jueves, 6 de diciembre de 2012

No, yo no soy feminista

Qué miedo le tiene la gente a ser identificada... Cuántas veces, al decir que estudio Igualdad de Género, la gente pregunta con cierto temor si me considero feminista, y cuando les contesto que sí, me miran como si fuera algo malo... Y cuántas personas, al ponerse a hablar del tema, lo primero que te dicen es: "No, yo no soy feminista". 

A ver, para empezar, distingamos dos conceptos. Feminismo es un movimiento que lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. No significa que, como mujer, te creas superior al hombre. Eso tiene otro nombre, se llama hembrismo, que es lo contrario al machismo. Ser feminista no significa creerse mas que nadie, muy al contrario. Significa reivindicar la igualdad. 

Ser feminista no es querer aniquilar al sector masculino de la población ni someterlo. Quienes os hablen en ese tono, negadles el feminismo, pues bajo este concepto defienden ideas totalmente contrarias a la base de la lucha feminista. Ser feminista quiere decir que yo, mujer, tengo los mismos derechos, la misma libertad, la misma dignidad y la misma necesidad de respeto que tú, hombre. No quiero ser una privilegiada ante ti, solo quiero que me dejes ser como tú, por una sencilla razón, porque tanto tú como yo somos seres humanos y merecemos el mismo trato y las mismas oportunidades. 

¿Se puede ser feminista y no coincidir con determinadas ideas del feminismo más conocido? Por supuesto. Para quienes sean legos en el tema, no solo existe el feminismo de la igualdad, el más conocido. Existe el feminismo de la igualdad, el feminismo radical, el ecofeminismo, el feminismo de la diferencia... Hay tantas formas de feminismo como tipos de mujer hay en el mundo. Por el hecho de ser mujer, no tengo porque creer que soy exactamente igual que el hombre. Puedo ser feminista y creer en las diferencias, tan solo luchar por ser igualmente tratados, con la misma dignidad, pese a no compartir la misma identidad. 

Ser feminista no tiene porque significar estar totalmente de acuerdo con la discriminación positiva. Yo, que me reconozco como feminista, muchas veces no lo estoy. Puedo incluso, bajo el paraguas del feminismo, creer que la discriminación positiva acentúa aquello que me diferencia, en lugar de ayudarme a ser una más dentro de la sociedad. Pero por pensar así, no dejo de ser lo que soy. 

Claro que no estás de acuerdo con muchas afirmaciones, claro que tienes tu propia forma de pensar. Es que tú y yo no somos la misma persona. Ambas seremos mujeres, pero tú eres tú y yo soy yo. Nadie es mujer u hombre a secas. Se es mujer, estudiante o trabajadora, inmigrante o autóctona, con o sin discapacidad, cristina, musulmana o judía... Y todo eso crea nuestro yo. Ese yo será quien nos haga pensar de una forma u otra. Y según como pienses, serás feminista de una forma o de otra. Depende de tus necesidades y tus reivindicaciones. 

Yo, mujer con discapacidad. Asisto a una manifestación del Día de la Mujer Trabajadora y veo multitud de pancartas defendiendo el derecho a no ser tratadas como máquinas de hacer bebés. Y quizá yo tenga una pancarta que reivindique mi derecho a ser madre. ¿Estoy en contra de este otro grupo de mujeres? Ni mucho menos. Pero ellas tienen una serie de necesidades no compartidas conmigo. Para ellas, la dificultad reside en no ser vistas como seres humanos puramente reproductores. Mi dificultad reside en el hecho de poder salir a la calle con una preciosa tripita de 5 meses de embarazo y que no me miren de forma alarmante. ¿Dejo de ser feminista por ello? Nada mas lejos de la realidad. 

Tú, hombre o mujer, que te consideras igual, de una forma u otra a tu sexo opuesto, eres feminista. Ya sé que no coincides en muchas cosas, pero lo eres. Si en el fondo sientes que tenemos los mismos derechos y obligaciones, que merecemos las mismas oportunidades, el mismo trato digno, eres feminista. No te asustes, no es nada malo, pues no te sientes por encima de quienes te rodean. 
Solo quieres ser igual. 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vergüenza robar

"Vergüenza robar". Eso pone en su cartel. Un hombre, sobre un trozo de cartón, apoyado sobre una pared, pide limosna con un vaso de plástico del restaurante de comida rápida mas cercano. Dos metros mas adelante, otro hombre, sobre unos cartones algo mas grandes, duerme bajo una manta sucia y raída. Y así toda la avenida. Y la siguiente. Y la otra. 

Bienvenidos al centro, a la zona rica de la ciudad, donde los pobres se cuentan por decenas. Y donde la gente pasa frente a ellos, sin mostrar un mínimo de compasión. Incluso parecen huir de la escena. Es demasiado doloroso como para mirar. Resulta mas atractivo un escaparate con bolsos de cientos de euros. 

Nadie se para a observarles. Resultaría demasiado vergonzante. Consentir que nuestro sistema deje que montones de personas vivan en las calles, con el frío que hace. No. Mejor dejar eso de la vergüenza para los pobres. Si, son ellos lo que viven avergonzados. Tras sus cartones escritos como se ha podido o colocando sus rostros sobre sus rodillas, suplican alimento. Vergüenza robar. Vergüenza pedir. ¿Cuando se convirtió en delito pasar hambre? Vergüenza debería darnos a los demás ser ajenos a su dolor. 

Mas atrás, un hombre de avanzada edad tropieza y cae. Ocurre ante una iglesia. Nadie para a ayudarle. El hombre, sujetándose de los escalones que dan al edificio,trata de incorporarse. Finalmente, una mujer conocida se da cuenta y acude en su ayuda. 

¿En qué clase de sociedad, de mundo, vivimos? ¿Tanto cuesta ayudar a quienes nos necesitan? Nos las damos de generosos comprando las tarjetas de tal ONG, colaborando con el calendario solidario de esta otra asociación, vamos a nuestros respectivos templos religiosos. Y luego, un hombre cae y nadie le ayuda. Un hombre pide y ni siquiera se le mira. 

No, si yo tengo pensado colaborar con el Tercer Mundo. ¿Tercer Mundo? Tienes el Cuarto Mundo en tu misma calle y ni se te ocurre comprar algo de comer o una manta para no pasar frío. ¿Tanto nos cuesta? Poniéndonos en posición tacaña, ¿cuánto puede costar una bebida caliente? ¿Se nos va el mes si, en un momento dado, la compramos?

Son costes que nos deberían ni valorarse. No hay precio mas caro que vivir en una sociedad que permite que un pobre hombre, padre de familia, se vea en la calle, privado de alimento, de calor, de algo que ofrecerle a sus hijos. 

No es justo. Y no solo lo digo por el hecho de que se vea pidiendo en la calle. Hablo de que además lo haga sintiendo que está haciendo algo malo. Cuando la maldad reside en el corazón del que no acude en su ayuda. Los malos somos nosotros, no ellos. 

Y estoy convencida de que, quien lea esto, momentáneamente pensará "pues es verdad". Igual que lo pensamos cuando vemos anuncios en televisión sobre África, sobre catástrofes naturales que destrozan vidas y vidas. Pero, ese sentimiento, ¿cuánto nos va a durar? 

No voy a echar mano del típico mensaje navideño, no voy a reclamar la bondad de la gente. No voy a suplicar que se les ayude. Esto ya no es una súplica, no es una petición. Esto es un auténtico reto. Reto a la gente a que, a partir de este mismo momento, deje de huir de la pobreza y comience a actuar. ¿Por qué lo llamo "reto"? Porque estoy tristemente convencida de que nadie hará nada. Nunca hacemos nada. Nadie dejará las vueltas de su compra en un bocadillo. Nadie se tomará su infusión y hará otra para quien lo necesite. Nadie utilizará su maravillosa conexión a Internet para buscar lugares donde ofrezcan ayuda para esta gente, nadie se acercará a intentar convencer a el pobre señor de la esquina a que acuda en busca de ayuda profesional, nadie llamará informando del caso. Nadie hará nada. 

Bueno señores, dentro de nada, Navidad. Y por si a alguien se le olvida, ahí está el Corte Inglés haciendo el recordatorio desde mediados de Agosto, que ya estaban preparando los villancicos. Espero que el espíritu navideño inunde sus hogares. Pero el 7 de enero todo el mundo de vuelta al mundo real, ¿eh? Que no me entere yo de que la humanidad dura mas allá de esa fecha...

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi cuerpo, solo mío

Se victimiza tan fácilmente... Es demasiado común aquello de tomar decisiones por los demás, como si las personas afectadas por dicha decisión no tuviera poder y/o validez para decidir sobre su propio futuro. Ante los ojos de los demás, los colectivos tradicionalmente "necesitados" somos niños de colegio sin madurez ni capacidad de decisión. 

