viernes, 15 de marzo de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Marie Curie


Durante el siglo XX ha habido muchos científicos destacados. Es sorprendente que entre tanto hombre, uno de los que con más fuerza ha significado los valores de la ciencia y de la humanidad sea una mujer: Marie Curie. Marcó un hito en la historia de la ciencia y se ha convertido en el símbolo de la mujer científica por excelencia. Y la verdad, ha habido muchas mujeres con muchas dificultades para llegar a la notoriedad científica, pero dudo mucho que haya existido otra que haya tenido dificultades como las que tuvo Marie.

Su carácter, su pasión por investigar y su capacidad de trabajo y sacrificio están totalmente fuera de escala. Se codeó con los mejores científicos, incluidos Einstein y Rutherford. Y todos con los que estuvo en contacto, absolutamente todos, le tuvieron un gran respeto.

Y un buen día, en el año 1898, sucedió lo inesperado. Dieron con un trozo de pecblenda muy radiactivo. Tanto, que tendría que haber alber gado más átomos de uranio en su seno que los que real mente cabían. Asombrados, llegaron a la única conclusión posible: en la pecblenda había elementos aún más ra diactivos que el uranio y como esos elementos no se conocían, tenía que tratarse de alguno que aún no se hubiese descubierto. Por otro lado, jamás se habían observado elementos extraños en la pecblenda, por lo cual debían de hallarse presentes en cantidades muy pequeñas. Y para que cantidades tan pequeñas mostraran tanta radiación, los nuevos elementos tenían que ser muy, muy radiactivos. La lógica era aplastante.
Sus investigaciones se aplicaron en todo el mundo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Marie Curie propuso utilizar la radioactividad para curar a los soldados lastimados por el conflicto bélico. 

Ésta física y química polaca, es la única mujer galardonada en dos ocasiones con el Premio Nobel, y además, la única persona en el mundo que recibió dos Nobel en diferentes disciplinas; fue número uno de su promoción (estudió en La Sorbona), dio nombre a la radiactividad y descubrió dos elementos químicos; el polonio y el radio. 

viernes, 8 de marzo de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: María Zambrano


Pensadora y escritora española. Fue discípula de Ortega y Gasset y de Zubiri. Junto a su marido recorrió varios países, Chile, Cuba, México, en los que se desempeñó como docente. Además, en el exilio, tuvo una tenaz labor intelectual publicando artículos y libros. Se destacó por ser la pensadora española más importante de la segunda mitad del siglo XX.

María Zambrano nació en Vélez-Málaga (España), el 22 de abril de 1904. En 1909, tras una breve estancia en Madrid, la familia se trasladó a Segovia, y allí pasó su adolescencia. Se crió en un ambiente intelectual, siendo sus padres maestros. Además su padre fue fundador del periódico "Segovia" y de la revista "Castilla", y amigo personal de Antonio Machado -hecho que tuvo una influencia fundamental en María-.

En 1921 inició sus estudios de Filosofía en la Universidad Central de Madrid, donde fue discípula de Ortega y Gasset y de Zubiri. Allí se recibió en 1927. En 1931, y hasta 1936, fue profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central.

El 14 de septiembre de 1936 contrajo matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave. Al ser éste nombrado secretario de la embajada española en Santiago de Chile, se fueron por un tiempo a vivir allí. En 1937, ambos regresaron a España, primero residieron en Valencia y luego en Barcelona. Su marido se incorporó al ejército, y María colaboró en defensa de la República como Consejero de Propaganda y Consejero Nacional de la Infancia Evacuada.

El 28 de enero de 1939 María Zambrano comenzó su exilio -en el que realizó una tenaz labor intelectual publicando artículos y libros- acompañada por su madre, su hermana y el marido de ésta. Estuvo en París y en Nueva York poco tiempo, y se dirigió a La Habana, donde fue invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. De ahí se fue a México, donde se la nombró profesora de filosofía en la Universidad San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán.

En 1946 viajó desde La Habana a París debido a la muerte de su madre, permaneciendo en esta ciudad hasta principios de 1949, año en que se trasladó a La Habana, donde vivió hasta 1953, impartiendo conferencias, cursos y clases particulares. En este último año volvió a Europa y se instaló en Roma, donde vivió hasta 1964.

Su salud comenzó a deteriorarse, y en 1978 se trasladó a Ferney-Voltaire, donde permaneció dos años, hasta que en 1980 se fue a Ginebra. En ese año fue nombrada Hija Adoptiva de Principado de Asturias, lo que constituyó el primer reconocimiento oficial de Zambrano en España.

En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y el Ayuntamiento de su pueblo la nombró Hija Predilecta. Al año siguiente, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga la nombró Doctora Honoris Causa.

El 20 de noviembre de 1984, volvió a España, instalándose en Madrid. En 1987 se constituyó en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre y en 1988 le fue concedido el Premio Cervantes. Murió el 6 de febrero de 1991, en Madrid, y fue enterrada en su pueblo natal.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Unas palabras a la absurda autoridad

Hay personas que llegan a altos cargos, no con el fin de hacer algo por los que queda abajo, sino por la comodidad que les supone ese tipo de vida. Mas dinero, mas propiedades, mas de lo que sea. Lujo y comodidad. El lujo de la comodidad. 

El único problema que pueden encontrarse es que los debajo no estemos de acuerdo con ellos. En ese caso, hay que imponer el orden. Y algunos gobernantes tienen métodos muy absurdos para imponerse... 

Hay cosas sin sentido ninguno. No tiene sentido que se haga una fiesta y no dejar muestras de ello, que la gente se aprecie y no haya un solo signo de dicho amor, que exista vida bajo un techo y cuatro paredes y no quede constancia de ello. Pero hacer desaparecer estas huellas suele ser una forma bastante común de mostrar poder. 

Bueno, mostrar poder, o hacer como que se tiene tal poder, porque, por norma general, la reacción de los de abajo suele ser el descontento, el enfado, para dar paso al pasotismo y a un principio de anarquía que se rebela contra la absurda autoridad. 

Los absurdos gobernantes no saben que los de abajo, usando nuestra propia lógica aplastante, dictamos nuestras propias formas de vida, y que no nos importa tanto contentar a nuestros gobernantes o no, sino hacer perdurar aquello que consideramos imborrable. 

No estamos por la labor de defender a quienes nos gobiernan si éstos lo hacen con la única intención de tenernos callados. Nuestra labor es defender nuestra vida en el sentido mas amplio de la palabra. Defendemos nuestra vida, no solo por nosotros, sino porque hay otros que no conocen nuestra forma de vivir. Nadie sabe lo gratificante que puede resultar mostrar tu modo de vida al mundo. 

Sus ganas de comodidad y calma son grandes, pero nuestra alegría de vivir es mayor. Mientras quede una sola razón para ser quien somos, así seguiremos, aunque nos intenten cambiar. No se olviden, señores gobernantes: cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer. Nosotros estamos en lo cierto. 


lunes, 4 de marzo de 2013

El sueño del mito

La sociedad en la que vivimos plantea el amor desde el punto de vista de un mito. Es el mito del amor romántico, el cual engloba, a su vez, toda una serie de mitos. A voz de pronto, podemos no saber de qué estoy hablándoos. Pero creo que si empiezo a decir que las mujeres somos princesas indefensas, los hombres son príncipes azules, el amor dura para siempre, el amor lo puede todo, por amor se hace cualquier cosa, por amor se perdona todo, creo que ya nos hacemos una idea de qué es eso del mito del amor romántico. Es un mito que se sustenta en todas esas ideas. 

Sin todas esas ideas, no amaríamos como amamos. Los esquemas empiezan a cambiar, se está empezando a ver que la inmensa mayoría de esas frases no son mas que falacias que nos intentan vender. Además, lejos de mostrar un amor ideal, pueden incluso resultar dañinas y perjudiciales. Hay que empezar a contar qué ocurre tras las bodas en los cuentos de hadas. 

Pero el mito del amor romántico aún está muy enraizado. Empezamos a cambiar el chip pero aún nos queda mucho camino por recorrer. Últimamente me estoy fijando en el punto al que puede llegar este mito. No solo nos planteamos nuestras relaciones a partir de estas ideas, también soñamos con relaciones futuras a partir de las mismas. 

Voy a poneros ejemplos. Llegan navidades. Toca hacer regalos. Un chico, porque sí, porque quiere, porque le da la gana, es especialmente realista ese año con una chica. Al ver los detalles, la chica, además de la alegría, empieza a fantasear. Porque claro, aquello no es normal. Algo debe haber detrás, un chico no es tan detallista. Así, por las buenas, imposible. Pues oye, igual siente algo. Y si siente algo, pues puede ser un buen partido. Porque claro, un chico tan detallista...

Y ya nuestra mente empieza a volar. De un simple detalle que ha tenido el muchacho porque simplemente ha querido, empezamos a imaginar de todo. Vale, los príncipes azules no existen, pero ¿tampoco pueden existir los chicos detallistas sin segundas intenciones? 

