viernes, 2 de marzo de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA : Aphra Behn

Considerada por muchos como la primera escritora profesional de lengua inglesa, nació cerca de Canterbury, Inglaterra, con el apellido Johnson. Cuando todavía era una niña fue llevada a Surinam, donde conoció a un esclavo de nombre Oroonoko, que inspiraría una de sus futuras novelas. Regresó a Inglaterra entre 1658 y 1663, donde contrajo matrimonio con un comerciante holandés apellidado Behn. Su esposo murió tres años después de su matrimonio.

Introducida a los círculos políticos de la corte inglesa del rey Carlos II, fue enviada como espía a Antwerp, en la actual Bélgica, durante la guerra entre Inglaterra y los Países Bajos. Proveyó a las autoridades de su país con información política y naval, pero a cambio recibió una paga reducida. Al regresar a Inglaterra pasó un breve tiempo en prisión por sus deudas. 

Con sus conocimientos de idiomas y literatura, Aphra Behn pronto se dedicó a la escritura de poemas, novelas y obras de teatro para ganarse la vida. Escribió para el teatro "El Matrimonio Forzoso", una comedia audaz y dinámica, "Las Cortesanas Fingidas" y "El Vagabundo", una obra en dos partes donde narra las aventuras de un grupo de caballeros ingleses en Madrid y Nápoles durante el exilio de Carlos II. En su farsa "El Emperador de la Luna" utiliza como fuente el estilo de improvisación italiano conocido como la Commedia dell' Arte; la adaptación realizada por Aphra Behn fue un avance de la pantomima moderna.

Estas obras tuvieron mucho éxito, y fueron presentadas al público con el patrocinio del duque de York. En 1688 escribió la novela "Oroonoko o el Esclavo Real", en la que subvierte las ideas de su tiempo sobre los pueblos "no civilizados", y en la que muchos ven la primera novela filosófica en lengua inglesa. Además se dedicó a hacer traducciones literarias del francés y el latín al inglés.

Tal vez por sus pasadas actividades de espionaje, Aphra estuvo siempre fascinada por la relación entre el sexo y el poder, tanto en lo personal como en lo político. Llegó a ser muy conocida en su sociedad, tanto por sus obras como por ser independiente, sin estar sujeta a la autoridad de un marido. Estas ideas se consideraban inapropiadas para una mujer, y por esta razón se encontró con frecuencia con el rechazo de las autoridades literarias y políticas. El marqués de Halifax llegó incluso a afirmar que "la injustificable libertad de algunas mujeres condenaba al resto a ser reducidas". 

Tras fallecer, Aphra Behn fue sepultada en la Abadía de Westminster. Es recordada tanto por sus obras literarias como por sus esfuerzos para lograr que la voz femenina fuera escuchada en la sociedad. Con las palabras de Virginia Woolf: "Todas las mujeres deberían depositar flores en la tumba de Aphra Behn, pues fue ella quien ganó para ellas el derecho de expresar sus ideas".

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