De repente, surge la cuestión de la prostitución, debate tan antiguo como la misma profesión (si es que se le puede llamar así). Unos y otros discuten sobre si se debe legalizar o no, si se debe considerar un trabajo tan digno y tan válido como ser secretario, barrendera o un pez gordo de las finanzas. 

El mundo entero se pone de acuerdo cuando hablamos de trata de personas. Resulta inadmisible para cualquiera que otra persona se crea en posesión de un cuerpo ajeno y lo obligue a todo tipo de actos inhumanos bajo amenaza incluso de muerte. 

Pero, ¿y si no hay tal obligación? ¿Puede darse el caso de que haya personas (no solo mujeres, también existe la prostitución masculina) que ejerzan la prostitución libremente? ¿O por el hecho de que haya una mayoría de mujeres obligadas, ya no existen las mujeres libres?

Existen colectivos que defienden ambas posturas. Muchos inciden en el hecho de que tener que ganar dinero a costa de su cuerpo es un ataque directo a la libertad de la mujer. Defienden que hay formas mucho mas dignas de sobrevivir en este pobre mundo. Pero por otro lado, existen quienes defienden lo contrario. Conciben el sistema laboral como una prisión que las obliga a permanecer entre cuatro paredes para acabar ganando aquello que otros especifican en un contrato, en lugar de ser ellas quienes puedan decidir sus propias condiciones. 

¿A quién hacemos caso? ¿A quienes apuestan por la legalización o a quienes luchan por la abolición? Se decida lo que se decida, lo curioso del caso es que rara vez se hace escuchando a las propias afectadas. 

En cierto punto del debate, surge un matiz curioso. Una voz a lo lejos dice: "En su casa, que hagan lo que quieran, pero yo voy a luchar por el cierre de los clubs nocturnos y por que dejen de estar en las calles". ¿Es ese el kit de la cuestión? ¿Deja de verlas? Puede que lo que le moleste al mundo no sea que se esté abusando del cuerpo de la mujer, sino que se hace a vista de todo el mundo. En cuyo caso, ciertas opiniones podrían tornarse un tanto hipócritas...

Es que, claro, con niños delante...En una sociedad que escasea cada vez mas de valores, los padres andan (relativamente) cada vez mas preocupados sobre lo que aparece ante los ojos de sus pequeños. Pero me llama la atención que les resulte tan escandaloso que conozcan como es físicamente el cuerpo humano. Ya sé que esto no es una inocente clase de Ciencias Naturales. Lo que quiero decir es que, no es que les resulte impactante que su hijo conozca desde bien pequeño la crueldad de la raza humana, que se cree con derecho a hacer su santa voluntad con el vecino o la vecina. Les resulta traumático para ese niño ver el cuerpo desnudo de esa mujer. 

El debate queda abierto, siempre lo estará. Las opiniones están demasiado encontradas como para llegar a un punto común. Y como no son las protagonistas las que deciden, nunca llegaremos a la solución del problema. Quizá llegue un gobierno que imponga una medida u otra, pero esta medida, ¿cuánto durará? ¿una legislatura? ¿dos? Rojo o azul, solo ellos lo decidirán...


viernes, 16 de noviembre de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Isadora Duncan


En el nicho Nº 6921 de Père Lachaise (el cementerio parisino de María Callas, Oscar Wilde, Jim Morrison y otros tantos) están los restos de Isadora Duncan, bajo techo y encima de otro nicho. En este último sólo se lee “Dieu est lumière” (Dios es luz), en dorado, junto a una pequeña cruz del mismo color. En la placa de ella dice: “DORA GRAY DUNCAN, 12 de abril de 1922”. 

El asunto es doblemente irónico. Por un lado, Isadora odiaba la idea misma de Dios: su madre, atea militante, le inculcó desde niña que éste no existía y ella, si es que creía en divinidades, tenía en su espíritu las de la Antigua Grecia. Por otra parte, la fecha de su insólita muerte no sólo no coincide con la que figura en la placa: es cinco años posterior. Pero de ironías la vida de Isadora tuvo bastante, y esta última sólo tiene la dudosa gracia de ser postmortem.
 
La vida de la bailarina más aclamada y acontecida, pionera de la danza moderna, tuvo el signo de la intensidad. 

Se ha dicho que Isadora Duncan bailó apenas aprendió a caminar. Y ella misma cuenta que su primer recuerdo es de cuando la lanzaban a través de una ventana durante un incendio. Estas anécdotas, queda claro, alimentan tanto su historia como su leyenda. Y, como dice su biógrafo Peter Kurth, “los hechos no eran preocupación de Isadora”. Tanto así, que se pueden tomar dos o tres biografías distintas y encontrar absoluta divergencia en datos vitales. 

En todo caso, es más o menos claro que el 26 de mayo de 1877 nació en San Francisco la más pequeña de los cuatro hijos de Joseph Charles Duncan y Mary Dora Gray. La madre descendía de irlandeses. El padre, según Kurth, era un nativo de Filadelfia que recorrió medio país hasta instalarse en California. Cinco días antes del bautizo de Isadora, el banco que Charles Duncan había fundado se vino al suelo y la familia también. Por entonces, la pareja estaba prácticamente separada, pero el divorció se concretó sólo tres años después, cuando Mary descubrió cartas perfumadas entre su esposo y una rica heredera, que incluían planes de escape.

A través de su madre, que de golpe se hizo cargo de cuatro niños a quienes condujo a Oakland, Isadora aprendió a aborrecer la institución matrimonial. Odiaba, además, la escuela y cada vez que sonaba la campaña, partía corriendo a la playa. “De la contemplación de las olas”, escribió más tarde, “me vino la primera idea de la danza. Trataba de seguir su movimiento y de bailar a su ritmo”. 

La pequeña renueva el baile sin haberlo aprendido jamás, y quiere compartir ese interés con los demás. Se corre la voz e Isadora se llena de alumnos. 

A los 12 años, deja la escuela para consagrarse a sus alumnos, que empiezan a dejar algo de dinero. Su enseñanza, que pasa por innovadora, llega pronto a oídos de la gente más rica y snob de San Francisco. Su madre la inscribe en una academia de danza clásica, pero ella aborrece un esquema que considera desprovisto de alma.
“Nada de andar sobre la punta de los pies ¡Va contra la naturaleza!”. Isadora no tiene método y nunca lo tendrá. Reconoce sólo una escuela: la naturaleza. Y sólo un maestro: Terpsícore, la musa de la danza, hija de Zeus y Mnemosine.

Formada junto a sus hermanos en un mundo de música, libros e histrionismo, que desprecia cualquier sentido del orden o la disciplina, descubre que la familia entera puede ser una pequeña compañía. Los cinco se lo toman en serio, alquilan un cobertizo y organizan presentaciones, cuyo éxito los lleva a ser contratados para una gira por la Costa Oeste. El momento ha llegado, piensa Isadora, para dar el salto.

La familia llega en 1895 a Nueva York, donde vuelve a ser acosada por el fantasma de la pobreza. Un empresario teatral ofrece a Isadora un pequeño papel de mimo. “Pero señor, yo soy bailarina. He recuperado la danza de los antiguos griegos”, responde ella. “Da lo mismo, le daré 15 dólares a la semana”. Mordiendo su impotencia, incursiona en un género que le parece falso y ridículo. Algo semejante le ocurre cuando el mismo empresario le consigue un papel de hada en Sueño de una Noche de Verano. Con este rol, sin embargo, inicia una gira cuyo éxito conduce a nuevos contratos y a ser finalmente “descubierta” por el músico Ethelbert Nevin. 

La suerte empezaba a sonreírle, pero todo parecía muy frágil. En Chicago tuvo un par de encuentros con Ivan Mirovski, pianista de origen polaco. Cuando se separaron por última vez, Ivan le dijo que iría a buscarla y que se casarían. Pasó el tiempo y él no llegó. Ella supo más tarde que el pianista llevaba tres años casado en Inglaterra.

Gracias a las loas de Nevin, por otro lado, Isadora se abre camino en la alta sociedad neoyorquina. La ciudad saludó a una nueva estrella que, al decir de un periodista de San Francisco, combinaba la “sabiduría milenaria con la simple inocencia de las ovejas que pastan en las colinas atenienses”. Sin embargo, Duncan era una moda, que además pasó muy rápido. Mientras los bolsillos familiares quedaban nuevamente vacíos, Isadora soñaba con Europa. 