Otro ejemplo. Tenemos un problema médico por el que necesitamos acudir al centro de salud con cierta regularidad. Y un amigo dice que nos acompaña. Y oye, si hace falta, nos acompaña todas las veces que vamos. O, como mínimo, se preocupa de que haya alguien que va con una. Ay,  tantas atenciones... Eso... Eso, no es normal... 

Tendemos a darle una segunda intención a este tipo de situaciones. Nos han enseñado demasiado cómo somos hombres y mujeres. Los hombres no son detallistas, ni atentos, ni nos dicen cosas bonitas sin motivo... Si lo hacen, es que no son hombres, son príncipes azules buscando a sus princesas. Caemos en el mito. 

Creer que un hombre no puede tener un comportamiento especial con nosotras sin tener la intención de mantener una relación con nosotras no es mas que un estereotipo. Vale que no existe el hombre perfecto, pero los sacos de defectos con aspecto de señor, pues tampoco. Los términos medios existen. Pueden no ser príncipes azules ni nuestros futuros novios, pero oye, son unos maravillosos amigos detallistas, atentos y la mar de majos. 

Además, es que cometemos un doble error. Al pensar que hay algo detrás de esos gestos, no valoramos lo que esos hombres no están aportando al momento. Siempre esperamos mas, mas detalles, mas mimos, mas piropos. Y de repente, no hay más. Y resulta que, además del chasco que nos hemos llevado por no tener novio, resulta que todo lo anterior pierde valor. 

Si un hombre te hace sentir como una reina por un segundo, eso que te llevas, chica. No hay necesidad de calentarse la cabeza con el mañana. El presente está para disfrutarlo. Que luego, si tiene que surgir algo, pues bienvenido sea. Si no, que te quiten lo bailao... 

Además, es que el asunto tiene su miga. Incluso teniendo en cuenta el mito, las mujeres queremos ser princesitas de algún hombre. Y resulta que, cuando ese hombre nos trata como tal, ni nos percatamos, pues ellos no acaban de ser príncipes azules. 

Mas que acabar con el mito, creo que es mejor reescribirlo. El amor romántico es un amor libre, en el cual importa algo mas que la otra persona; en el que, ese amor por esa persona, se demuestra apoyándola en la consecución de sus metas; en el cual se asume que todo puede tener un fin y lo mas hermoso puede ser tan solo un recuerdo y en el cual, las princesas somos imperfectas y lo somos porque nos sabemos sentir así siendo como somos y los príncipes también son imperfectos pero nos saben descubrir de vez en cuando que, esa imperfección esconde un lado precioso. Y sobre todo, ese amor puede basarse tan solo en una amistad presente y no se anhela una atadura futura. 


viernes, 1 de marzo de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Maria Moliner


Lexicógrafa y bibliotecaria, no dispuso de presupuestos millonarios para realizar su gran obra. 

Nació en Paniza, provincia de Zaragoza. Su padre, Enrique Moliner, ejerció su profesión como médico rural hasta que se trasladó a América como médico de barco. Fue entonces cuando la familia Moliner se desplazó a Madrid.

Esta etapa de su vida fue muy importante. Mantuvo relaciones con la Institución Libre de Enseñanza, que más adelante se reforzarían.

En 1918 terminó el Bachiller en el Instituto General y Técnico de Zaragoza e ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad zaragozana, convirtiéndose así en una de las pocas mujeres universitarias de principios de siglo. Obtuvo su licenciatura en Historia con honores en 1921, a pesar de que su vocación se inclinaba más hacia el campo de la lingüística y la gramática.

En 1922 ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos donde trabajó hasta su jubilación en 1970. Ejerció en Simancas, Valencia, Murcia y en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid.

En 1925 contrajo matrimonio con Fernando Ramón y Ferrando, que sería catedrático de Física de la Universidad de Valencia, con quien tuvo cuatro hijos: Enrique, Fernando, Carmen y Pedro. Durante la época en la que residió en Valencia, doña María simultaneó sus labores domésticas con sus obligaciones profesionales en el ámbito de las actividades culturales desarrolladas por la Segunda República, como directora de la Biblioteca de la Universidad de Valencia y del proyecto de las Bibliotecas Populares.

Después de la Guerra Civil, el traslado de su marido a la Universidad de Salamanca determinó que la familia se instalase definitivamente en Madrid, donde creían que podrían ofrecer mejores oportunidades educativas y profesionales a sus hijos. En esta etapa de su vida es cuando doña María trabaja en la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros Industriales y comienza, en 1952, la elaboración de su diccionario al que dedicó 15 años de su vida.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Hecha la ley...

Ley 1/2004 de Medidas de Protección contra la Violencia de Género. De ella quiero hablaros hoy. Y es que como bien dice el dicho, hecha la ley, hecha la trampa, y por muy progresista y avanzada que parezca, esta ley tampoco se sale de la norma. 

Esconde tres trampas principales.La primera: tan solo establece como violencia de género aquella violencia ejercida por la pareja o ex-pareja, siempre hombre, hacia la mujer. Esto significa que no podemos hablar de violencia de género, tan solo podemos hablar de violencia sentimental. Si no existe o ha existido nexo sentimental entre agresor y víctima, no se incluye como tal. Por lo tanto, si el agresor es un padre, un primo o tu jefe, posiblemente te quedes desamparada. 

Segunda trampa. No ampara a parejas homosexuales. Recordemos que sexo y género son dos realidades diferentes. El sexo es un hecho biológico, pero el género es una construcción puramente social y cultural. Nacer niño o niña no determina tu género. Lo hace el hecho de que, en el momento en que papá y mamá ven que te cuelga algo de entre las piernas durante el embarazo, digan: "Azul, fútbol y coches". Nada más. 

Si realmente se pudiera hablar de violencia de género, podríamos incluir la diferencia de roles y géneros desarrollados independientemente del sexo. Pero no. Tan solo cuenta la diferencia entre sexos. Este tipo de violencia debe ser ejercido de un hombre hacia una mujer. Por lo tanto, no hablamos de violencia de género, sino de violencia sentimental por razón de sexo. Son muchas las personas homosexuales que se quejan de que, al interponer una denuncia contra su pareja o ex-pareja, no han sido tomadas en serio, por el simple hecho de ser del mismo sexo. 

Tercer fallo garrafal.  Supuestamente, esta ley debería tener un carácter preventivo. Las mujeres deberían poder disfrutar de protección ante la amenaza de convertirse en víctimas. Pero no. La gran mayoría de ventajas que ofrece la ley pasan por demostrar previamente que has sido víctima de violencia. Por tanto, ¿dónde está la prevención? 

He de confesar que, al principio y antes de examinar detenidamente esta ley, me parecía muy positiva. Era muy afín al gobierno que la promulgó. Me siento bastante satisfecha con algunas acciones de tipo social que realizaron. Pero como siempre ocurre, algo tenía que estar mal. 

Recuerdo mi verano en Servicios Sociales, donde las lagunas legales se apreciaban especialmente. Siempre había forma de escaquearse de la ley, tanto para bien como para mal. Toda ley cuenta con algún vacío. 

Y es que en las leyes no solo podemos apreciar los intereses del partido que nos gobierna. A veces se les escapa algún que otro detalle de aspectos a los que no dan tanta importancia o que pasan por alto por considerar que solo afecta a una minúscula minoría de casos. 

Nadie es perfecto, ni siquiera nuestro legislador, y no lo hacen por mala fe. En realidad, ¿qué mala intención tendría un gobierno paritario que ha creado medidas a favor de los homosexuales a la hora de crear de esta manera esta ley? 

Un gran problema, no de esta ley, sino de las medidas que suelen concernir a las mujeres, es que suelen dejarse para mas tarde. En el estado en el que nos encontramos los españoles, nuestro gobierno tiene otras cosas en las que pensar. Así que las rectificaciones tendrán que esperar. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Con mensaje escondido

La otra noche vi la famosa película "En busca de la felicidad". Muy bonita, cierto. Además, cuando acabas de verla, algo dentro de ti te empuja a luchar por lo que quieres y a esforzarte mucho mas. Pero, pensándolo mas tarde, le veo un gran fallo. Ofrece una versión muy materialista de la felicidad. 

El protagonista decide cambiar el rumbo de su vida en el momento en el cual ve a un feliz agente de bolsa aparcando su precioso deportivo rojo frente a su trabajo. Mira a su alrededor y ve a mas agentes con una sonrisa de oreja a oreja. En ese momento su vida va ya camino de la ruina: su negocio fracasa y su mujer está harta. Pero no es eso lo que de verdad le empuja a cambiar, ni siquiera el hecho de que su hijo tenga que acudir a una "guardería" de mala muerte en Chinatown, donde ni siquiera saben escribir la palabra "felicidad". El punto de inflexión llega con el deportivo rojo. 

Cuántas películas esconden un mensaje peligroso tras otro mensaje bonito. Siempre pienso en "La Bella y la Bestia". Esa película para niños nos repite una y otra vez que la belleza se esconde en el interior. Un mensaje muy necesario en esta sociedad tan superficial. Pero claro, hasta descubrir esa belleza interior te toca tragar carros y carretas. Bestia se dedica a tratar a patadas a todo el que se arrima a él. Si no es porque tiene cerca una rosa que le recuerda que tiene que espabilar si quiere volver a su estado normal, no hay forma de volverlo amable. 

