jueves, 29 de marzo de 2012

La vida ideal

Soltera, sin hijos, jefa de la empresa. Casada, con 2 hijos, ama de casa. Casado, sin hijos, empresario. Casado, con hijos, nini, pero gracias a una gran herencia, no pensemos mal. ¿Quien determina como debe ser nuestra vida? Es mas, ¿quien determina la forma que debe tomar nuestra felicidad?

Me gusta pararme a ver pasar a la gente. Hacerme una idea de como son, que nivel de vida tienen, que cosas pueden gustarles, como es su vida. En toda existencia que se precie, hay momentos dulces y amargos, todos pasamos de la euforia al llanto. Forma parte del vivir humano. Pero también es cierto que, por normal general, cuando tomamos decisiones lo hacemos porque consideramos que nuestra felicidad va en ello. ¿De donde sacamos esa imagen mental, en la que aparecemos nosotros/as mismos/as en estado de alegría y que usamos para esforzarnos y luchar? 

Veo pasar a muchas parejas. Se cogen de la mano, se besan y abrazan, juegan, se dicen cosas bonitas. Son felices, al menos a simple vista lo parecen. Yo no tengo pareja. Es mas, hace ya mas de dos años que no sé que es eso de las relaciones serias. Y soy feliz. 

Hace un tiempo ya que llevo planteándome que vida quiero tener. Mi gran sueño siempre ha sido tener un fundación. Quiero dedicar mi vida a la ayuda, a la acción social. Hoy por hoy, busco formarme todo lo que puedo para ser una gran profesional. 

Soy una aficionada a los programas de decoración. Me encanta ver como la gente decora sus casas. De hecho, suelo visitar páginas de venta o alquiler de pisos y me gusta imaginar como los decoraría yo, como crearía mi hogar, mi propio espacio. 

También he hecho un descubrimiento sobre mi misma. Desde pequeña, he sido muy ahorradora. Cada vez que me proponía conseguir algo, ahorraba para ello. Y no suelo gastarme nada en caprichos si tengo una meta mayor. Ahora bien. Si tuviera dinero... Soy una chica de ocio relativamente caro. Me gusta el teatro, el cine, los museos, los actos deportivos... Y en cuestiones gastronómicas, me proclamo una adicta a la comida japonesa. Bueno, de vez en cuando volver a Europa y disfrutar de un buen italiano no estaría mal... Luego, otra vez a hacer la maleta y a trasladarse a México, con su rico picante...Y ya que hablamos de hacer maletas, ¿ por qué no probar la comida in situ? Adoro viajar. Hasta el día que mi cámara de fotos decidió que llegó la hora de su suicidio (al menos podría haber decidido otro día que no fuera el primero de mi vacaciones en Francia, para una vez que salgo del país...) me volvía loca fotografiándolo todo. Además soy la típica viajera inquieta, quiero verlo todo, no parar en todo el día. Lo de la playa y el relax está muy bien, pero lo mio es el no parar. 

¿Marido? ¿Hijos? Siempre se han quedado en un segundo plano. Y si tuviera que decir qué me apetece mas tener en un futuro, diría que hijos, aunque no sé hasta que punto seria madre soltera, tener a alguien al lado compartiendo tareas siempre es una ayuda. Pero vamos, que lo que me nace mas es ser mamá, antes que la esposa de. 

Tengo muchas cosas en mi lista de tareas pendientes. Aprender idiomas, viajar, seguir formándome. Quiero casa propia. Y quiero disfrutar de mi tiempo libre. Posiblemente, así quiero que sea mi vida. Conociendo mundo y a los que habitan en él, llegando a casa tras un largo viaje y encontrando un lugar de paz y tranquilidad. Hasta que el cuerpo aguante, quiero salir y divertirme, con 20, 30, 40 años, este cuerpo serrano ya decidirá cuando decir basta. Pero sé que si decido casarme y tener una familia, llegará un punto en el que tendré que renunciar a todo eso. No creo que a mi marido le haga demasiada gracia tener que verme siempre por fotos porque su mujer ha decidido no estar jamás en casa. ¿Hasta qué punto me apetece renunciar a los viajes por tener niños? Los bebés son adorables, incluso me he descubierto a mi misma despertando mi instinto maternal con la cría de un cerdito, pero significa renunciar a tanto tenerlos... 

Un señor llamado Durkheim escribió que las personas que contaban con gente a su alrededor, tenían menos riesgo de llegar al suicidio. Entre otras muchas comparaciones, dijo que las personas casadas se suicidaban menos que las personas solteras. Esto me ha hecho pensar bastante. Muchas veces la sociedad te marca cual es la forma de vida ideal. Te dicen que cuando eres joven, debes vivir la vida, ser independiente, comerte el mundo de un bocado. Pero conforme pasan los años, lo que toca es sentar la cabeza, casarse o tener una pareja estable, formar una familia, crear un hogar. Cuando Durkheim escribió "El suicidio", en la sociedad en la que vivía también debía imperar una determinada idea de cual es la vida perfecta. Lo que yo me planteo es si, cuando una persona decide poner fin a su vida, lo hace, no porque no sea capaz de encontrar la felicidad siendo como es, sino porque su vida no se ajusta a lo que supuestamente debería hacerle feliz. 

Me dicen que viva mis 21 años dejándome la piel, porque a los 35 toca otra cosa. ¿Y si lo que quiero es llegar exhausta a mi jubilación? O mas allá, quien sabe, conforme va aumentando la esperanza de vida, mas aguante tiene el cuerpo. Puede que la sociedad me esté marcando un camino que me lleve a la felicidad. No dudo que las personas casadas y con hijos sean felices. Pero las personas solteras, también. La felicidad es algo que debemos elegir individualmente, digan lo que digan los demás. Quien habla de matrimonio, habla de cualquier aspecto de la vida. Por ejemplo, parece que estar solo queda fatal a los ojos del mundo. Como estés sin gente a tu alrededor, eres un marginado y un antisocial. ¿Y si es lo que me apetece en ese momento? Puede llegar a ser muy interesante irse a pasear por la ciudad sin compañía, tan solo descubriendo lo que nos rodea. O simplemente, tener un momento de calma e introspección. 

Quiero ser yo y solo yo quien decida mi vida y lo que me hace feliz. Si quiero viajar, viajo, si quiero irme a ver exposiciones de arte, lo hago, si me apetece tener una maravillosa amistad con un hombre sin pasar a mayores, pues la tengo. Quiero dar cariño y amor, pero a mis amigos, a la gente que sea atendida en mi fundación, o a ese hombre con el que haga amistad. Pero nada mas. Posiblemente no me apetezca jurar amor eterno a un chico en concreto o a mis hijos, posiblemente mi cariño vaya en otra dirección. La vida puede llegar a ser increíblemente preciosa, solo hace falta conocerse a uno mismo, saber satisfacer los deseos propios, la vida es maravillosa cuando se sabe ser feliz, ser feliz incluso cuando no se es tanto, pero se saca el lado positivo a todo. Yo quiero vivir mi vida, una vida que me deje sin aliento, que me deje sin fuerzas, tan solo unas pocas para poder sonreír. Y si tiene que venir otro destino, pues adelante. Pero ese destino lo decidiré yo, sin miedo a lo que piense la gente, sin seguir lo que me marque la sociedad, tan solo siguiendo el dictado de mi alma. 

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