Ignorada por la gente del teatro e incomprendida –según ella- por los ciudadanos de a pie, ¿a quién le importaban sus preocupaciones estéticas? “Ya no cree en Norteamérica”, escribe su biógrafo Maurice Lever. “En Europa y no en otra parte podrá suscitar vocaciones y realizar su sueño de formar a jóvenes discípulos”. Llegan a Londres con lo puesto. Una noche, sin más público que sus propias sombras, fueron observados en acción por Mrs. Patrick Campbell, la gran diva de las tablas londinenses. Ella actuó para ellos, ellos bailaron para ella, y al final todos lloraron.

La capital inglesa, donde la realeza le rindió honores, fue la primera escala. En 1900 se instaló en el barrio latino de París, ciudad que la aclamó. Más tarde llegaría a Berlín, donde Isadora recibe una lluvia de flores. Además, su ideal romántico/helénico coincidía con extendidas tradiciones alemanas. 

La familia, finalmente, llegó hasta las colinas de Atenas. Isadora reunió un grupo de niños a los que enseñó bailes bizantinos, coros y canciones. La familia completa, en tanto, salía a bailar de aldea en aldea. La gente los llamó locos y ellos quedaron, nuevamente, sin un centavo. El próximo destino fue Viena. El éxito volvió a Isadora, pero acompañado del extraño sentimiento de necesitar un compañero. Y así fue como conoció al glamoroso director Gordon Craig, una de las grandes figuras de las tablas inglesas. No hubo matrimonio, pero fue un amor real para Isadora, que pronto dio a luz a su hija Deirdre. 

En medio de un frenético calendario, volvió a EE.UU. Y con algo de escándalo, considerando su uso de velos transparentes. Tal polvareda se levantó, que el Presidente Teddy Roosevelt debió proclamar que Duncan le parecía “tan inocente como una niña bailando en el jardín por la mañana, recogiendo las bellas flores de su fantasía”. Esa vez la perdonan, pero no tanto cuando visita el país en 1910, donde la acusan de simpatías izquierdistas y de “insultar a los ricos”, mientras baila con su segundo hijo, Patrick, en el vientre. 

Sus hijos, por otro lado, le proporcionan una felicidad indecible, y serán ellos los protagonistas de su mayor tragedia. El 19 de abril de 1913, de vuelta en París, se dirige a un ensayo y pide a la niñera que vaya con sus hijos a Versalles. En la esquina del bulevar Bourdon el chofer que los llevaba maniobró para evitar una colisión, el motor se paró y debió salir con una manivela para ponerlo en marcha. Pero olvidó frenarlo: el auto descendió sin obstáculos hasta una orilla del Sena. La niñera y los pequeños murieron horas más tarde. 

“Lo que te dan de fama, riqueza y amor, te lo quitan con sangre y lágrimas”, escribiría más tarde Isadora. Su actitud rebelde le había hecho ganar muchas batallas, pero ahora sentía que ya nada importaba. Dejó de bailar, sin saber si volvería a hacerlo alguna vez. Pero descubrió una nueva energía gracias a su Escuela Infantil de Danza, un concepto integral de educación que echó a andar en distintas ciudades, sin gran éxito económico, pero despertando gran admiración. Igualmente, adoptó seis niños de sus escuelas, que bailarían con ella y a quienes la prensa francesa bautizó “Les Isadorables”. 

Contra todas sus promesas, terminó casándose, en 1922, con el poeta soviético Serguei Yesenin. Fue cuando visitó la URSS siendo aclamada por el gobierno cuando bailó en el Bolshoi el himno de la Internacional. Diría más tarde que se casó para que se permitiera a Yesenin salir del país. Y fue más o menos cierto: recorrieron buena parte de Europa, gastando y bebiendo mucho. Sobre todo el poeta, acosado por la nostalgia, ignorante de cualquier idioma que no fuera el ruso y harto de que lo llamaran “el joven marido de”. En EE.UU. fue peor: la pésima calidad del licor de contrabando hizo estragos en la salud de él y las coreografías de ella. En Boston, además, se permite declarar que expone su cuerpo como relicario para el culto de la belleza. Y agrega que “los puritanos de Boston están esterilizando a todo el país”. Por si faltara más polémica, homenajea repetidamente al gobierno bolchevique. 

No volvería a EE.UU. Tras un tormentoso divorcio, se instala en Niza, frecuentada por amigos como Cocteau y Picasso, que presencian los espectáculos que monta en un improvisado taller. Como siempre, vive al día, ayudada por amigos y con sus pies no muy pegados a la tierra. La prensa le crítica “roscas adiposas” en su cintura, pero ella se siente vital y energética. Tiene varias conquistas y la última resultará fatal. 
En Marsella, llama su atención un joven de 22 años. No sabe su nombre, pero lo llama “Bugatti”, porque maneja un auto de esa marca, para la cual él, además, trabaja. A las siete de la tarde del 14 de septiembre de 1927, “Bugatti” pasó a buscarla en su Bugatti. Ella llevaba un inmenso pañuelo de seda iridiscente. Al tomar velocidad el auto, parte del pañuelo se enganchó en la rueda trasera. Bastaron segundos para que saliera impulsada a la calle y muriera desnucada. 

Se ha escrito que sus últimas palabras fueron, “Adiós, amigos. ¡Voy hacia la gloria!”. Desde luego, nadie esperaba menos de Isadora Duncan.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Tropezando sobre la misma piedra

Huelga, palabra que define el día de hoy. Montones de personas manifestándose, cargas policiales, piquetes. Una lucha por los derechos mas fundamentales que comienza de forma pacífica pero se va tornando violenta. 

La semana pasada, mi campus universitario dio que hablar. Una detención de un alumno simplemente por estar grabando enfrentamientos y varios jóvenes tratando de evitar que la gente evitara acudir a sus clases. 

Una de las mayores quejas de la población mas joven es la obediencia ciega a la autoridad. Nos mandan y obedecemos. Y si alguien se atreve a protestar, aparecen fuerzas del orden para hacerles callar. 

Aunque me parece totalmente injustificable, inaceptable, inhumano y dañino que nuestros policías carguen así sobre nuestras gentes, hoy no quiero centrar mi discurso en ellos. No quiero convertir esto en una película de buenos y malos, donde unos tienen completa razón y los otros solo pretenden hacer el mal allá donde van. 

Hoy quiero centrarme en los jóvenes manifestantes que forman piquetes en cada huelga que se organiza. Entiendo y comparto la intención de todos ellos. Tan solo intentar cambiar un mundo que es evidente que funciona mal y cada vez peor. No pretenden nada malo, pero últimamente fallan totalmente las formas. 

Cada vez oigo mas aquellos de utilizar comportamientos violentos contra gente que decide no secundar las huelgas. Actúan de forma agresiva ante el ejercicio de un derecho de otras personas. Puede que no lo haya entendido muy bien pero, ¿una de nuestras quejas no es que nos están arrebatando derechos? Entonces, ¿por qué actuamos de esa forma? 

Cuando alguien obliga a otro a no seguir una huelga, inconscientemente (ojo, no estoy tratando de insultar a nadie) estamos cayendo en el error en el que caen nuestros peces gordos de las altas esferas. Estamos convirtiendo un derecho en una obligación. La huelga, si se quiere, se hace, se tiene todo el derecho del mundo a hacerla. Pero si no se desea, yo, ciudadano libre, tengo derecho también a seguir con mi día a día. 

Pienso que confundir derecho y obligación no hace mas que desacreditar ese mundo plural que pretendemos crear y que acepta todo tipo de opiniones. No puedo luchar por conseguir que se escuche mi voz y luego no escuchar voces ajenas. 

La violencia, la imposición, no lleva a ninguna parte. Claro que se puede hacer algo. Vamos a seguir informando sobre lo que ocurre, vamos a fomentar que la gente abra los ojos y vea lo desastroso que anda el panorama. Pero no carguemos contra ellos si, pese a todo, siguen sin ver el mundo como lo vemos nosotros. 

Desacreditamos un mundo plural, pero también nos desacreditamos a nosotros mismos, individualmente y como colectivo. Suena a típico tópico, pero el futuro está en manos de la gente joven. Y hay medios de comunicación que solo quieren vender. No les demos pie a ello. La juventud de hoy en día somos gente comprometida, implicada, interesada en los debates políticos que nos afectan directamente. La inmensa mayoría no somos violentos, ni agresivos, ni nos dedicamos a imponer nuestra opinión y voluntad. Pero basta que lo hagan cuatro para que sea eso lo que se vea. Dejamos de ser jóvenes luchadores para pasar a ser vándalos en potencia. Podemos calar mas hondo con buenas acciones y claros mensajes que actuando agresivamente. 