Luego está Bella. Mira que la muchacha tiene virtudes: lee mucho, debe tener una gran inteligencia e inventiva, es paciente como la que mas. Pero, ¿qué resaltan de ella? Que es la mas bonita del pueblo. O sea, que una película que, supuestamente, debería acabar con la visión superficial de la belleza, comienza llamando Bella a su protagonista y destacando su belleza exterior. 

Cuando vemos una película de este estilo, de las que hacen pensar, siempre se te queda una sensación interna que te empuja a hacer algo. A luchar mas por tu metas, a ser mas generoso, mas paciente, cualquier cosa. Al igual que los mensajes positivos se cuelan en nuestro interior con facilidad, con los mensajes negativos puede pasar lo mismo. 

Muchas veces os he hablado de la socialización. Vuelvo una vez a decir que este tipo de mensajes son los que hacen, en parte, que la sociedad sea como es. Podemos hacer tanto una sociedad de luchadores como una sociedad de superficiales. Todo depende de los mensajes que enviemos. 

Aunque me pregunto si interesará crear una sociedad diferente a la que tenemos. Quizá, hacernos materialistas suponga hacernos mas consumistas, con lo cual, la economía seguirá su ritmo. Poderoso caballero es Don Dinero. 

Lo mismo puede pasar con las princesitas. Siempre les hemos inculcado eso a nuestras niñas. Y quizá tampoco convenga hacerles abandonar esa idea de abandonar la búsqueda de su príncipe azul. No sé si sabréis que una de las franquicias mas importantes del mundo se basa en esta idea. Dicha franquicia se dedica a crear spas para las niñas. Van a los salones, las peinan, les hacen la manicura y la pedicura, las maquillan, las invitan a una sala con disfraces, y luego pueden desfilar por una pasarela cuales supermodelos. Si la sociedad dejara de crear princesitas de 5 años, quizá negocios así no tendrían cabida. 

Se nos socializa durante toda la vida. Aunque seamos adultos y tengamos mayor capacidad de detectar mensajes peligrosos en esta sociedad audiovisual en la que vivimos, no siempre conseguir filtrar lo que nos llega. De hecho, a mi me costó detectar el mensaje materialista en la película de la otra noche. No sé si nos estarán haciendo mas materialistas o mas superficiales. De momento, conmigo van a conseguir que me mantenga siempre alerta cada vez que vaya al cine. 

viernes, 8 de febrero de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Lola Touza Domínguez


La villa medieval de Ribadavia (Ourense), capital de la histórica comarca del Ribeiro, en Galicia, donde se produce el famoso y mítico vino tan alabado por reyes y poetas desde tiempo inmemorial, fue escenario de una conmovedora historia de amor al prójimo y solidaridad, protagonizada por la gallega Lola Touza y sus hermanas Julia y Amparo, durante la época de la II Guerra Mundial. Lola, la «Schlinder» de Ribadavia, regentaba la cantina del ferrocarril y organizó entre 1941 y 1945 una red de fuga de judíos para pasarlos a Portugal. Su heroicidad, por fin ha sido reconocida en Israel. Y en su propio país, ¿quién la conoce?, ¿quién sabe de su enorme humanidad?... Ni su hijo supo de su vida clandestina. 

Esto es lo que escribió el periodista Paco Rego en una crónica del Diario El Mundo:

''Un hombre de estatura elevada, barbudo y sucio, tapado con un abrigo de mendigo, está acurrucado en una esquina del único banco de madera del andén. Lleva todo el día mirando de reojo pasar vagones Miño abajo. Cae la noche de abril sobre la estación de ferrocarril de Ribadavia. La voz sale desde el quiosco, famoso por las rosquillas, dulces de almendra y licor de café, que regentan las hermanas Touza: «Mira ese hombre, lleva todo el día ahí sentado sin coger un tren...». Año 1941. Europa se desangra en la II Guerra Mundial. Los judíos que pueden huyen hasta el mismísimo fin del mundo para escapar de las llamas del Holocausto. Lola, una de las hermanas de la cantina, no duda en acercarse al forastero. Le habla en español. El responde, con sus tristes ojos azules, en lenguas que ella no comprende. ¿Compasión, instinto? La gallega nunca explicó por qué dio cobijo en su casa a aquel desarrapado. Pero lo hizo. Y hoy un árbol sembrado este septiembre en una colina de Jerusalén donde brotan pinos en memoria de los llamados Justos entre las Naciones cuenta la heroica y silenciada historia que convirtió a Lola Touza Domínguez, la quiosquera de Ribadavia, en salvadora de cientos de judíos perseguidos. En una auténtica Schlinder gallega. Con aquel hombre, Lola y sus dos hermanas empezaron a tejer una red de fuga por la que llegaron a escapar más de medio millar de judíos que arrancaba en los Pirineos y terminaba al otro lado del río Miño, en Portugal. Se juramentaron con un barquero, dos taxistas y un emigrante retornado al que en el pueblo llamaban El Evangelista. Un silencio gallego que ha durado más de 60 años. 

El nombre de aquel flaco judío-alemán de los ojos azules, llegado de Lyon, de donde se había escapado del campo de concentración con un asturiano al que las balas nazis mataron tras la huída, fue uno de los muchos que Lola y sus valientes cómplices se llevaron a la tumba. Porque todos los héroes anónimos de la trama gallega de fuga de judíos están muertos. Si por ellos fuera, en el camposanto de la Villa feudal ourensana, partido por un muro de piedra vieja que lo separa del cementerio de los infieles, aún dormiría aquel secreto. 

No han sido ellas, ni sus sobrinos, ni sus nietos quienes han desenterrado el juramento de silencio que las Touza se hicieron en vida. La voz delatora llegó del otro lado del Atlántico. Un viejo judío neoyorquino quiso, allá por 1964 (dos años antes de que Lola falleciera a los 72 años), saber qué había sido de aquella mujer que le llevó una noche sin luna al otro lado de la frontera. A la libertad. Se llamaba Isaac Retzmann y, como tantos otros salvados por la cantinera ribadaviense, pudo alcanzar América en 1943.Retzmann, próspero comerciante alemán de padres judíos, había conocido a un emigrante gallego en la Gran Manzana, un tal Amancio Vázquez, y, sabiendo que éste volvía al terruño de vacaciones, le pidió encarecidamente que preguntara por las hermanas Touza. Tenía 70 años y una delicada salud que le hacía presagiar una muerte anticipada. El encargo terminó llegando a un librero de Vigo, Antón Patiño Regueira, y con él empezó a alumbrarse esta historia oculta que Crónica desvela en exclusiva (Antón dejó escrito antes de morir, en 2005, el esbozo de la verdad de estos héroes de Ribadavia). 

De Lola Touza, la más bella de las hermanas «Tenía una cara muy dulce», recuerda su nieto Julio, se sabía que su imagen había ilustrado una estampa que circuló por el frente de guerra del 36 para animar a las tropas. Que los niños de Ribadavia aprovechaban los recreos del colegio para ir a su quiosco a probar deliciosos dulces caseros. Que era una madre soltera más, de las muchas de la época. Lo que nadie sospechaba era que la popular mujer de la cantina valía mucho más por lo que callaba. Lola, la madre de la gran fuga.

Abraham Bendayem, Isaac Retzmann, un tal Ariel... En Jerusalén siguen reuniendo testimonios y nombres para elaborar la larga lista de quienes le deben la vida. Los cálculos más conservadores hablan de casi 400 judíos salvados exactamente 384, lo que matemáticamente equivaldría a dos personas por semana durante los cuatro años, 1941 a 1945, que se mantuvo activa la red de escapada. Aunque estimaciones más realistas sostienen que el número podría superar el medio millar. 
Sesenta años después, llueven los parabienes en el hogar de los Touza. Adosada a un muro de la que fue casa de las heroínas en Ribadavia (calle Juez Viñas, 2), luce desde el 7 de septiembre una placa de bronce: «A las tres hermanas, Lola, Amparo y Julia Touza, luchadoras por la libertad». 

El propio presidente de la Asamblea Universal Sefardí, Isaac Siboni, en una carta fechada el pasado 7 de agosto, dejaba constancia escrita del sentimiento de toda la comunidad judía: «Nuestro testimonio de admiración y gratitud para Lola, Amparo y Julia, quienes aún a riesgo de sus vidas han salvado a sus semejantes, a nuestros hermanos, de una muerte segura». Cuatro días después, el reconocimiento llevaba la firma de Ron Pundak, al frente de The Peres Center for Peace, la fundación para la paz que auspicia el presidente de Israel, Simón Peres. Dice así: «Recordar estos días a las hermanas Touza es un ejemplo para el futuro de amor y de valor, principios escasos en estos tiempos de odio». 

Hasta la fecha, sólo tres españoles el diplomático Eduardo Propper de Callejón, destinado en Francia, y los funcionarios de la embajada española en Berlín José Ruiz de Santaella y su esposa Carmen Schrader ostentan el título de Justos entre las Naciones, el equivalen te a la causa de beatificación católica, que concede la Fundación Yad Vashem a quienes, como Lola, salvaron a sus compatriotas del exterminio. La santificación judía de la gallega está en marcha. 

