lunes, 21 de enero de 2013

El lado bueno de la crisis

Aunque es evidente que nuestro país está pasando por uno de sus peores momentos, en los inicios de esta crisis me di cuenta de ciertos factores positivos de la misma. 

Todos conocemos esa famosa frase de que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Aunque no creo que sea cierta, sí que opino que nuestro concepto de necesidad debe ser revisado. Antiguamente, nuestras familias vivían con mucho menos y salían adelante. No necesitaban tanto como ahora. Es mas, incluso valoraban mas lo que tenían y les hacia mas felices. 
Actualmente, nuestras "necesidades" han ido aumentando. Cada vez necesitamos mas para vivir. 

La crisis ha hecho que tengamos que limitar lo que tenemos. Lo hemos limitado y muchos seguimos adelante. No hablo en nombre de aquellos que lo han perdido todo, pues como he dicho antes, lo que expongo ahora lo pensaba al inicio de la crisis. Quizá mucho de lo que teníamos no era realmente necesario. Hay formas alternativas de vivir mucho mas sostenibles e igualmente eficaces. 

Otro punto a favor de lo que nos ha pasado es que nos ha hecho ser mas solidarios los unos con los otros. Parece que tengan que forzarnos para ayudarnos mutuamente y las circunstancias lo han hecho. Como siempre suele ocurrir, los que padecen el problema son los que se ayudan, pues no vale la pena esperar que, quienes realmente pueden, nos ayuden. Ellos ni siquiera han notado el problema. 

Toda crisis puede entenderse, al mismo tiempo, como oportunidad. Lo malo nos puede traer cosas positivas que vale la pena aprovechar y valorar. Quizá esta crisis económica nos haya abierto los ojos ante la crisis de valores en la cual estábamos y estamos viviendo aún. No solo necesitamos tomar el rumbo de nuestra economía, también de nuestra sociedad. 

El punto en contra es que esta situación se nos escapa de las manos y no siempre somos nosotros los que podemos remediarlo. Al principio nos pudo venir bien, ya que nos obligó a limitarnos a lo realmente necesario y a ayudar a aquellos que estaban peor. Pero ahora ya no hay de donde recortar y estamos todos con el cinturón mas que ajustado. 

De lo malo a lo bueno y de lo bueno, otra vez a lo malo. Y esto parece un ciclo sin fin. Cuando todo esto pase, deberíamos esperar, no solo una mejoría económica. También de conciencia. Aprender a vivir con menos pero con lo necesario. Y no esperar a que llegue el hambre para arrimar el hombro. Todo tiene su lado positivo. De todo se puede aprender. 

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