Cuidado, no estoy hablando de dejar que me peguen y poner la otra mejilla. Pero existen grandísimas diferencias entre actuar en defensa propia al sentir que se nos amenaza, y, directamente, como no me parece bien tu actitud, te impongo que no seas así. 

Hablando de imponer. Si yo ahora te impongo a ti una serie de acciones porque me parecen mejores aunque no estés de acuerdo, ¿no sería esto una forma de autoridad? Nos quejamos cuando se comportan de forma autoritaria con nosotros, pero cuando nosotros somos los que ejercemos excesiva autoridad, ¿qué? 

La autoridad no viste de uniforme. La autoridad no es, ni mas ni menos, que una actitud. Actitud que podemos ejercer cualquiera. Actitud que, rara vez y según como se ejerza, gusta a la gente. Actitud que ejercen ellos pero nosotros también. Y si yo lucho contra una forma de autoridad que me impone vivir como no quiero, es una paradoja imponer que otros vivan, actúen, piensen o digan lo que no desean ni sienten. 

Si queremos cambiar lo de fuera, examinemos como somos nosotros por dentro. Actuemos de forma sensata. No olvidemos que la mejor vía siempre es el camino pacífico. Ya que vamos a hacer historia, vamos a ser de esa historia de la que sentirnos orgullosos y orgullosas. No creemos el típico capítulo que sirva en el futuro como ejemplo a no seguir. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Irena Sendler


Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad.
 Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. Ella misma lo cuenta: "Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto."

Cuando Irena caminaba por las calles del gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David, como signo de solidaridad y para no llamar la atención sobre sí misma. Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.

A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.

Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en vos confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

En 1944, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio los chicos que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se los envió a Palestina.

Los niños sólo conocían a Irena por su nombre clave "Jolanta". Pero años más tarde, cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: "Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto." Y así comenzó a recibir muchos llamadas y reconocimientos.

En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.

En noviembre de 2003 el presidente de la República, Aleksander Kwasniewski, le otorgó la más alta distinción civil de Polonia: la Orden del Águila Blanca. Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, una de las niñas salvadas, "la niña de la cuchara de plata".

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa fue del Presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel —a través de su primer ministro, Ehud Ólmert— y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel. Las autoridades de Oświęcim (Auschwitz en alemán) expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria. Finalmente el galardón fue concedido al ex vicepresidente de los EE. UU., Al Gore.

Falleció en Varsovia (Polonia), el 12 de mayo de 2008 a los 98 años de edad.

martes, 30 de octubre de 2012

De corazón, gracias

Hoy, quiero dedicar este pequeño espacio que es mi blog, a todas esas personas que se dedican a regalarnos momentos de amargura y enfado. De corazón, gracias. 

Sí, gracias. Porque si no fuera por esos momentos las personas no creceríamos ni la mitad. Porque si nadie se dedicara a fastidiarnos la existencia, no valoraríamos todas las cosas bellas que nos regala la vida. Si no tuviéramos la percepción de que determinadas personas nos odian, no valoraríamos el amor que nos tienen otras. 

Hace poco mas de un mes que me fui de casa. Y es una de las mejores experiencias que estoy viviendo. Cuando uno vive rodeado de los suyos, arropado, en un entorno conocido, queda un poco aislado de lo que puede suponer enfrentarse al mundo en soledad. Cuando vives solo/a, no te queda mas remedio que sacarte las castañas del fuego a través de tus propios recursos. 

Se puede llegar a pasar mal, pero merece la pena probarlo. Porque tras esos momentos de frustración, se abren los ojos y uno/a se da cuenta de todas sus habilidades y capacidades. Acabas dándote cuenta de que, aunque ha costado, se ha acabado consiguiendo. 

No siempre el entorno es el que presente barreras. A veces son las personas que habitan en ese entorno las que nos entorpecen el camino. Bajo la máscara de querer ayudarte fomentando tu autonomía, lo que realmente hacen es estropearte el día. Ante una barrera arquitectónica, por ejemplo, te dirán que la salves sin ayuda, que lo hacen por ti, que no les importa ayudarte pero que eso sería perjudicarte. El mensaje encubierto es "paso olímpicamente de echarte una mano", pero lo camuflan con palabras "amables" en pro de tu independencia. 

Vives algo así y como mínimo te cabreas. Pero luego, cuando se empieza a pensar mas en frío, se despierta el ingenio. Y acabas creando herramientas personales que de otra forma nunca se habrían creado.

Se puede llegar a caer en el error de pensar que, cada vez que nos hacen pasar por un mal rato, eso nos hace ser peores, mas rencorosos, mas vengativos, con mas mala leche. Pero todo es cuestión de elegir. Puedo elegir ser peor persona o puedo ser una persona mejor. Por nuestro propio bien y el de la gente que nos rodea (que mucha no tiene la culpa de lo que nos ocurre), mejor elegir la segunda opción.

Así que, desde aquí, dar las gracias a todas aquellas personas que me han enfadado, hecho llorar, me han hecho sentir inquietud, me han removido la conciencia. Sin vosotras no sería lo que soy. Ahora me toca a mi dejaros con un palmo de narices.


martes, 23 de octubre de 2012

Acabado en letra A

El lenguaje, ese gran olvidado a la hora de hablar de feminismo. Cuando buscamos la igualdad, echamos mano de la lucha pura y dura por los derechos civiles, salimos a la calle e introducimos a los hombres en casa, buscamos mejores puestos de trabajo, mejores sueldos. Pero nadie piensa en el lenguaje. 

Hablamos lenguas totalmente masculinizadas. Todo acaba en o, nada acaba en a. Cierto es que poco a poco se van creando acciones que abordan la cuestión del lenguaje, tratando de hacerlo mas neutro, de incluirnos a todos y a todas. Pero no suele ser un factor que tengamos en cuenta. Incluso las personas mas involucradas en la lucha por la igualdad reconocen abiertamente que les cuesta especialmente hablar de forma igualitaria. 

Hace unos días lo hablaba con un amigo. Él me preguntaba sobre mi máster. Me preguntó si me consideraba feminista. Yo asentí y él me miró con evidente asombro (algo normal, feminismo y hembrismo se suelen confundir). Y luego me quiso poner un ejemplo. Me decía que él, cuando hablaba, lo hacía en masculino. Pero que no lo hacía por ser machista, solo lo hacía porque lo consideraba mas correcto, pero que no excluía a las mujeres. 

Analicemos. ¿Deberíamos considerar la masculinización del lenguaje como uno de los frutos del patriarcado y por lo tanto, un hecho totalmente machista? ¿O calificarlo de machista sería ir demasiado lejos? En un principio contesté que no me parecía machista, el término me parecía excesivo, pero empiezo a plantearme lo contrario...

Pero por lo visto, combatir este tipo de machismo tiene sus riesgos. En clase se ha planteado una cuestión como mínimo curiosa: revisando una sentencia sobre discriminación indirecta, hemos leído que feminizar un término masculino puede considerarse discriminación oculta, ya que ese término masculino supone una exclusión del término neutral que nos incluiría a todos y todas, así que tratar de feminizarlo supondría lanzar una cortina de humo y silbar mirando hacia otro lado.

¿Y esto mismo no podría aplicarse a cualquier cosa? ¿Qué diferencias hay entre feminizar el lenguaje y feminizar, por ejemplo, el ámbito laboral? Igualmente se producen situaciones de desigualdad que hay que combatir. ¿Estamos condenadas las mujeres a echarnos piedras sobre nuestro tejado hagamos lo que hagamos? 

Debe ser cosa de la subjetividad. Todo depende de los ojos con los que se mire. Para unas será un logro, para otras, tan solo un parche que tapa parcialmente el gran problema. 

Esa sí que será nuestra eterna batalla. Cada mujer somos un mundo. Al igual que cuando hablamos de hacer de este mundo un lugar mejor cada uno lo define de forma distinta, las mujeres estamos destinadas a vivir en un mundo siempre desigual. Puede que cada vez menos, pero siempre desigual. Siempre habrá parcelas olvidadas y menos valoradas. Parcelas olvidadas como la del lenguaje. Seguiremos sin escribir nuestras victorias acabando en letra A. 


martes, 2 de octubre de 2012

Ocio sexista

Llega el fin de semana y todos los jóvenes universitarios se disponen a salir hasta el amanecer. Tras haberse reunido para beber en cualquier parque o plaza de la ciudad, toca ir a la discoteca hasta el día siguiente. Pero hay un problema, los chicos deben pagar entrada. 

El hecho de permitir que las chicas entren gratis a un local mientras los chicos deben pagar es algo bastante común. Común pero muy sexista al mismo tiempo, y en este caso no solo deberían sentirse ofendidas las mujeres, los hombres salen perdiendo igualmente, y no solo dinero. 