Han tenido que pasar tres generaciones para que un Touza, Julio, 57 años, el nieto, pueda reconstruir la historia de su abuela. Mientras cruzamos la calle Orense (paradojas del destino) que conduce a su estudio de Madrid, los recuerdos afloran nítidos en su cabeza. «Ahora me explico muchas de las cosas que ella hacía, que hablaba en alto...». 

El prestigioso arquitecto revive las tardes de domingo en casa de Lola, un antiguo caserón con arcos de piedra, los bailes de fin de semana en la planta de arriba, aquella bolsita de tela cargada de monedas que ella guardaba celosamente en un cajón del viejo aparador... «Eran duros de plata alfonsinos. No quería que nadie los tocara. Valían más que la peseta, ya en curso, y yo, que era un niño, pensaba que mi abuela los coleccionaba. Pero no. Los guardaba como recuerdo de otros tiempos. Con monedas como ésas había pagado algunos favores y el resto se lo había dado a los judíos escapados. Nadie en la familia lo supo nunca. Ni siquiera su único hijo, mi padre... Se ha muerto sin saberlo». 


LA COARTADA 


Cosas de la vida. Aquellos pasodobles, tangos y chachachás no sólo daban a las Touza unos dinerillos extra con los que poder capear las penurias domésticas en una España mísera de posguerra, donde judíos y masones encarnaban todos los males. Pero no era más que una coartada. De aquellas tardes de bailes y bacarrá, Lola hacía caja para su causa clandestina. «Nadie pasaba hambre a su lado)>, recuerda el músico de La Lira (banda del pueblo) Ramón Estévez Arango, protagonista ocasional de aquella gran evasión. «Vendía lo que hiciera falta, un abrigo, un anillo, cualquier cosa con tal de ayudar a un solo judío. Era de naturaleza muy desprendida». Generosa. 

Y de pronto nos viene a la memoria el angustiado rostro de Oskar, el héroe de la inolvidable película La lista de Schindler, con ojos llorosos y gesto desesperado, mientras a su alrededor un grupo de hombres y mujeres enternecidos esperan a que el empresario benefactor los elija para su fábrica, salvándoles así de la muerte en un campo nazi. «El coche. ¿Por qué me quedé el coche? Valía 10 personas. Diez personas más... Esta pluma. Dos personas. Es de oro... Dos personas más... El (se refería a un oficial de la SS) me hubiera dado dos personas por ella, al menos una. Una persona más. Por esto... ¡Pude haber salvado a una persona más...!». «Lola era como Schindler», remacha Ramón, el vecino músico. Lola Schindler Touza. El cerebro de la escapada. «No entendía de partidos ni de credos religiosos». Y dicho esto, el viudo hombretón sienta sus 86 años en un banco de la cocina de su casa, en el corazón del barrio judío de Ribadavia (otro guiño del destino), y con parsimonia espera a que las campanas de iglesia de Santiago enmudezcan. 

Lola, para el músico Ramón, es una dulce historia de adolescencia. Tenía 17 años cuando se tropezó de bruces con esa realidad que nadie en el pueblo parecía ver. Era una mañana de septiembre de 1941 y ayudaba a su padre, Francisco Estévez. en la descarga de un vagón de ladrillos. Lola se acercó a Paco, como ella le llamaba, y con discreción le preguntó: « vais de pesca? Necesito que me hagas un favor. Tengo aquí a una persona que quiere pasar a Portugal, pero no quiere hacerlo en tren ni por carretera». 

A la mujer le habían soplado que dos agentes de la Gestapo llegados de Vigo, desde cuyo puerto transportaban el wolframio extraído de las minas gallegas para nutrir la maquinaria de guerra de Hitler, merodeaban por los alrededores del pueblo a la caza de un judío-alemán fugado de Francia. «Mi padre, por aprecio a Lola, no lo dudó», rememora Ramón. Y esa misma madrugada, a las cuatro en punto, acudieron a la casa de la mujer armados con sus cañas de pescar.


DESNUDO Y AL AGUA 


«A él le dimos otra caña y, aunque chapurreaba el español, le dijimos que no hablara. Nos fuimos directos a la orilla del Miño y echamos a andar toda la noche. Nadie sospecharía, pues muchos pescadores solían salir a esa hora en busca de truchas y anguilas para matar el hambre». Por si acaso, Paco se quedó atrás mientras su hijo y el extranjero apuraban el paso. Horas más tarde, recorridos ya casi 40 kilómetros por un sendero empedrado, llegaron a Frieira, la aldea gallega que linda con Portugal.
«Como yo era un chaval, el alemán me preguntó si no me importaba que se quitara la ropa. Le dije que no. La dobló y se la ató a la cabeza con el cinto del pantalón. Te recordaré toda la vida, amigo, me habló en bajo al oído antes de echarse al agua, al tiempo que me regalaba un duro de plata alfonsino. Ví como alcanzaba la orilla portuguesa, y desde entonces nunca más supe de él. En el antebrazo llevaba tatuado el 451... Me dijo que se llamaba Abraham Bendayem». 

Abraham era aquel hombre de la estación de ferrocarril, el de los tristes ojos azules, barbudo y sucio, con el que Lola abrió la ruta clandestina dicen que la más importante de la Península por la que cientos de judíos ganaron la salvación. Lejos de su tierra prometida. Los más, alcanzaron las costas de Estados Unidos, Brasil, Argentina y Venezuela. Otros escaparon a África, sobre todo a Marruecos y Argelia. Gracias al boca a boca y a la eficaz organización de la comunidad judía, el nombre de Lola se extendió por Europa. 

Ni el férreo secreto, ni las noches cerradas garantizaban, sin embargo, que la fuga llegara a buen puerto. Por eso Lola se cuidaba mucho de las compañías. Una palabra a destiempo, un gesto o una mirada indiscreta podían llevarla a la lista de traidores o al destierro perpetuo en una cárcel. La madre, su nombre de guerra en la red de fuga, se rodeó de lugartenientes fieles hasta la muerte. Dos taxistas (José Rocha Freijido y Javier Míguez Fernández, El Calavera), Ricardo Pérez Parada, apodado El Evangelista, que había aprendido inglés y polaco siendo emigrante en Nueva York, y que hacía de traductor) y el barquero Ramón Estévez. Según la ruta que eligiera Lola había ideado tres: por senderos, carreteras de tercera y cruzando el Miño actuaban estos héroes anónimos.
 
Todo empezaba con la llegada de un convoy señalado a la estación de Ribadavia. Lola esperaba con su cesta llena de rosquillas, caramelos y dulces de almendra en las manos. A veces los ofrecía por las ventanillas desde el andén. Otras veces se subía al tren y recorría los vagones con su mercancía. Era entonces cuando se encontraba siempre con alguien que le anunciaba la llegada inminente (día, hora y vagón) de una nueva tanda de judíos. 

Los días de llegada, Lola era la primera en abandonar el quiosco. El mensaje de que unos judíos arribarían en las próximas horas corría rápido a los oídos del Calavera. Y en el silencio de la noche elegida, se consumaba la fuga de aquellos desesperados a bordo de su taxi, un Dodge negro americano. «Quién me lo iba a decir, Dios mío... Mi padre...». María del Carmen no se lo cree. Pregunta a la gente del pueblo, todos se extrañan. «El fue legionario. ¿Qué le parece? Estuvo de chófer de Millán Astray. Y con aquel aspecto de hombre duro que tenía... ¡Qué orgullosa estoy de él!». 

- ¿Nunca le hizo un comentario? 

- Jamás. Lo único que nos decía en casa era que no quería comer peces del Miño. 

- ¿Por qué? 

- Decía que estaba contaminado. Luego supimos que en la guerra los de Franco y los del otro bando tiraban a cantidad gente desde un puente que cruzaba el río. A los que se agarraban a los hierros les cortaban las manos. Muchos murieron ahogados o desangrados. Por eso mi padre nunca quiso comer peces. 

Tal vez no fuese Lola la única que estaba en la diana de la Gestapo. Según va tirando de la historia su nieto Julio, al parecer, el servicio secreto británico contaba en Vigo con un espía que seguía de cerca los pasos de los alemanes. Se llamaba Eduardo Martínez y era médico. «Es muy probable que conociera a mi abuela», baraja el arquitecto. Sus informaciones fueron reconocidas por el Gobierno de las Islas con la Medalla al Valor, en 1945. «Estos días le he pedido al M15 que busque los nombres de mi abuela y de mis tías en sus archivos. Me dijeron que pronto desclasificarán algunos papeles de la guerra. Quizás ahí esté la lista que andamos buscando». 


La lista de Lola. Nombre en clave: "La madre".''

miércoles, 6 de febrero de 2013

Libres y promiscuas

Uno de los campos en los cuales hemos avanzado las mujeres es en el del sexo. Seguimos reprimidas y sin poder disfrutar al máximo de nuestra sexualidad. 

Hará un par de días, surgió una conversación sobre cine porno. Hablando sobre una actriz, un chico dijo: 

- Yo no sé si saldría con una actriz porno...a saber lo que ha entrado por ahí... 

