jueves, 9 de febrero de 2012

Todos somos cambio

Mi comienzo de cuatrimestre en una palabra: motivación. Incluso el profesor con peor fama me deja embobada cuando habla, me hace reflexionar muchísimo y tomo bastante nota de lo que debatimos. Y ayer dijo algo, una idea que ronda mi cabeza desde hace unos días y sobre la que me apetecía escribir aquí. 

Dijo que todo lo que se hace (hablábamos mas específicamente a nivel político) tiene un carácter social, en el sentido de que todo afecta y es para la sociedad, para los ciudadanos. Y creo que es cierto. Incluso aquellas cosas que no las valoramos como sociales, acaban teniendo un trasfondo social. 

Cualquiera consideraría a los Servicios Sociales, la Educación y la Sanidad como pilares básicos para que exista un Estado de Bienestar, para que la gente disponga, al menos de lo mínimo indispensable para vivir dignamente. Pero quiero que nos detengamos un momento y valoremos hasta que punto realizan un gran trabajo a nivel social los profesionales de estas áreas. 

Los Servicios Sociales, como su nombre indica claramente, son un sector puramente social. Los que nos dedicamos a ello hacemos todo lo posible por aportar a la gente una calidad de vida perdida por cualquier motivo imaginable. No solo somos los que tramitamos ayudas económicas y solicitudes para residencias. Antes de eso, hemos escuchado a la persona, hemos hecho el esfuerzo de ponernos en su lugar, hemos tratado de comprenderles. Sin llegar a ser psicólogos, los trabajadores y trabajadoras sociales tratamos de aliviar el malestar emocional que sienten las personas por su situación, les animamos a hacer un esfuerzo mas por cambiar su vida. Vivimos actualmente una batalla por demostrar que, por encima de la gestión y los papeles, para los trabajadores sociales, están las personas. Nuestro trabajo gira en torno al cambio social. 

Pero no somos los únicos dedicados al cambio social. Los maestros y profesores. Quien vive con pasión la tarea de la enseñanza, sabe que no consiste en entrar, dar la clase y salir, como si nada. Un/a maestro/a o profesor/a, entra al aula, dando los buenos dias, tratando de que sus alumnos responda de la misma manera. Marca unas normas de silencio y respeto durante las explicaciones. Mas tarde, fomenta la participación dejando que sus niños y niñas pregunten o respondan a los planteamientos de la clase. Los docentes trabajan el esfuerzo de sus alumnos y alumnas, mandando tarea para casa cada día. Y muestran comprensión cuando alguno no ha podido hacerlo, o paciencia, cuando algún niño o niña se resiste a trabajar, no sin enseñarles que todo acto tiene una consecuencia, y hay que responsabilizarse de lo que uno hace. Un docente no solo se dedica a enseñar algo tan básico como es leer, escribir o matemáticas básicas. Enseñan a ser personas, a ser humanos, con cada una de las normas que imponen en su aula. En colaboración con las familias, los/as maestro/as y los/as profesores/as hacen que los ciudadanos del día de mañana sean un poco mejores. 

Los médicos. No solo hacen un trabajo magnifico curando a todo paciente que entra en su consulta. Los médicos tienen en su mano hacer algo mas. Se trabaja mucho desde la cura, y bastante menos desde la prevención. Un médico no solo tiene en su mano remediar enfermedades. También tiene la capacidad de evitar que las personas padezcan cualquiera de esas enfermedades. Tiene el poder de fomentar hábitos saludables, mejores formas de alimentarse, mas ganas por practicar algún deporte, puede ofrecer mil un motivos por los cuales la mejor idea es dejar los vicios innecesarios. Si no recuerdo mal, y si me equivoco,mil disculpas, en la medicina tradicional china, el médico que mas dinero gana no es aquel que mas enfermos cura, sino aquellos que tienen a mas pacientes en perfectas condiciones de salud. 

¿Pero solo los trabajadores sociales, los médicos y los maestros fomentan el cambio social? Ni mucho menos. Todos, sin darnos cuenta, fomentamos el cambio social. Cuando un administrativo realiza cualquier trámite, está facilitando que una persona consiga algo. Cuando un arquitecto diseña una casa, está diseñando un techo bajo el cual vivirán personas. Cuando un vendedor ofrece sus productos, facilita a sus clientes objetos o alimentos que pueda necesitar. Cuando un taxista o un conductor de autobuses se desplaza, ayuda a que todas las personas que están detrás sentadas lleguen a su destino. Cuando un barrendero limpia las calles, hace que ese lugar sea un poco mas habitable. 

En un mundo en constante competición, todos vivimos en cooperación. Todos hacemos algo que afecta a otros, y que puede ayudar a que esa otra persona haga mejor o consiga antes lo que quiere. Maldecimos nuestra rutina, pensando que no hacemos mas que conducir de aquí para allá, para plantarnos antes un ordenador y montones de papeles, para dar una clase que puede que aburra mas que sirva a mas de un alumno ( y mas si este alumno se acerca peligrosamente a la adolescencia), para ver planos y planos de edificios. Un día, y otro y otro. Dejemos de ver ordenadores, dejemos de ver papeles y planos, dejemos de ver aquellos que nos aborrece. Veamos personas. 

Propongo una cosa. Cambiemos el mundo. ¿ Típica utopía,no? El cambio es mucho mas sencillo de lo que parece. Cada cosa que hagamos, sea lo que sea, vamos a hacerla con mas ilusión, pasión y entusiasmo que nunca, y pensando que detrás de esa acción,hay un ser humano en el que vamos a provocar una reacción determinada. No importa si somos trabajadores en una oficina, en una empresa, en una pequeña tienda, en grandes almacenes,artistas sobre el escenario o sobre el lienzo, si nos dedicamos al transporte público o a mantener nuestro hogar en pie, que bastante trabajo implica ya. Hagámoslo con alegría.  

Es mas. No limitemos esto a nuestro trabajo. Ampliemos esto a todo lo que hacemos. Si podemos ir con la calle sonriendo,vamos a hacerlo. Si podemos dar los buenos días a todo el que pasa, vamos a hacerlo. Si podemos tener detalles con quienes nos rodean,vamos a hacerlo. Si podemos ser ejemplo, ayudando a alguien, cuidando a nuestra mascota, cuidando el medio ambiente, siendo la muestra mas clara de que aun hay motivos para ser feliz, vamos a hacerlo. Hagamos que nuestro día a día se convierta en ese motor que cambie las cosas. Hagámoslo. 

Recordemos que este mundo, en el que cada día hay mas distancia, en el que cada vez disponemos de menos tiempo para acordarnos de los demás, en el que vemos cada vez mas injusticias que parecen imparables, recordemos que hay seres humanos, que somos todos nosotros, seres humanos con poder y capacidad para darle la vuelta a la tortilla. Solo se necesita tener los ojos bien abiertos, muchas ganas y voluntad y coger la sartén por el mango. No es tan difícil, todo es posible. 

1 comentario:

  1. una reflexión muy importante, además de iluminadora ^^ muchas veces con pequeños gestos, se consiguen cambiar muchas cosas ... a lo mejor con una simple sonrisa, gesto o apoyo puedes hacer que una persona se sienta más reconfortada y afronte su día con otra actitud, pero también es verdad que hay que ser constante, hacerlo día a día y que tiene una dificultad muy grande, ya que muchas veces también depende de tu estado de ánimo y de muchos factores externos a ti ^^ pero que no quede por intentarlo =)

    ResponderEliminar