Primero,ellas. Una vez mas, parece que las mujeres seamos ese sexo indefenso que depende económicamente de otro u otros. Los precios de muchos locales no son excesivamente elevados y pese a eso, se nos consiente entrar sin pagar. Evidentemente, tiene la gran ventaja de que nos ahorramos ese dinero, pero a costa de que nos tomen por seres pobres incapaces de ganarnos nuestros propios ahorros, teniendo que acudir al hombre. 

Luego, el que nos permitan entrar sin pagar esconde una estrategia por parte de estos locales. Somos un reclamo. Si eres un hombre y esa noche quieres ligar, te conviene buscar un sitio donde haya muchas chicas, y evidentemente, habrán mas chicas donde ellas entren gratis. Eso asegura al local unos ingresos, ya que los chicos van a pagar por entrar. 

Con fines puramente lucrativos, las mujeres somos utilizadas como carnaza para los hombres. Somos como una presa, se nos deja a la vista y en posición fácil para que el depredador sexual pueda acceder sin dificultades a nosotras. 

Lo que se puede interpretar, por otro lado, que los hombres están necesitados de amor. Se les atribuye un papel de obsesos por captar a cuantas mas mujeres mejor, se interpreta que el principal objetivo del hombre es conseguir a una chica. Lo de bailar y disfrutar de la noche es lo de menos, queda en un segundo plano, el principal objetivo es que liguen. 

A veces el sexismo queda encubierto o es muy sutil como para percibirlo claramente. Incluso cuando se echa mano de estrategias sexistas podemos sacarle ventajas aparentes, como la mencionada antes de hacernos ahorrar dinero. Pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El sexismo es lo que es, y nunca tiene un lado positivo. 

El mundo está mas acostumbrado a la diferencia que a la igualdad. Por eso hay que mantenerse alerta, porque nosotros/as mismos/as, por simple comodidad, acabamos abandonándonos a lo de siempre en lugar de avanzar. 

martes, 25 de septiembre de 2012

Esto no es integración

Llevo ya una semana y tres días en mi nueva ciudad. Vivo en un colegio mayor, perteneciente a la Universidad Complutense de Madrid. Son un total de 5 colegios los que pertenecen a dicha universidad. Pero tenemos como vecinos a otros colegios que pertenecen a otros organismos. 

Como aparece en las películas americanas, cuando llegan los nuevos estudiantes a los colegios mayores, comienzan las famosas novatadas. Y en el tiempo que llevo aquí he de decir que muchas de las cosas que se ven en televisión pasan de la ficción a la realidad. 

Por suerte, en mi colegio no ocurre nada. Pero los rumores y las noticias corren como la pólvora. Las novatadas menos dolorosas van desde el trato de usted para marcar una jerarquía hasta utilizar a los nuevos para todo tipo de recados. También se les pide que hagan determinadas cosas que les dejen en ridículo. 

Esto son actos inocentes, que realmente no hacen daño a nadie. Pero la cosa va a más. El siguiente escalón es el de hacer que los nuevos beban chupitos de vinagre o tabasco. También están las famosas duchas frías o calientes, haciendo que los estudiantes se metan bajo agua helada o ardiendo a altas horas de la madrugada. 

Para muchos veteranos, los nuevos son como una especie de sirvientes. Es bastante común que se envíe a los nuevos a limpiar los pisos de estudiantes antiguos de los colegios. Y por supuesto, éstos han de obedecer toda orden. 

Pero esto no es nada en comparación con otros colegios. Se ha llegado a tener a estudiantes encerrados toda la noche en armarios, cantando cada hora como si fueran un cucú. O se les ha metido bajo un colchón y han venido varios veteranos a sentarse encima. 

Señores, esto no es integración. Esto es maltrato y vejación. Es inculcar el miedo entre los estudiantes que acaban de llegar. Bastante es para una persona nueva llegar a un lugar que no conoce, con personas totalmente desconocidas, lejos de su familia y tener que empezar una nueva vida desde cero, como para tener que soportar semanas y semanas de tanta violencia. 

Cuando uno sale de casa por primera vez, espera sentirse acogido. Que la gente que lleva mas tiempo le ayude a sentirse como en casa, a crear un hogar. Espera tener a personas de referencia que les guíen por su nuevo entorno. 

He tenido una suerte inmensa. En mi colegio, los alumnos veteranos nos enseñan la ciudad, el entorno, nos ayudan a que todos los que convivimos bajo el mismo techo nos conozcamos, y se crean normas que fomentan la integración dentro del colegio, comiendo juntos, pasando ratos de conversación, siendo educados y considerados los unos con los otros. Incluso se realizan actividades con otros colegios mayores con el fin de que tengamos cuantas mas amistades, mejor. 

Un nuevo alumno no es basura, no merece gritos, no merece humillación. Por encima de todo es un ser humano con derechos. Hace unos días, un estudiante de otro colegio mayor se suicidó. No se saben las causas, todo son rumores, pero apuntan a que era víctima de novatadas de extrema violencia y no lo pudo soportar. Estoy viviendo una gran experiencia, estoy disfrutando de una nueva vida que me hace muy feliz. Así que espero no tener que empezar nunca más un día con noticias semejantes que me dejen totalmente de piedra. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Desde cero

La entrada de hoy es un tanto especial. Tan solo quiero hablaros de mi. Muchos sabéis ya que he empezado una nueva vida. El cambio es muy radical, nueva casa, nueva "familia", nueva ciudad...Todo ha cambiado.

Bueno, no todo. Mis sueños siguen siendo los mismos. Sigo queriendo dedicarme al trabajo social, sigo deseando hacer algo grande por la humanidad, ayudar a toda la gente que pueda a vivir mas dignamente.

Aún sueño con escribir. No solo en el blog, también dedico parte de mi tiempo a escribir literatura infantil. Me encantaría poder crear pequeños obras que gusten y distraigan. Quiero haceros imaginar, soñar, reflexionar.

Por supuesto, seguiré nadando. No todo lo que requiere una nadadora de élite, pero haré todo lo que esté en mi mano. Quizá sea uno de esos sueños que me quedan mas distantes, pero quién sabe, quizá algún día consiga dedicarle mas tiempo al agua y llegar lejos, no me importa mucho donde, pero lejos.

Algunos de mis sueños no son posibles sin vosotros/as. Desde mi nuevo hogar, seguiré escribiendo, seguiré ofreciendoos pequeñas lecturas con las que espero que disfrutéis. Uno de mis mayores deseos es vuestra colaboración. Me gustaría que esto no fuera un simple blog donde la gente entra, lee y se va. Me gustaría seguir contando con vuestras opiniones, que me sugirierais temas, que alguna vez os pararais a hablar conmigo y poder sacar de esas conversaciones una reflexión. Me encantaría que el grupo que se creó en su día tuviera mas vida. Ya sé que lo he pedido muchas veces y muchos/as de vosotros/as no tenéis mucho tiempo que dedicarle, pero hago todo esto con todo el cariño del mundo y me gustaría ver una respuesta de quienes me seguís. Y sobre todo, no dejéis que esto sea cosa de cuatro, si alguna entrada os gusta, compartidla, invitad a gente al grupo. Prefiero cambiar lo que haga falta con tal de que esto os guste que limitar las entradas al mínimo de lectores/as.

Dicho esto, en dos días mas y mejor. Un gran abrazo desde Madrid!

martes, 11 de septiembre de 2012

Cambiando la perspectiva

Princesas de la calle. Almas abandonadas a su suerte. Conciencias y cuerpos victimas de la tortura. Dignidad invisible. Prostitutas. 

Siempre consideradas culpables de la prostitución, estas mujeres han tenido que pagar tanto o mas que los hombres por el trabajo realizado. Han sido consideradas delincuentes. Por primera vez, Cataluña da un paso al frente y criminaliza a los clientes en lugar de a las prostitutas. 

La prostitución es alegal en España, es decir, no hay ley que permita esta práctica o la prohíba. Y mientras se hace o se deja de hacer al respecto, ahí están las mujeres, vendiendo su cuerpo a costa de su propia seguridad y su propia vida. 

El tema es muy complicado. Como todos sabemos, la inmensa mayoría de las mujeres que se dedican a la prostitución, no lo hacen por voluntad propia. Vienen engañadas por mafias que las amenazan con los peores sufrimientos que se nos puedan pasar por la cabeza. Desde palizas, violaciones, hasta matarlas a ellas o a sus familias. 