Estoy convencida de que existe una gran diferencia en la concepción de una relación dependiendo de si se trata de un hombre o una mujer. Si se trata de una mujer que sale con un actor porno, pienso que el miedo estaría mas en los celos que en pensar donde la ha metido. Sin embargo, en el caso de las mujeres, se tiende mas a pensar qué habrá entrado por ahí. 

Aunque han habido ciertos avances dentro del mundo de la sexualidad y cada vez son mas los expertos que nos insisten en las ventajas de tener una vida sexual activa, la realidad social sigue mostrando otra cara. Mientras que el hombre es objeto de alabanzas por su vida sexual activa, la mujer debe mantener muy oculta su sexualidad. Si nos ponemos a decir en alto qué hicimos la noche anterior, mas de uno se escandalizaría aún a día de hoy. 

Hace un tiempo vi en una red social un post alabando a las prostitutas. Se resaltaba, entre otras muchas cosas, su don de gentes, su capacidad de supervivencia y sobre todo, sus numerosas habilidades sexuales. Poco después, en un blog aparecía una entrada en la que hablaba de que todas eramos "putas", no solo refiriéndose al derecho a tener las relaciones que nos plazca, sino también a la frecuencia con la que nos referimos las unas a la otras con esta palabra cuando algo nos parece indecente. 

Y es que en numerosas ocasiones somos nosotras las que nos lanzamos piedras sobre nuestro tejado. Se habla mucho de la unión entre los hombres para poder conservar su supremacía. Las mujeres parecemos enemigas las unas de las otras. 

Para ser libres e iguales tenemos que abordar el tema del sexo como cualquier otro. No digo que necesariamente nuestras vidas sexuales se tengan que convertir en un no parar. La gracia del derecho está en que, si quiero, lo hago, si no, no. Pero si lo hago, que sea sin miedo a que me tomen por promiscua, sobre todo por parte de las otras mujeres de mi alrededor. 

Tenemos que empezar a entender que la necesidad de placer es inherente al ser humano. No es cosa de hombres. Si lo fuera, ¿por qué la Madre Naturaleza nos ha dado el clítoris a nosotras y no a ellos? Al igual que ellos presumen de ser unos superhombres cada vez que consiguen llevarse a una mujer a la cama, nosotras, si este es nuestro deseo, no tenemos porqué avergonzarnos si conseguimos pasar una noche de pasión. 

Nuestro cuerpo nos habla y nos pide momentos de placer. ¿Quién es la sociedad para negar algo tan natural como el placer sexual? Una vez mas, hemos creado tontamente una barrera que actúa en nuestra propia contra. 

Soy libre, pero no promiscua. Aunque si me lo quieren llamar, adelante. No me importa. Me importa mas saber que estoy satisfecha con mi cuerpo y mi vida, que sé satisfacer mis deseo y que eso me hace feliz. No hago daño a nadie haciendo lo que hago, y si a alguien no le gusta, que no mire. Mi cuerpo es mio y de él disfruto yo y quien yo diga. 

lunes, 4 de febrero de 2013

Detrás de la pluma

En mi máster no solo hablamos de la igualdad entre mujeres y hombres. También dedicamos parte de una asignatura para hablar de las personas con diferente tendencia sexual. Hablamos de homosexuales, bisexuales, transexuales y otras muchas formas de vivir la sexualidad, como pueden ser los colectivos que creen en el poliamor o grupos defensores del fetichismo o el sadomasoquismo. 

La relación con el máster es que, cuando hablamos de igualdad de género, no solo hablamos de igualdad entre los sexos, hablamos de igualdad entre diferentes roles, entre lo masculino y lo femenino, aunque quienes ejerzan tales posturas sean solo hombres o solo mujer. 

Bueno, esperad, que me desvío de lo que os quería contar. Hace unos años, recuerdo una conversación en una cafetería con unas amigas. Consideradas de mente abierta y con sensibilidad hacia los colectivos excluidos socialmente, decían estar totalmente a favor de la celebración del Día del Orgullo Gay, pero que lo que no aceptaban eran "mariquitillas locas" (es decir, hombres comportándose de forma femenina) que solo subían a las carrozas a enseñar el tanga. 

Por un momento pude estar algo de acuerdo. Llegué a pensar que ciertos comportamientos podían jugar en contra del colectivo LGTB y que sería mejor que no hicieran determinadas cosas. Ahora, mi planteamiento es bien diferente: ¿y si esa es su manera de vivir su sexualidad? 

Al igual que con todo hijo del vecino, creo que tenemos una serie de estereotipos sobre los homosexuales, bisexuales, etc. Cuando pensamos en aquel homosexual al que podríamos aceptar, pensamos en alguien al cual no se le "nota" exteriormente su tendencia sexual, a no ser que esté junto a su pareja y estén dándose muestra de amor. 

Hasta ahí, la sociedad puede aceptar la homosexualidad. Pero, ¿y si se es un homosexual diferente? Quizá su diferencia vaya mas allá de lo antes mencionado. Quizá ese hombre no sea feliz solo amando a otro hombre, sino mostrando un carácter propio de mujer. 

Aunque, ¿qué es lo propio de los hombres y las mujeres? No olvidemos que el género, aquello que marca nuestros roles y comportamientos masculinos o femeninos, no es mas que una construcción social. Los únicos que establecemos cómo debemos ser según nuestro sexo, somos nosotros mismos. Aquello que consideramos anormal en las personas que ejercen roles diferentes lo es porque nosotros hemos decidido que lo sea. Lo normal no es normal, hemos decidido que es normal. Espero que se entienda el matiz. 

La lucha LGTB va mas allá del derecho al matrimonio o a la paternidad o maternidad. Es una lucha de aceptación de todo el colectivo, no solo de la parte "aceptable" del colectivo. Podemos pensar que son un grupo mas que aceptado por la sociedad y que ya han conseguido mucho, pero hay un trasfondo detrás de este mundo. 

Desde hace unos años se ha centrado la atención en el colectivo de los transexuales. Y la verdad, es que aún hay mucho por hacer. Primero, recordemos que desarrollan roles y transforman su físico para ser como el otro sexo. Eso ya hace que sean un grupo poco aceptado. Y segundo, muchas veces su aceptación depende de hacia qué sexo quieran transformarse. 

Los hombres y las mujeres vivimos en posiciones desiguales, creo que no hace falta decirlo. Y esto puede llegar al extremo de marcar la vida de un transexual. Haciendo un trabajo, llegamos a debatir sobre si era mas fácil aceptar a una mujer que vive como un hombre o a un hombre que vive como una mujer. Llegamos a la conclusión de que desarrollar un papel masculino en la sociedad siempre da ventajas, incluso cuando lo desempeña una mujer. 

Al igual que con otros muchos colectivos, tendemos a ver solo la punta del iceberg. Seguimos viviendo en una sociedad que no acepta a muchos y admite a unos pocos, obedeciendo casi siempre a estereotipos, prejuicios e ideas preconcebidas. Pero hay algo mas allá de lo que vemos, y es cosa nuestra y solo nuestra que se llegue, algún día, a la utopía de la plena inclusión. 

sábado, 2 de febrero de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Lisístrata


Aristófanes, poeta griego quien nació en el siglo V a.C. en la capital ateniense, escribió una de sus obras “Lisístrata”, durante la Guerra del Peloponeso cuando la moral ateniense estaba muy baja.

Las comedias de Aristófanes (''Las Ranas'', ''Las Avispas'', entre otras) se caracterizan por tener un sentido del humor y lenguaje grotesco con la intención de hacer reír. Además, en este caso, se nota una intención pacifista del creador.

A veces ocurre que el mundo antiguo y la actualidad coinciden enormemente, por desgracia, no siempre por motivos agradables.

Os recomiendo que leáis el comentario que viene a continuación, fue escrito por una mujer de hoy en día y con las ideas muy claritas, Victoria Sendón de León, filósofa de formación y ciudadana del mundo, tal y como ella se define.


OPERACIÓN LISÍSTRATA. 


Las chicas de Pererira, en Colombia, tal vez no sepan que su original campaña ya existía literariamente hace unos veinticuatro siglos nada menos. Qué lástima que haya tenido que pasar tanto tiempo para que a las mujeres se nos ocurriera llevar el mismo argumento a la realidad.

Verán, Aristófanes utilizó el tema de la violencia masculina para hacer una comedia, “Lisístrata”, a fin de ridiculizar a los griegos, siempre enzarzados en sus guerras y guerritas de nunca acabar, que tenían a las helenas hasta los tirantes del peplo (túnica femenina de la antigua Grecia que llevaban las mujeres anteriores a los años 500 a. C.). A Lisístrata se le ocurrió una estratagema de lo más eficaz para obligar a los hombres a vivir en paz. Se reunió con las mujeres de Atenas, Esparta, Corinto y Beocia para convencerlas de que se negaran a satisfacer a sus maridos y amantes sexualmente hasta que no renunciaran a sus aficiones bélicas. Lo consiguió, pero en más de una ocasión vio peligrar su campaña de resistencia porque muchas mujeres se derretían a la primera carantoña. Finalmente, los griegos dejaron de hacer la guerra y comenzaron a hacer el amor en la paz acogedora del tálamo. En la ficción, claro.

