jueves, 26 de julio de 2012

La ciencia en entredicho




El mundo en el que vivimos cambia cada día. La ciencia avanza a pasos agigantados. Un siglo tras otro, se nos van revelando nuevos descubrimientos que cambian totalmente nuestras vidas. El progreso científico es imposible de frenar. 

Pero a veces pongo en duda la fiabilidad de lo que se descubre. Como estudiante de lo social, ciencia considerada inexacta, me surgen mil y un factores que podrían variar los resultados que, a día de hoy, todos consideramos innegables. 

En Trabajo Social estudiamos a un señor llamado Bronfenbrenner. Es el padre de las teorías principales que utilizamos en nuestra disciplina. Lo que dijo en su día fue que a los individuos nos influye absolutamente todo. Quienes nos rodean, quienes rodean a los que nos rodean, la edad, el momento histórico, las características personales...Todo, absolutamente todo, nos va formando como seres humanos. 

Cuando un nuevo descubrimiento en las ciencias exactas sale a la luz, nadie se plantea aplicar las teorías de Bronfenbrenner. Por encima de científicos, son seres humanos, también se han formado como personas a través de las influencias explicadas por Bronfenbrenner. Quizá, si indagáramos un poco mas en sus vidas, podríamos descubrir que hay algún factor que ha desembocado en lo recientemente descubierto. 

Todo científico crece dentro de una familia. Y la familia es quien te educa, principalmente. Tras la educación recibida, hay una herencia de valores. ¿Quién nos asegura que, todos esos valores transmitidos de padres a hijos no ha provocado un determinado hallazgo científico?  Si por ejemplo, me hacen creer que los hombres blancos son mas inteligentes que los hombres negros o asiáticos, dad por hecho que dedicaré todas mis energías en llevarme el gato al agua. 

He ahí una segunda cuestión que se me viene a la cabeza. Dentro de las investigaciones hay demasiados sesgos. Los científicos deben acotar su margen de actuación. No pueden recorrer el mundo entero aplicando sus teorías para asegurarse de que son infalibles. Siempre hay un sector de población, o alguna especie animal o vegetal que se escapa de someterse a investigación. ¿Cómo sabemos entonces que es universalmente fiable? 

Los científicos también viven en momentos históricos determinados. No podemos comparar el mundo de hace 200 años con el mundo en el que vivimos actualmente. Las nuevas tecnologías han evolucionado enormemente. Muchos de los científicos mas importantes de la historia se las tuvieron que ver con material muy rudimentario. Estoy convencida de que, conforme vayamos progresando en material para la investigación, unos descubrimientos irán tumbando a otros mas antiguos. 

Pero no solo hay que tener en cuenta el momento histórico. Basta con basarse en el momento vital personal del científico. Si a cada uno de nosotros nos afecta una disputa, una pérdida, si cada logro nos hace querer hacer mas, ¿por qué no considerar un proceso vital similar en los científicos? Todos pasamos por días en el que nos abandonamos, no nos molestamos en hacer nuestro trabajo lo mejor que sabemos. La vida es una montaña rusa, atracción en la que vamos todos subidos. 

Creo que no hay nada universal. No existe lo irrevocable. La especie humana es demasiado compleja como para estar capacitada para la perfección. El mundo cambia, crece, evoluciona, y nosotros con él. Quizá me equivoque, quizá haya cuestiones sobre los que sea estúpido preguntarse. Quizá exista lo innegable. Pero cada día que pasa, algo nuevo surge ante los ojos de la humanidad. Algo que contradice lo descubierto anteriormente. Incluso ante un mismo fenómeno, hay voces que afirman y otras que desmienten. 

Yo me dedico a lo social, a lo reconocido como inexacto. Quizá sean las ciencias sociales aún mas cuestionables que las naturales, de hecho, seguro que lo son. Pero al menos vivo casi en la certeza de saber que, lo que descubra individualmente en un solo ser humano, me valdrá para mejorar parte de su vida. Lo social no cuenta con el valor atribuido a lo natural, pero si hablamos de calidad de vida, tanto un tipo de ciencia como el otro cobran el mismo valor. La medicina no sería nada sin personas dedicadas a encontrar curas, pero si, desde lo social, no trabajáramos en educación, en vivienda, en relaciones sociales...la vida de las personas quedaría sorda de un pie. 

Nada es incuestionable. Solo nos queda vivir en el presente y tratar de descubrir aquello que nos hace felices tan solo en el día de hoy. 

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