Pagan un precio por venir a España. Lo que ganan esas mujeres no es para ellas, sino para sus captores, que les imponen unos pagos imposibles de cubrir. Podrían pasar toda su vida en la calle, que jamás conseguirían pagar su deuda. Y por si alguna tiene el atrevimiento de guardarse algo para sí, las mafias ya procuran tener a alguno de los suyos vigilando. Una vez has caído en ese mundo, no hay escapatoria. 

La prostitución es alegal, pero lo trata de mujeres no lo es. Nuestras fuerzas del orden tratan de perseguir a las mafias. Pero, ¿cómo lo hacemos para que estas mujeres confíen y confiesen haber venido secuestradas y engañadas? Nadie les asegura que, confesando su situación, algo vaya a mejorar en sus vidas. Quedan a merced de su suerte, son repatriadas de nuevo a sus países, volviendo a estar como al principio o peor, ya que deben arrastrar consigo el recuerdo de las calles, considerado un trauma equiparable al que sufren las victimas de tortura. 

Hay países que han legalizado la prostitución, ¿deberíamos hacerlo nosotros? Al parecer, allí funciona. Pero aquí supondría acabar con la prostitución a través de mafias, para ello, habría que crear todo un sistema de protección para las mujeres, asegurarles que van a estar bien. Incluso podría ser conveniente un compromiso por parte de los países de origen (quizá allí sigan las mafias, así que el riesgo no desaparece) lo cual convierte la operación en algo mucho mas global. 

Éticamente hablando, parece que la sociedad lo tiene claro. Hay que prohibir la prostitución. Es esclavitud para las mujeres, deshonroso para los niños y un escándalo para el mundo en general. Pero claro, hay que tener en cuenta un pequeño detalle. La mayoría de las mujeres dedicadas a la prostitución son victima de las mafias, ¿y la minoría? 

Aunque pocas, algunas mujeres ganan dinero a través de su cuerpo por voluntad propia. ¿Sería positivo eliminar la prostitución, contra la voluntad de estas pocas mujeres? Quizá, una vez mas, el secreto se encuentre en convertir un gran mal en un mal menor (digo mal, porque en el caso de las mujeres libres, dejarles sin trabajo sería perjudicarlas en cierto modo). 

Se haga lo que se haga, creo que la perspectiva está clara. Bajo ningún concepto se las debe tratar de culpables. En todo caso, son víctimas. No todas de las redes de trata, pero sí de un sistema que les hace ganar mas dinero exponiendo su cuerpo a riesgos tales como las ETS o la violencia de algún cliente que en un trabajo mas seguro y estable. 

El futuro de estas mujeres necesita ser esclarecido, sea el que sea. Son seres humanos sometidos a enormes peligros. Pero tal y como está la conyuntura, la cosa va a tener que esperar...

viernes, 7 de septiembre de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Helen Keller


Autora, activista política y oradora sordociega.

Helen Adams Keller nació el 27 de junio de 1880 en Tucumbia, una pequeña ciudad rural del Alabama, EU. Hija de capitán Arturo Henley Keller y Kate Adams Keller, ella nació con vista y la audición completas.

En febrero de 1882, cuando Helen tenía diecinueve meses, enfermó. Hoy en día la naturaleza de su enfermedad sigue siendo un misterio. Los doctores en su tiempo la llamaron "fiebre del cerebro", mientras que los doctores modernos del día piensan que pudo haber sido escarlatina o meningitis.

Cualquiera que haya sido la enfermedad, por muchos días lo único que se esperaba es que Helen muriera. Cuando la fiebre bajo, la familia de Helen se puso feliz creyendo que su hija iba a estar bien otra vez. Sin embargo, la madre de Helen pronto notó que su hija no podía responder cuando sonaba la campana de cena, o cuando ella pasaba su mano delante de los ojos de su hija. Llegó así a ser evidente que la enfermedad de Helen la había dejado ciega, sorda y muda.

Los siguientes años fueron muy difíciles para Helen y su familia. Helen se hizo una niña muy difícil, aventaba los platos y lámparas y aterrorizaba la casa entera con rabietas, gritos y su mal genio. Los parientes la miraban como un monstruo.

Pero su familia - y ella misma - no se resignan con ese destino, y lo fueron superando a fuerza de voluntad y constancia, y gracias también a tutores y amigos que la ayudaron; entre ellos, Anne Sullivan.

Anne Sullivan fue su profesora personal, y su amiga de toda la vida. Anne le ayudó primero a controlar su mal genio, y después le enseño a leer, en primer lugar con el alfabeto manual táctil y más adelante con braille, a escribir de forma normal y a través de las máquinas de escribir en braille.

Helen fue a la escuela de Cambridge para señoritas desde 1896 y en el otoño de 1900 entró en la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona Sordociega que podía alcanzar el reto de presentarse y pasar en una Universidad.

La vida en Radcliffe era muy difícil para Helen y Anne, y la cantidad enorme de trabajo condujo al deterioro de la visión de Anne. Durante su tiempo en la universidad Helen comenzó a escribir sobre su vida. Ella escribía la historia en braille y en una máquina de escribir normal. Fue en este tiempo que Helen y Anne resolvieron con Juan Albert Macy que él debía ayudar a corregir el primer libro de Helen "la historia de mi vida", el cual fue publicada en 1903 y aunque al principio no fue exitoso en ventas, se convirtió más adelante en una obra clásica.

El 28 de junio de 1904 Helen se graduó "Con Honores" de la Universidad de Radcliffe, siendo la primera persona sordociega en obtener un título universitario. Ese mismo año en la exposición de San Luis habla por primera vez en público.

Helen y Anne iniciaron en los años siguientes, una gira de charlas y conferencias sobre sus experiencias. Helen contaba su vida y su discurso era interpretado frase a frase por Anne Sullivan, lo que siempre generaba sesiones de preguntas y respuestas acerca de sus historias.

A través de sus viajes Helen y Anne, buscaron una nueva forma de vivir a través de sus conferencias y la venta de sus obras literarias. En 1918 la demanda de sus obras había disminuido, pero ellas seguían viajando con más interés, mostrando las cosas increíbles de Helen, como la primera vez que entendió el significado de la palabra "agua". Ese año Helen, Anne y John (Esposo de Anne), se trasladaron a Forest Hilles en Nueva York. Helen usaba su nueva casa como la sede para consecución de fondos de la Fundación Americana para Ciegos.

Ella no solo recolectaba dinero, también hacía campañas para mejorar la calidad de vida y las condiciones de las personas ciegas, quienes eran rechazados y erróneamente educados en asilos. Su insistencia fue uno de los factores importantes para que sus condiciones cambiaran.

En 1957 fue realizada por primera vez "La trabajadora milagrosa" un dramatizado donde Anne Sullivan muestra sus primeras formas de comunicación cuando Helen era una niña, fue la primera aparición en televisión en los Estados Unidos.

En 1959, esta fue escrita nuevamente en Broadway. Esta llegó a ser un éxito por casi 2 años. En 1962 se realizó otra película en donde las actrices que hacían el papel de Anne y Helen recibieron premios Oscar por sus actuaciones.

En Octubre de 1961 Helen sufrió el primero de la serie de accidentes cerebro vasculares que tuvo, y su vida pública se fue cerrando. Los últimos años de su vida se dedicó entonces a cuidar su casa en Arcan Ridge.

En 1964, Helen fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Amistad, el más alto premio para personas civiles otorgada por el presidente Lyndon Johnson. Un año mas tarde fue elegida como La mujer del Hall de la fama en la Feria Mundial de Nueva York.
Poco antes de su muerte1968, en la edad de 87 años, Helen Keller le dice a un amigo, "En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha."

El primero de Junio de 1968, en Arcan Ridge, Helen Keller muere mientras dormía. Helen fue cremada en Bridgeport, Connecticut y su funeral se realizó en la Catedral Nacional de Washington DC, la urna con sus restos más tarde fue llevada a un lugar cerca de los restos de Anne Sullivan y Polly Thomson.

Puede que Helen Keller no hubiera sido la directa responsable del desarrollo de las tecnologías existentes actualmente, pero con la ayuda de Anne Sullivan, a través de sus escritos, lecturas y discursos, mostró a millones de personas que la discapacidad no significa el fin del mundo.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Peligro, vuelve el machismo

Increíble, una nadadora china ha conseguido batir en los pasados Juegos Olímpicos las marcas de todas sus rivales, y de muchos hombres. Las mujeres y los hombres siempre nos hemos diferenciado en fuerza física, pero visto lo visto, parece que también somos capaces de igualarnos en materia de actividades deportivas. 