Recientemente, más de 100 mujeres de la Pereira colombiana decidieron hacer lo mismo que Lisístrata y sus compañeras. La ciudad, de 450.000 habitantes, tiene más de treinta pandillas cuyo juego preferido es matarse por las calles, en la noche, a la luz del día, laborables y feriados, da igual: es ya una inercia, una costumbre, un “modus vivendi”. Cada año se registran casi quinientos asesinatos, lo cual le da a la ciudad un colorido subidito de tono. Y a la vida de las mujeres y sus hijos una inseguridad y una angustia innecesarias, absurdas, crueles. ¡Mira que traer un hijo al mundo, con lo que cuesta, para que te salga así de gilipollas!

La Lisístrata de Pereira se llama Omaira, una rapera que incita al resto de las mujeres a sumarse a la huelga de “piernas cruzadas”, con la que confían que los machitos opten por el amor en lugar de por la guerra. Ojalá lo consigan, pero a esta huelga yo le añadiría la de “brazos caídos”, para que les haga la cena Rita, y la de “úteros vacíos” hasta que el “homo-homo” controle su estúpida violencia, sus delirios prepotentes, su terrible complejo por no haber sido mujer, portadora de vida. Tal vez esta afirmación sea muy arriesgada por mi parte, pero ¿qué les pasa entonces? Los varones evolucionados, cada vez más, comienzan a sentir vergüenza de su género. Cuando esta vergüenza de género se imponga a la violencia contra el otro género empezarán a cambiar las cosas. Seguro. ¡Gracias, mujeres de Pereira!''

miércoles, 30 de enero de 2013

Competir o evolucionar

Estamos de exámenes. Ayer era muy extraño andar por la universidad. No había clase, pero ante las puertas de las aulas habían numerosos grupos de alumnos, con apuntes en la mano y preguntándose el temario los unos a los otros. 

Convivir con tanta gente y cada uno de su padre y su madre y con estudios diferentes te permite comparar como fue tu etapa universitaria y como está siendo la de los demás. En general, todos me hablan de un gran nivel de competitividad entre compañeros de clase, algo que, rara vez, se daba en Trabajo Social, si acaso, algún trepa se apropiaba de tus ideas o apuntes para poder realizar mejores trabajos, pero eran casos muy puntuales. 

Puedo entender que Trabajo Social no tiene relación alguna con carreras como las Ingenierías. El Trabajo Social no se entiende sin valores como la solidaridad o la cooperación. Quizá por ello los que estudiábamos juntos encontrábamos mas sentido a ayudarnos mutuamente que pisotearnos los unos a los otros. 

Si tengo algún residuo de competitividad en mí no se debe a mis estudios. Al estar en el mundo de la natación y compitiendo desde los 7 años, muchas veces he tenido la sensación de querer superar a los demás. Pero, años después, no se me ha quedado buen cuerpo recordando aquello. 

La competitividad llegó a resultar insana. Recuerdo estar muy pendiente de los resultados de otros nadadores y equipos, de contabilizar medallas, incluso de imprimirme hojas de resultados y subrayar a los nadadores de mi equipo con colores diferentes, según lo que habían conseguido. Pensaba en las delegaciones mas fuertes y me ponía de mal humor, no quería que superaran a mi equipo, lo consideraba el mejor. Y cuando dejamos de ser los mejores, me iba de las competiciones con la sensación de tener que esforzarme mucho más por estar arriba. 

Quizá haya algo de positivo en la competitividad. Querer ser mejor que otros te hace mejorar a ti. Pero el problema está en que no lo haces por ser mejor, sino por ser mejor que otros. 

La competitividad fuera de control puede jugar en nuestra contra, en el sentido de que, en lugar de mejorar como estudiantes, deportistas o como seres humanos, podemos correr el riesgo en convertirnos en peores personas. No me siento orgullosa de haber sentido la necesidad de ver a otros tener peores resultados que yo. Ser competitiva me hizo, no querer entrenar mas por creer que podía hacerlo mejor, sino por ser mejor que las demás nadadoras. 

La competitividad mal gestionada tiende a la involución, vamos hacia atrás en lugar de avanzar. Y la lástima es que, esos mismos entornos en los que desarrollamos nuestro lado competitivo, también nos ofrece, por sí mismos, desarrollarnos en otros aspectos. Nuestra clase puede ser el lugar ideal para conocer a personas que sepan cosas que nosotros no conocemos y que podemos aprender, o podemos darnos cuenta de nuestras virtudes y mostrarlas a los demás. Una piscina puede ser un lugar en el que encontrar a gente que conozca trucos para mejorar el nado. Eso, por no hablar de las mismas relaciones sociales que se pueden iniciar en cualquier parte. 

¿Por qué intentar estar por encima de alguien si, estando a su altura, nos podemos apoyar uno en el hombro del otro? La cooperación suele ofrecernos mejores resultados que la competitividad. Bueno, disculpad, corrijo esto último. La cooperación no ofrece mejores resultados que la competitividad. Ofrece mejores resultados que la competitividad mal gestionada. 

Porque ser competitivos no es malo. Pero necesitamos ser conscientes de que nuestro mayor rival somos nosotros mismos. Si quieres competir, hazlo contra ti. Esa es la forma de competir que te hará avanzar. Frente a otros, mejor, coopera. 

Ahora mismo, estoy muy orgullosa de mi. Creo que llevo competiendo contra mi misma lo que llevamos de año. Algo me hizo querer dedicar el 2013 a ser mejor cada día. Una motivación salida de la nada que perdura de momento. Sigo siendo competitiva, pero no me hace sentirme mal. Muy al contrario, me empuja a seguir con esta actitud. Y algo muy curioso pero hermoso, lejos de hacerme querer estar por encima de los demás, creo que tengo más ganas que nunca de volcarme con quienes me rodean. Competitiva sí, pero también cooperativa. 



lunes, 28 de enero de 2013

Que no lo parezca

En un supermercado situado en una zona céntrica de la ciudad, un hombre de origen africano pide limosna en la puerta. En sus manos lleva una funda con una especie de periódico, posiblemente para ofrecerlo a cambio de lo que le puedan dar. Va bien vestido, aunque sus ropas sean de segunda mano. No tiene mal aspecto, a primera vista. Una señora mayor, muy amablemente, le ofrece unas monedas antes de marcharse del lugar. 

Unos cientos de metros mas atrás, un señor va y viene en la puerta del metro. Aparenta unos 50 y pocos. Está sucio, sus ropas muy desgastadas. Le faltan dientes. Su piel está visiblemente castigada.  Vive en una esquina, entre cartones. Apenas le dan nada. Es más, si se puede, mejor evitar un cruce de miradas. 

La imagen juega un papel fundamental en nuestro día a día. Para una entrevista de trabajo, para agradar a alguien especial. Para todo destacamos la importancia de tener una bonita apariencia. ¿También influye nuestro aspecto a la hora de conseguir aumentar la solidaridad de los demás? 

Pienso en estas dos clases de hombres, ambos pobres, pero diferentes en la imagen que muestran a los demás. Uno, aseado y limpio, consigue con relativa facilidad que le ayuden. El otro, con sus ropas rotas y sucias, no consigue ni un segundo de atención de las atareadas personas que pasan por su lado. 

Me da por pensar que, dentro del mismo clasismo que existe dentro de nuestra sociedad, existe otro "subclasismo" que viene marcado por la apariencia de las personas. En una entrada anterior hablé de la diferencia que se marca entre las personas ricas y pobres. Dije que no importaba tanto su lugar de origen,sino su poder económico. 

Pues bien, tomando, a partir de este punto, al colectivo de personas mas pobres, existe otro tipo de clasificación. Independientemente de si el pobre es autóctono o extranjero, si tiene buena apariencia, conseguirá mas que si presenta un mal aspecto. 

Se me ha olvidado mencionar que el hombre del metro parece ser de aquí. Y el hombre que pide justo a su lado, también. Es más, cuando le ofreces comida a este segundo hombre, te contesta casi siempre con un "no, gracias" perfectamente comprensible. Este señor tampoco tiene buen aspecto. Tiene el pelo enmarañado y una barba muy larga y descuidada. 

¿Tan importante es ser guapo a la vista como para que influya en algo tan importante como permitirle a alguien llevarse algo caliente a la boca en pleno Enero? Siempre nos dicen que las apariencias pueden engañar, que lo hermoso está en el interior. Pero a la hora de la verdad, donde se ponga una cara bonita...

El tema es preocupante por dos cuestiones. Primero, porque ya no hablamos de enamorar a alguien o de conseguir piropos allá donde se va. Hablamos de comer, de beber, de necesidades básicas del ser humano. No se puede permitir que un hombre pase hambre solo porque su pobreza no le ha permitido lavarse los dientes. 

En segundo lugar, tenemos que ser conscientes de que el Cuarto Mundo está aumentando considerablemente. La crisis está haciendo que 6 millones de personas en nuestro país no tengan trabajo. Cada vez son mas los habitantes de nuestro país que viven bajo cartones y no bajo un techo firme. ¿Vamos a permitir que malvivan solo porque físico no es atrayente? 

