viernes, 30 de marzo de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Las Beguinas

''Al noble amor me he dado por completo, pierda o gane todo es suyo en cualquier caso. ¿Qué me ha sucedido que ya no estoy en mí? Sorbió la sustancia de mi mente. Mas su naturaleza me asegura, que las penas del amor son un tesoro". Así de claro lo tenía Hadewych de Amberes (hacia el año 1240), autora de varias obras en poesía y en prosa como ésta, 'Amar el Amor'. Ella, como muchas otras intelectuales de la Edad Media, formaban parte de una Asociación de mujeres llamadas beguinas, que dedicaban su vida a ayudar a los desamparados, a la vez que desarrollaban una brillante labor intelectual. Eran cristianas adelantadas a su época, que se preocupaban de su propio desarrollo cultural y social, y desde ahí trabajaban con desfavorecidos.

Para hablar de ellas hay que situarse entre los siglos XII y XIII, una época convulsa de caos y cambio, cuando en Europa convivían varias culturas y religiones influenciándose entre sí. Los reyes y el Papa estaban siempre a la gresca unos con otros. Era la época del romanico y emergia el gótico. Y en ésta época surgieron ellas, las beguinas, unas mujeres realmente fascinantes y dignas de recordar.

Eran cultas, con posibles, solteras, casadas o viudas que se iban a vivir temporal o definitivamente a los beguinarios donde estudiaban, rezaban, trabajaban con las manos, y atendían a los necesitados. También se dedicaban a la sanación y curación a través de las plantas. 

En ellas no mandaba nadie, o sea ni Iglesia ni hombres. Eran libres. No tenían votos, ni era una orden religiosa. Cada beguinario se bastaba a sí mismo y tenía sus propias normas.

Al principio eran muy bien vistas social y religiosamente. Fueron grandes místicas, literatas, y médicos que escribieron tratados importantes. Los de medicina hasta ahora eran atribuidos solo a hombres, porque en siglos sucesivos se consideró que una mujer no tenía capacidad para escribir en Medicina algo tan bueno como un libro que fue de texto en Universidades hasta el S. XVI.

Finalmente la 'evolución' de la sociedad y la Iglesia no podía tolerar esa situación por más tiempo. Las acusaron de brujas y consiguieron apresar a varias. La Inquisición llevo a la hoguera a alguna de ellas, como Margarita Perote. Les ordenaron disolverse pero fue muy difícil porque estaban en todo Europa incluidas Castilla y Cataluña, En algún momento de la historia llegaron a ser 200.000 (quizás los hombres estaban escasos con tanta guerra y cruzada).

Con las represiones y quemas de éstas mujeres quisieron destruir la creatividad e iniciativa de la que habían dado pruebas las mujeres hasta ese momento. Porque la sociedad había cambiado, el derecho romano en el que no eran nada la mujer ni el niño, sustituyó poco a poco al derecho germánico y por ello ha habido, nada más y nada menos, que siete siglos de injusto silencio sobre ellas. A pesar de todo han perdurado hasta la actualidad.

En Brujas, por ejemplo, aún se pueden encontrar. El beguinario está cerca de la gran Plaza, hay un jardín con una valla, y casitas alrededor de una Iglesia. Parece ser que hoy en día quedan muy pocas y muy mayores, y que en el beguiniere de Brujas hay una orden religiosa.

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