Y no estoy muy segura de que a las personas de mentalidad machista les haga demasiada gracia todo esto. A raíz de los logros de esta mujer, surgió una conversación muy interesante. Las mujeres han dado un paso de gigante en cuanto a igualdad de género. Hemos avanzado tanto que algunas mujeres ya son mas competentes en distintas materias que muchos hombres. Eso resulta muy amenazador para la gente machista, que considera que hemos avanzado en exceso. Haber evolucionado tanto puede suponer una reacción muy negativa por parte de los hombres, que pueden contraatacar para poner de nuevo las cosas en el sitio en el que consideran que deberían estar. 

Lo que nos faltaba. Aún no hemos conseguido la plena igualdad y ahora tenemos que andar alerta por si la bestia se despierta y nos ataca de nuevo. Para empezar, creo que no se tiene en cuenta que las mujeres partimos de una situación de inferioridad, por lo tanto, necesitamos apretar mas los dientes para llegar al mismo lugar donde llegan los hombres. Hemos evolucionado mas por que era una necesidad vital hacerlo, ellos parten de una situación mucho mas aventajada, no han necesitado ascender de forma tan exagerada. 

¿Hay algo que les impide a ellos llegar donde hemos llegado nosotras? Las mujeres hemos sido relegadas al hogar, a la crianza de los hijos, sin trabajar fuera de casa, sin poder estudiar, incorporándonos muy poco a poco en el mundo académico y laboral. ¿Ellos tienen las mismas barreras que nosotras? Si son tan libres como cualquier mujer de acceder, por ejemplo, a la universidad, ¿por qué no lo hacen si tanto les preocupa el número de chicas que hay en las aulas? ¿Las mujeres hemos espabilado demasiado o ellos se han dormido en los laureles? 

No entiendo porque nos ven como una amenaza. Al fin y al cabo, solo queremos poder vivir con sus mismos derechos. No pretendemos estar por encima, tan solo que se nos vea igual que a cualquier hombre. En este punto, quiero hacer una aclaración. Lo contrario del machismo no es el feminismo, sino el hembrismo. Se conoce como hembrismo la idea de que la mujer es superior al hombre. Pero la lucha que vivimos hoy en día no es una lucha hembrista, sino feminista. Tan solo queremos ser como vosotros los hombres, no pretendemos pisotear a nadie. Además, me llama la atención que a otros muchos colectivos también se les ayuda con acciones de discriminación positiva y a nadie parece ofenderle. Pero llegamos las mujeres y el machismo pone el grito en el cielo. 

¿Qué debemos hacer ante la posible amenaza de un contraataque machista? ¿Dejamos de luchar y nos quedamos donde estábamos? ¿Seguimos luchando, utilizando como arma la fuerza de la razón contra la razón de la fuerza? ¿A qué nos vamos a tener que enfrentar esta vez? 

Puede que sea un tanto peligroso afirmar lo siguiente, pero ¿se sienten débiles las personas machistas ante quienes luchamos por la igualdad? Quizá por ello ven peligrar su bienestar ante nuestros progresos, porque en el fondo sienten que no van a poder igualarse en cuanto alguna de nosotras destaque. No solo hay que involucrarles en las mismas tareas que las mujeres, también es necesario hacerles entender que limpiar la casa o cambiar pañales no acaba con la hombría ni la masculinidad. Un hombre que cuida de sus hijos sigue siendo muy hombre. 

Ojo, el machismo no lo forman solo hombres, hay mujeres mucho mas machistas que muchos hombres. ¿Y con ellas, que hacemos? Porque la lucha por la igualdad siempre ha sido encaminada a trabajar con los hombres, pero el trabajo con las mujeres machistas anda un tanto descuidado. Solo nos falta eso, no solo luchar contra hombres machistas, sino además tener que luchar con éstos apoyados por mujeres machistas también. 

La igualdad está muy lejos aún. Hay que seguir trabajando en ello. Hay que prepararse para una segunda oleada de sumisión. Varios estudios ya han demostrado que nuestros adolescentes retoman las conductas machistas de antaño. El panorama se complica y la sociedad sigue muy ciega ante el problema. Pero como me han dicho mucho en clase, la verdad saldrá a la luz.

martes, 4 de septiembre de 2012

¡Que curiosa, la transversalidad!



Mujer, pero sobre ruedas. ¿Qué realidad es la que prevalece? Cuando se realiza una investigación, los esfuerzos suelen centrarse en una realidad. Pero la verdadera realidad es que no hay ser humano que sea una sola cosa. Se han de tener en cuenta mas de una realidad.

Parte de la lucha feminista se ha centrado en hacer ver al mundo que las mujeres no somos máquinas de hacer bebés, ni estamos destinadas a vivir encerradas en nuestros hogares. Ser madre y ser ama de casa son simples elecciones, opciones que escogemos o que deberíamos escoger en plena libertad y en un clima de igualdad.

Nosotras damos a luz, pero parece que son los hombres lo que decidan cuando, incluso cómo. A lo largo de toda la historia, nuestra obligación ha sido dar descendencia, preferiblemente varones, a nuestros maridos. Y si no hemos podido hacerlo, nuestra misión en el mundo ha fracasado. No servimos para nada mas.

O sí, al menos mantenemos la casa limpia. Desde luego, si no puedes tener hijos y además careces de verdaderas habilidades para mantener tu hogar en pie y la comida lista a tiempo en la mesa para cuando llegue tu marido, entonces si que eres una inútil redomada. Aunque nuestras madres y las madres de nuestras madres ya se han asegurado siempre de que fuéramos unas mujeres de bien.

Las feministas siempre han reivindicado nuestro derecho a ser madres cuando lo deseemos, no cuando el hombre lo imponga. También se ha luchado por abrir paso a las mujeres en el mundo laboral. Una mujer que es madre y esposa no tiene porque sentirse realizada simplemente por ser una mujer de hogar. Las mujeres necesitamos mas, independencia y libertad. Incluso si decidimos dedicar nuestra vida a nuestros hijos, queremos hacerlo con la seguridad de poder mantenerlos sin depender de nadie.

Pero yo, además de mujer, tengo una diversidad funcional. De repente, el planteamiento se vuelve del revés. Cuando eres mujer pero discapacitada, el mundo entiende que no eres capaz de sacar tu casa adelante, y muchísimo menos tienes la capacidad de tener hijos. Si no es con la ayuda de una tercera persona, nunca.

Mi lucha ya es otra. Ya no lucho porque me permitan hacer algo mas que mis labores, o porque me entiendan cuando digo que hay días mas felices en mi vida aparte del nacimiento de mi bebé. Porque mi realidad, pese a ser mujer, es otra.

Soy como una mujer hecha a medias. Mi función es tener hijos, pero mejor no tenerlos, que los chiquillos corren mucho y a ver cómo los vas a seguir. Mi obligación es tener la casa en orden, pero mejor si lo hace otro, que si lo haces tú la cama se queda muy desastrada. Soy mujer, pero no soy mujer.

Realmente, ¿por qué debería luchar yo? Si me vuelco con la causa feminista, me alejo de mi realidad de discapacitada, dejo de luchar por algo que también es necesario. Pero si vuelvo a mi mundo sobre ruedas, me veo obligada a dejar de lado mi feminidad. ¿Supone eso que, haga lo que haga, traiciono a una parte de mi misma?

Cuando unes dos realidades, una te separa de la otra. Se crea como una tercera especie humana. Ni discapacitada, ni mujer, sino mujer discapacitada. Aparece una tercera lucha, en la cual se plantean nuevas necesidades y nuevos problemas a resolver.

Quizá la aparición de terceras realidades (ya no solo mujeres discapacitadas, sino cualquier otra pareja de realidades que puedan converger) haga que la necesidad de libertad se eleve a la enésima potencia. Como mujer con diversidad funcional, tengo la necesidad de que el mundo me vea como madre y ama de casa, porque soy una persona con capacidad para criar hijos y ofrecerles un hogar en el que vivir felices y seguros. Pero al mismo tiempo, cuando la sociedad me haya visto como una mujer mas, necesito que me dejen ser mujer a mi manera. Traer vida al mundo sigue siendo una elección personal, puedo ser discapacitada, puedo ser mujer, pero mis hijos son míos y tengo lo que yo elija. Al igual que mantener un hogar, claro que tengo la capacidad de realizar las tareas domésticas como cualquier persona, pero si decido dedicarme a una profesión fuera de mi casa, tengo derecho a hacerlo.

Vivir en una tercera realidad es complicado. Una no sabe muy bien a qué aferrarse. Pero cuando se realizan investigaciones teniendo en cuenta la transversalidad (es decir, dos realidades que se unen) se llega a todo tipo de conclusiones. Unas separan, otras unen.

