llamada Esperanza Aguirre, en un acto envuelto por banderas de España, se le ocurrió dar por hecho que todos aquellos jóvenes que luchan día tras día por  que se reconozcan nuestros derechos pese a correr el riesgo de ser detenidos muy injustamente, no amamos a nuestra bandera ni a nuestro país. 

Pues querida señora, tengo algo que decirle. No solo amamos a nuestra bandera y a nuestro país. Posiblemente seamos quienes mas amemos a nuestra tierra. Y le voy a explicar el porqué de mi afirmación. 

Al amar España, buscamos tener una educación pública y de calidad. Buscamos que nuestro país sea un referente, un modelo a seguir. Buscamos dejar de estar de una vez por todas a la cola de todos los rankings en lo que a materia educativa se refiere. Queremos formar a los mejores profesionales, y que una vez formado no tengan la necesidad de huir a otros lugares en busca de la supervivencia, que puedan crecer como expertos aquí si así lo desean. Amamos España, y por eso queremos la mejor educación. 

Como amamos España, luchamos por tener el mejor sistema sanitario posible. Que nuestras gentes puedan ser atendidas lo antes posible, que nuestros enfermos no tengan que esperar meses a ser tratadas de algo tan grave como un cáncer, luchamos por contar con buenos médicos y personal sanitario, con las mejores tecnologías, con todo aquello que nos ayude a aumentar nuestra calidad de vida. Amamos nuestro país, por ello deseamos que sea un lugar en el que poder investigar y hallar la cura de muchas enfermedades y dolencias. 

Amamos a nuestro país, y por ello luchamos por un buen sistema de Servicios Sociales. La pobreza es un problema con fin muy lejano, así que necesitamos que España cuente con un buen sistema que ayude a todas esas personas mas necesitadas. España debe ser un país que pueda dar de comer, que cuente con profesionales que sepan como mejorar la vida de los que mas sufren, necesitamos poder ofrecer acogida a quienes no tienen nada. Queremos ser los mejores a la hora de mejorar la vida de quienes nos rodean. 

Porque amamos a España, queremos que sea un lugar que ofrezca empleo, no paro. Queremos que nuestras gentes puedan trabajar, puedan ganarse la vida por ellas mismas, que puedan alimentar a sus familias, que puedan permitirse un techo bajo el que dormir. Luchamos y lucharemos por hacer de España un país en el que se acuda en busca de trabajo, un lugar en el que se pueda susbsistir. Rechazamos todo sistema que haga que nuestra tierra sea un lugar del que escapar del hambre y de la ruina. 

Por amor a este país, reclamamos las mejores viviendas. Tener un techo es un derecho fundamental. No queremos a ningún ciudadano en las calles, queremos que toda persona viva dignamente, que pueda contar con un hogar, que tenga un rinconcito en el que encontrar calor y cobijo. Rechazamos los desahucios, la multitud de casas y pisos vacíos fruto de la especulación. Mientras haya casas vacías, no queremos a personas bajo puentes.

Amamos a España, y queremos amar a otro países. Queremos que España sea un país que colabore en proyectos en todo el mundo, cooperar con las mas grandes potencias, que los líderes del mundo hablen de nosotros como ejemplo a seguir. Queremos que los ciudadanos de dichos países acudan aquí, amen nuestras tierras como nosotros las amamos, que se sientan como en casa, que sepan que se les va a acoger y se les va a ofrecer una oportunidad. Que nuestro hogar sea su hogar. Queremos una España abierta a la cooperación, en todos los sentidos de la palabra. 

Sentimos un amor inmenso por nuestra tierra, pero la amaríamos mas si fuera mas verde. Amaríamos mas España si tuviera mejores bosques, si contara con mas flora y mas fauna, si fuera un lugar de protección de especies en peligro. Amaríamos mas España si respiráramos aire puro y fresco mientras pudiéramos pasear por verdes prados, por los mejores jardines. 

Amamos nuestro país, y buscamos amar a nuestros gobernantes. Queremos vivir en un sistema basado en la honradez y el servicio a la población. Rechazamos la estafa, el despilfarro, las mentiras. Queremos hacer de España un país de bien, y que sus representantes sean un ejemplo de ello. 

A quienes piensan que ser patriota es creer que tu país es superior al resto del mundo. Que es colocar la bandera en la puerta de casa y llevarte la mano al pecho cada vez que suena el himno. Se relaciona incluso con actos violentos, racistas y xenófobos. En absoluto. Hay una forma mucho mas sana de ser patriota, de amar tu país, tu tierra, todo lo que hay en ella: luchando por los derechos humanos, por hacer que sea un lugar mejor. No hay forma mas hermosa de patriotismo que reinventar tu país, convertirlo en un lugar maravilloso en el que vivir. 

España es mas que fútbol, mas que deporte. España es un país realmente excepcional, al que amamos profundamente. Es un lugar que deseamos que progrese, que crezca, queremos hacer de él un lugar aún mejor si cabe. Y queremos propagar ese amor a España por todo el mundo, que las gentes de otros países también amen a España, que se animen a hacerla crecer. 

Señora Aguirre, amamos a España. Son ustedes quienes no la aman. Mientras el pueblo español lucha por sacar a España adelante, ustedes se dedican a hundirla cada vez mas. Ponerse una bandera de franjas rojas y amarillas no demuestra absolutamente nada. Si ama a España, luche por España.