Se me viene una pregunta a la cabeza. ¿Puede que tengamos cierto respeto o miedo a este tipo de personas? ¿Nos da la sensación de que nos pueden robar o atacar mas si se tiene mal aspecto que si   va bien vestido? 

La relación entre una cosa y la otra no tiene sentido, desde mi punto de vista. Estas personas son como son por fuera debido a su situación social, no porque haya maldad en su corazón. Es más, estoy casi convencida de que, la mayoría  si decidieran cometer algún delito, lo harían mas por necesidad que por maldad. Siento decir que vivimos en una sociedad en la cual roba mas el señor con traje de chaqueta que ese hombre que vive entre cartones y mantas raídas. Y confiamos mas en el primero que en el segundo. 

La imagen es importante, pero no perdamos el sentido común con este tema. Cuando hablemos de derechos humanos, no hay color. Lo primero es lo primero, lo primero es que esas personas sobrevivan. Dejemos la guapura para San Valentín, que está a la vuelta de la esquina. 

sábado, 26 de enero de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Teresa de Calcuta


La Madre Teresa de Calcuta, nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu, (Skopje, Imperio Otomano, actual República de Macedonia; 26 de agosto de 1910 - Calcuta, India; 5 de septiembre de 1997) fue una religiosa católica albanesa célebre por su labor humanitaria en la India. Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979 y beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2003.

Agnes hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio, y recibió la Confirmación a los seis años (un año después de su comunión). Desde el día de su Primera Comunión mostró una gran devoción religiosa. En su formación religiosa, Agnes fue asistida además por la Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada. Cuando tenía treinta años, se hizo misionera. En Irlanda recibió el nombre de Hermana María Teresa. En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, donde enseñó en la Escuela para mujeres St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión convirtiéndose en “esposa de Cristo” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa de Calcuta. Continuó enseñando en St. Mary, convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que la Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría. En 1950 fundó la orden femenina de las "Misioneras de la Caridad" y su rama masculina ("Hermanos de la Caridad") en 1963. Más tarde, en 1979, recibió el Premio Nobel de la Paz. En marzo de 1997, la Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General. Después de encontrarse por última vez con el Papa, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de vida.

Para el día de su muerte se habían consagrado casi 4.000 Misioneras de la Caridad, y sus comunidades se habían establecido 610 fundaciones en 123 países del mundo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Cupido traidor

Antes de juzgar tienes que llegar hasta el corazón. Así lo dice la canción. Siempre nos han dicho que lo importante es el interior de la persona, no debemos quedarnos solo con las caras bonitas. Y, sin embargo, seguimos idealizando los flechazos. Nos resulta de lo más romántico el amor a primera vista, que nuestras miradas se crucen y empezar a sentir mariposillas en el estómago. ¿Para qué? 

Cuando uno se enamora, no se enamora. Sí, a ver, claro que sentimos lo que sentimos, eso no se puede negar. Pero el amor no empieza en el amor sin más. La primera fase, esa en la que colmamos de mimos y arrumacos a nuestras parejas, se conoce con el nombre de enamoramiento. 

Y eso, ¿qué es lo que es? Os cuento lo que me explicaron a mi en la carrera (sí, querido público, en Trabajo Social nos hablan de amor y sexo): el enamoramiento es el momento en el cual no te enamoras de la persona, sino de lo que tú crees que es esa persona. 

Esto viene a significar varias cosas. En primer lugar, que cuando uno se enamora siempre lo hace a primera vista, por el hecho de que nunca nos enamoramos inicialmente de la persona sino de nuestra idealización de ella. Y segundo, que el amor, en sus inicios, siempre es superficial, ya que no esperamos a fijarnos en una personalidad real, sino en lo que tomamos a primera vista, aunque haya más en el fondo. No es una superficialidad física, pero sigue siendo una visión superficial de la persona. 

Y el amor surge junto a los defectos de la pareja. Si le aguantas en lo bueno y en lo malo, enhorabuena, eso es amor. Aunque, ¿llega a surgir realmente en algún momento? ¿ Se llega a conocer tanto al otro como para saber si se le ama de verdad o no? ¿O solo se conoce a aquellas personas que caen en la monotonía y dejan de sorprendernos? 

Señoras y señores, estoy enamorada. Sí, lo digo alto y claro, no es algo de lo que deba avergonzarme, ni mucho menos. Y el caso es que no sé si llamarlo amor o enamoramiento. Os cuento la situación. Al chico en cuestión lo conocí hace unos meses, al venirme a vivir a Madrid. Convivo con él, lo veo a diario. Y sin embargo, nunca me había fijado en él.  Incluso le sacaba pegas, me llaman mas la atención otros chicos. Pero en el momento en el que me ha demostrado como puede llegar a ser, entonces y solo entonces, ha surgido lo que siento. 

No puedo hablaros de enamoramiento y decir que yo me he enamorado de verdad. Porque, quizá, yo también haya idealizado sus acciones. Este chico seguro que tiene defectos, todos los tenemos. Defectos que aún no conozco. Hasta que no sepa más, quizá no pueda hablar de amor de verdad. 

Aunque creo que se acerca un poco. El hecho de haberme fijado en sus actos y no en sus ojos (y bien bonitos los tiene, por cierto) me hace creer que tiene algo de verdadero esto que siento. 

Hay actos que nos llevan a la ilusión y al enamoramiento. Seguimos teniendo muy presentes esas películas en las cuales el chico guapo trata a la chica como una princesa porque la ama locamente y quiere hacerle feliz. Y en cuanto vemos una mínima similitud, caemos en la trampa. No descarto que me esté pasando. 

Como el tiempo pone cada cosa en su lugar, creo que esperaré. Mientras tanto, seguiré disfrutando del momento, porque lo llamemos como lo llamemos, esto que se siente es bien bonito...

lunes, 21 de enero de 2013

El lado bueno de la crisis

Aunque es evidente que nuestro país está pasando por uno de sus peores momentos, en los inicios de esta crisis me di cuenta de ciertos factores positivos de la misma. 

Todos conocemos esa famosa frase de que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Aunque no creo que sea cierta, sí que opino que nuestro concepto de necesidad debe ser revisado. Antiguamente, nuestras familias vivían con mucho menos y salían adelante. No necesitaban tanto como ahora. Es mas, incluso valoraban mas lo que tenían y les hacia mas felices. 
Actualmente, nuestras "necesidades" han ido aumentando. Cada vez necesitamos mas para vivir. 

La crisis ha hecho que tengamos que limitar lo que tenemos. Lo hemos limitado y muchos seguimos adelante. No hablo en nombre de aquellos que lo han perdido todo, pues como he dicho antes, lo que expongo ahora lo pensaba al inicio de la crisis. Quizá mucho de lo que teníamos no era realmente necesario. Hay formas alternativas de vivir mucho mas sostenibles e igualmente eficaces. 

Otro punto a favor de lo que nos ha pasado es que nos ha hecho ser mas solidarios los unos con los otros. Parece que tengan que forzarnos para ayudarnos mutuamente y las circunstancias lo han hecho. Como siempre suele ocurrir, los que padecen el problema son los que se ayudan, pues no vale la pena esperar que, quienes realmente pueden, nos ayuden. Ellos ni siquiera han notado el problema. 

Toda crisis puede entenderse, al mismo tiempo, como oportunidad. Lo malo nos puede traer cosas positivas que vale la pena aprovechar y valorar. Quizá esta crisis económica nos haya abierto los ojos ante la crisis de valores en la cual estábamos y estamos viviendo aún. No solo necesitamos tomar el rumbo de nuestra economía, también de nuestra sociedad. 

El punto en contra es que esta situación se nos escapa de las manos y no siempre somos nosotros los que podemos remediarlo. Al principio nos pudo venir bien, ya que nos obligó a limitarnos a lo realmente necesario y a ayudar a aquellos que estaban peor. Pero ahora ya no hay de donde recortar y estamos todos con el cinturón mas que ajustado. 

De lo malo a lo bueno y de lo bueno, otra vez a lo malo. Y esto parece un ciclo sin fin. Cuando todo esto pase, deberíamos esperar, no solo una mejoría económica. También de conciencia. Aprender a vivir con menos pero con lo necesario. Y no esperar a que llegue el hambre para arrimar el hombro. Todo tiene su lado positivo. De todo se puede aprender. 

sábado, 19 de enero de 2013

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Juana de Arco


Juana de Arco (6 de enero de 1412 – 30 de mayo de 1431) , también conocida como la Doncella de Orléans (o, en francés, la Pucelle), fue una heroína, militar y santa francesa. Su festividad se celebra el día del aniversario de su muerte, como es tradición en la Iglesia Católica, el 30 de mayo.

Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, Francia, ya con 17 años encabezó el ejército real francés. Convenció al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia y éste le dio autoridad sobre su ejército en el Sitio de Orleans, la batalla de Patay y otros enfrentamientos en 1429 y 1430. Estas campañas revitalizaron la facción de Carlos VII durante la Guerra de los Cien Años y permitieron la coronación del monarca. Como recompensa, el rey eximió al pueblo natal de Juana de Domrémy del impuesto anual a la corona. Esta ley se mantuvo en vigor hasta hace aproximadamente cien años. Posteriormente fue capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses. Los clérigos la condenaron por herejía y el duque Juan de Bedford la quemó viva en Ruán. La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, en cierta forma, están desprovistos de crédito pues, según diversos testigos presenciales del juicio, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos. Entre estos testigos estaba el escribano oficial, designado sólo por Cauchon, quien afirma que en ocasiones había secretarios escondidos detrás de las cortinas de la sala esperando instrucciones para borrar o agregar datos a las actas.

Veinticinco años después de su condena, el Rey Carlos VII instigó a la Iglesia a que revisaran aquel juicio inquisitorial, dictaminando el Papa Nicolás V la inconveniencia de su reapertura en aquellos momentos, debido a los recientes éxitos militares de Francia sobre Inglaterra y a la posibilidad de que los ingleses lo tomaran, en aquellos delicados momentos, como una afrenta por parte de Roma. No obstante la familia de Juana también reunió las pruebas necesarias para la revisión del juicio y se las envió al Papa, pero éste se negó definitivamente a reabrir el proceso. A la muerte de Nicolás V, fue elegido papa el español Calixto III (Alfonso de Borja) el 8 de abril de 1456 y es él quien dispuso que se reabriera el proceso. La inocencia de Juana Domrémy fue reconocida ese mismo año en un proceso donde hubo numerosos testimonios y se declaró herejes a los jueces que la habían condenado. Finalmente, ya en el siglo XX, en 1909 fue beatificada y posteriormente declarada santa en 1920 por el Papa Benedicto XV. Ese mismo año fue declarada como la santa patrona de Francia.

Su fama se extendió inmediatamente después de su muerte: fue venerada por la Liga Católica en el siglo XVI y adoptada como símbolo cultural por los círculos patrióticos franceses desde el siglo XIX. Fue igualmente una inspiración para las fuerzas aliadas durante la Primera y la Segunda guerra mundial.

Popularmente, Juana de Arco es contemplada por muchas personas como una mujer notable: valiente, vigorosa y con una gran fe. Hoy en día es objeto de especial interés en la República de Irlanda, Canadá, Reino Unido y los Estados Unidos. En el movimiento del escultismo es la santa patrona de las guías (rama femenina).

miércoles, 16 de enero de 2013

Feminismo cultural

Dentro del más que variado mundo del feminismo, existen pequeños "sub-feminismos" que reclaman una forma diferente de igualdad entre hombres y mujeres. Uno de ellos es conocido como feminismo cultural, y me ha parecido un buen título para esta entrada. Aunque lo que voy a exponer a continuación no tiene demasiado que ver con ello, es una simple coincidencia. 

Creo que todos conocemos la situación en la que se encuentra la India actualmente. Cada 20 minutos, una mujer es violada en dicho país. Su población comienza a despertar y a luchar contra este gran problema, pero me ha llamado la atención su forma de reaccionar. Muchas violaciones se están produciendo en lugares públicos, a plena luz del día y ante montones de personas. Sin embargo, nadie defiende a esa mujer en ese momento. Sin embargo, en el momento de manifestarse y protestar, podemos ver a una multitud de hombres defendiendo la causa. 

Siempre se ha dicho que el feminismo es cosa de mujeres, no solo por ser una necesidad para esta parte de la población con una clara desventaja frente al varón, sino porque solemos ser nosotras mas que ellos quienes defendemos nuestros intereses. Y resulta que en Nueva Delhi quienes hacen huelga de hambre por los derechos de la mujer son ellos. 

En nuestro país nos resulta impensable permitir que violen a una mujer ante nuestros ojos y no hacer nada en el momento. Como mínimo, se llama a la policía  incluso mas de un hombre ha salido a ayudar a una mujer cuando la ha visto en peligro. Aunque luego, en las manifestaciones del Día de la Mujer, la mayoría de las asistentes somos nosotras. Son situaciones totalmente contrarias. 

Puede deberse, me planteo, a la situación en la que se encuentran hombres y mujeres en cada país. Aquí, en España, aunque sigamos sin ser iguales al hombres al 100%, ya disfrutamos de muchos derechos y de un nivel elevado de igualdad. Eso quizá nos esté ayudando a ser capaces de defender nuestros derechos por nosotras mismas. En la India no gozan de nuestra situación, los hombres pueden resultar de mayor necesidad para que su lucha siga adelante. 

¿O quizá sea producto de la socialización? Me viene a la cabeza el caso de Estados Unidos. No estoy pensando exactamente en el feminismo, sino en su manera de defenderse. Su presidente ha manifestado su intención de controlar la posesión de armas y de repente el país se ha vuelto loco, se han disparado las ventas de las mismas. En la América Profunda no conciben la autodefensa como nosotros, ni mucho menos. Les resulta absurdo que te entren a robar y que debas llamar a la policía en lugar de defenderte tú a tiros. Es inconcebible para ellos no poder defender su hogar y a su familia. Para nosotros, la barbarie está en enseñar a disparar a un niño de 5 años, acto de lo mas normal al otro lado del charco. 

También me viene a la cabeza Haití. Cuando sufrieron el tsunami, por televisión se veía a los transeúntes vagar de un lado a otro rodeados de cadáveres. Recuerdo que pensaba por qué nadie se estaba molestando en hacer algo, apilarlos en una zona concreta, al menos para evitar la propagación de enfermedades. No comprendía su pasividad. 

Creo que en España, necesitamos a los hombres. Y en la India, se necesita a las mujeres. Sin ellos, nosotras no lograremos la igualdad. Si ellas no despiertan, nunca conseguirán lo que quieren. A veces la socialización juega muy malas pasadas, no enseña lo necesario, se acomoda en la costumbre y hecha raíces en cada cultura. 

lunes, 14 de enero de 2013

Gobierno inconstitucional

En una de esas extrañas conversaciones a mediodía, se planteó lo difícil que resulta hoy en día matar a alguien. La ciencia ha avanzado tanto que, hagas lo que hagas, te van a pillar. 

Pero, sinceramente, tengo mis dudas de que sea tan difícil salir impune de un delito. Siento tener que ponerme, en este caso, en una determinada postura política, pero hay cosas que ya claman al cielo. 

Nuestro maravilloso gobierno ha decidido que es una estupenda idea crear una ley de tasas judiciales. Si quieres justicia, te la pagas. Acabo de leer una noticia en la cual el ministro de Justicia rectificaba algunas de ellas, pero vamos, que era lo mínimo que podía hacer este buen hombre... 

En primer lugar, el derecho a la justicia para todos y todas está recogido dentro de nuestra Carta Magna. Limitar ese acceso a unos pocos debería considerarse inconstitucional de inmediato. Además, por si aún no se han dado cuenta nuestro gobernantes, estamos viviendo un momento económico tremendamente duro. Una cuarta parte de nuestra población se encuentra en situación de desempleo, y es alarmante la cantidad de personas que se encuentran ahora bajo el umbral de la pobreza. Si antes ya nos podía resultar impensable pagar ciertas cifras por ser defendidos/as ante un tribunal, ¿ahora, qué? 

Siento ( y siento tener que ser tan parcial en esta entrada) que nuestro gobierno no solo no evita la violencia, sino que además la consiente y le da pie a crecer. No estoy pensando en aquella conversación de la que hablaba al principio, ni mucho menos. Pero hay delitos menos graves (aunque lo sigan siendo) que, teniendo que pagar por una condena, pueden ser fáciles de cometer. Además, estoy pensando en un factor mas en contra. Cuando eres víctima de cualquier delito, por un momento te siente vulnerable, indefenso, incluso dependiendo de qué delito se trate, te puedes llegar a sentir asustado/a, quizá haya posibilidad de represalias. Si ese miedo ya te impide a veces defenderte, si además te toca pagar, aún retrocedes más. 

Es inevitable que piense en las mujeres. En especial, pienso en las víctimas de violencia de género. Lanzándome a los típicos tópicos, pienso en esa mujer, madre, sin trabajo, que ha sufrido abusos psicológicos, que ha recibido palizas después. La violencia de género empieza con un lavado mental, te aíslan, te destrozan la autoestima. Cuando recibes la primera bofetada, tú ya estás destrozada por dentro. Por eso no denuncian, por eso acaban pensando que son las culpables, que se lo han merecido, que no han sido las mujeres que deben ser. Sin ingresos, con hijos, dependientes de sus maltratadores, ¿cómo van a denunciar? Y si además les cuesta un dinero que, insisto, ni tienen, porque eso lo lleva el hombre, ¿qué se supone que deben hacer? 

El derecho a la vida y a la integridad física y moral es el primer derecho fundamental del que debemos disfrutar todos los seres humanos. Todo gobierno debería tener la obligación de hacer respetar este derecho, lo que conlleva a aplacar toda forma de violencia. Crear una ley que te deja vulnerable a sufrir daños de este tipo, va en contra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y debería ser sancionable. 

Quizá algún entendido o entendida en leyes lea esto y diga "No se ha informado demasiado bien esta chica..." De ser así, por favor, que alguien me corrija, porque, sinceramente, si estoy en lo cierto, este país se está yendo a pique...