Mi libertad acaba donde empieza la tuya. Pero mientras yo no te dañe, déjame ser libre. Quizá esa es la base para vivir, reconocer lo que uno desea, reconocer los derechos que uno tiene, echar mano del gran abanico de posibilidades, siempre y cuando no hagamos daño a las personas que nos rodean. Quizá la base para ser mujer y ser discapacitada es luchar simplemente porque me dejen ser libre, ser mas mujer o mas discapacitada según mis deseos. Mis hijos son míos, mi casa es mía, yo decido el rumbo de mi vida.

jueves, 9 de agosto de 2012

Del progreso a la regresión

Corea del sur, uno de los países mas competitivos del mundo. Cuentan con muchos de los mejores profesionales del mundo. Tras la guerra con Corea del Norte, se decidió utilizar la educación como motor económico. Buena idea la de educar mas y mejor a sus muchachos, no? 

Pues bien, algo ha fallado. La principal causa de muerte entre los jóvenes estudiantes sur-coreanos es el suicidio. Cerca de 150 estudiantes se quitan la vida a lo largo del año. En épocas de exámenes, el número de suicidios se llega a multiplicar por 5. Y ningún joven manifiesta ser feliz. 

Las jornadas de estos niños y niñas es una auténtica maratón. Desde las 8 de la mañana hasta las 22 horas se dedican únicamente a estudiar. Apenas tienen media hora para comer tras las clases antes de ponerse en marcha hacia la academia. Los comedores están preparados para que el momento de alimentarse sea lo mas breve posible. Cuando finalizan su larga jornada, llegan a casa, cenan solos con sus padres ya en la cama y tras hacer los deberes, duermen entre 4 y 5 horas. Y vuelta a empezar. 

La competitividad es la base de la vida en Corea del Sur. Si no son los mejores, la vida pierde su sentido. Viven bajo la presión continua de tener que superar constantemente a sus compañeros. Dejan la felicidad para el futuro, cuando hayan accedido a una buena universidad que les garantice brillar y destacar en su campo. 

Comparemos a España con Corea del Sur. Estamos hablando de un país que ha utilizado la educación como arma para combatir los devastadores resultados de una guerra. Ha invertido todo y más en el progreso y el crecimiento de su pueblo. Pero se ha olvidado de la felicidad de sus habitantes, el tiro les ha salido por la culata. Luego estamos nosotros, posiblemente mas felices (bueno, quizá cuando la crisis termine), pero somos el hazmerreir de Europa en cuanto a educación se refiere. Y cada vez lo seremos mas, porque nuestros gobernantes han decidido no invertir en mejorar la enseñanza, todo lo contrario, parece sobrarles. Y todos aquellos afortunados que han podido recibir una buena educación y convertirse en los mejores están haciendo las maletas para huir al extranjero. 

¿Que tal una combinación entre un país y otro? La educación es fundamental para que los países progresen y avancen. Es imprescindible formar a nuestras gentes para que puedan aportar todas las mejoras posibles a este mundo que parece irse a pique. Pero sin renunciar a la felicidad. 

Hay muchos países, un ejemplo, Finlandia, que destacan por sus sistemas educativos, y no parece que su población demuestre insatisfacción. Posiblemente su modelo cortado y pegado no nos sirva. Cada país vive en un contexto diferente, con un tipo diferente de alumnado, con otros recursos, otra historia... Pero si los resultados son positivos en un lugar, hay que encajar las piezas del puzzle para conseguir ser similares a ellos. 

La educación es vida, y la vida debe ser felicidad. No antepongamos la competitividad al simple placer de aprender. Vamos a intentar ser los mejores pero luchando contra nosotros mismos y no contra los demás. Sustituyamos la competición por la cooperación. 

Y sobre todo, no olvidemos que los niños son precisamente eso, niños. Tienen que estudiar y labrarse un futuro, pero deben jugar y divertirse. Deben disfrutar de sus familias. Necesitan alimentarse bien y dormir lo suficiente para crecer fuertes y sanos. 

Corea del Sur es un ejemplo claro de cómo se puede hacer de algo muy positivo algo totalmente negativo. De hecho, se empiezan a plantear bajar su nivel de educación para asegurar la felicidad de sus niños y niñas. A veces intentamos ir hacia adelante y cogemos tanto ímpetu, que solo conseguimos rebotar y volver hacia atrás. 

martes, 7 de agosto de 2012

¿Existe?

Altruismo: hacer por los demás sin recibir nada a cambio. Somos muchos y muchas los/as que dedicamos parte de nuestro tiempo libre a ayudar a los que mas lo necesitan. En tiempos como los que corren, es fundamental aportar cada uno nuestro minúsculo granito de arena, y más, sin esperar nada de quienes reciben tal ayuda, ya que tienen muy poco que ofrecer, por desgracia. 

Lo hacemos solo por el hecho de ayudar, porque realmente sentimos que es lo correcto y porque vemos que los resultados acaban siendo positivos para las personas ayudadas. Sin recibir sueldo alguno, muchos se lo toman como un auténtico trabajo, en términos de responsabilidad. Nuestra conducta se considera altruista, por el hecho de que no esperamos dinero a cambio de nuestro trabajo. 

Sin embargo, dudo que exista tal altruismo. Vivimos en un mundo en el que, al hablar de recibir algo a cambio, pensamos en bienes materiales o económicos. Lo no material no cuenta como transacción. Cuando se realiza un voluntariado, rara vez podemos afirmar que no recibimos nada. Incluso cuando la organización no nos acaba de agradar, las personas que forman parte de ella nos llegan al corazón de alguna manera. 

Las personas ayudadas agradecemos mucho el trabajo de los voluntarios. Gran parte de las actividades que se llegan a realizar serian imposibles sin el papel del voluntariado. Como buenamente podemos, tratamos de hacer sentir a los voluntarios y voluntarias que forman parte de una familia, les intentamos dar cariño, los cuidamos para conservarlos todo lo posible. Son indispensables. 

Quizá los voluntarios no reciban dinero por sus acciones, quizá las personas beneficiarias no tengan nada material que ofrecer. Pero no se puede negar el amor y el cariño que se regala mutuamente. El amor es tan solo un sentimiento, pero no podemos restarle valor. 

El altruismo como el dar sin recibir no podría considerarse. Nadie da sin recibir. Si tu me ayudas, aquí tienes mi amistad. Si me dedicas tiempo, te dedicaré todo mi cariño. Y mientras que el dinero se acaba y los bienes materiales se estropean, si las relaciones humanas se cuidan, pueden ser mucho mas duraderas. 

Mas que el dar sin recibir, creo que el altruismo se refiere a una intención. Cuando decides hacerte voluntario/a, lo haces sin ánimo de lucro, solo deseas ayudar en lo que puedas. Tu intención es realizar una serie de tareas por el simple hecho de saber que éstas ayudarán a gente necesitada. No buscas llegar a final de mes con estos trabajos. El altruismo debería considerarse como la intención de dar sin recibir nada a cambio. Aunque el resultado final sea otro. 

Luego está la cara amarga de la monada. Dejando de lado el cariño y el amor, en muchas ocasiones lo altruista se vuelve egoísta. No se ayuda por los demás, sino por uno mismo. Existen personas que dedican parte de su tiempo libre a ayudar a los demás para tranquilizar su conciencia. Parece que su autoestima sube cuando sienten que son mas buenos por ayudar a alguien. Esta actitud queda fuera de toda definición de altruismo. 

Hay que tener cuidado con este tipo de voluntarios. Hacen y hacen pero ayudan mas bien poco. El voluntariado necesita estar bien organizado y tener un sentido, una dirección. Si organizas una actividad, haz que tus voluntarios te ayuden de verdad a llevarla a cabo. Están ahí para cubrir una serie de necesidades, no para que vuelvan a casa con la sensación de que son personas la mar de bondadosas. 

Los voluntarios son imprescindibles. Pero no podemos sustituir a los profesionales por el voluntariado. Aunque en tiempos de crisis, a las organizaciones les convenga, si se nos ocurre cambiarlos a unos por otros, estaremos cometiendo dos errores garrafales. En primer lugar, le estaremos negando un puesto de trabajo a un profesional. En segundo lugar, estaremos cargando de trabajo a un voluntario sin que este reciba recompensa económica ninguna. 

Yo he sido voluntaria y beneficiaria. He visto los toros desde ambos lados de la barrera. Como voluntaria, no me fui con las manos vacías. Como beneficiaria, valoro enormemente el trabajo de voluntarios y voluntarias. Recibir no siempre significa ganar dinero, dar no siempre significa pagar. Pero siempre que se da, se recibe, y siempre que se recibe se acaba dando. Aún existen cosas mucho mas valiosas que las monedas. 

domingo, 5 de agosto de 2012

Queda Prohibido (Pablo Neruda)


Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igua
l.