viernes, 18 de noviembre de 2011

Amar, si, depender, jamás...




Hoy en día, todo lo social está protocolizado y limitado a la burocracia. Las intervenciones se basan en saber cuanto se cobra, si el piso es de alquiler o comprado, cuantos viven bajo el mismo techo...Y a partir de esos datos, se empieza a trabajar. Ya no dedicamos tiempo a conocer como se sienta esa persona, con que personas se relaciona mas, quienes le sirven de apoyo y quienes le suponen un lastre, que es lo que realmente le está impidiendo sentirse fuerte y liberada para empezar una nueva vida. Los profesionales de lo social, sobre todo en el ámbito publico, nos hemos olvidado o no encontramos tiempo para conocer algo fundamental: los sentimientos y emociones de la otra persona.

Muchas son las mujeres que sienten un gran amor que les ciega hacia sus parejas. Les aman tanto, que son incapaces de empezar una vida sin ellos. O peor, en una vida junto a ellos, no saben vivir sin ir al mismo compás. El amor va convirtiéndose poco a poco en una dependencia absoluta de la pareja.

No hace mucho, yo me planteaba una pregunta: ¿donde acaba el amor y empieza la dependencia? Muchas veces he oído a gente de mi edad ( 21 años tengo yo, año arriba, año abajo) manifestar que echaban mucho de menos a sus parejas cuando no estaban juntos físicamente. Quizá tan solo se trataba de una semana de vacaciones, tras esos 7 días se volverían a ver. Pero ese tiempo ya bastaba para sentir que se estaban alejando. Lo vivían incluso con una pizca de dramatismo.

Tras oír esto, yo dije que no me sentía asi, nunca me había sentido así a pesar de haber tenido pareja.Nunca he sentido que tener que estar unos días fuera, tener que estudiar o entrenar en vez de salir con él,  cumplir con una obligación o acudir en ayuda de alguien antes que pasar la tarde juntos, significara una muestra de abandono hacia él. Lo he vivido simplemente como un momento en el cual no puedo estar con él. Mas tarde estaré, no voy a dejar de amarle por no poder ponerme el cartel "Novia 24h" sobre la frente. La respuesta de   otra chica que también estaba allí fue:

Tranquila, ya llegará el momento en que te enamorarás tanto que lo sentirás... 

¿Por qué? ¿Por qué compartir mi vida con alguien ha de suponer no poder dedicarme a nada mas? ¿Por qué mi mente solo va a poder abarcar a una sola persona o una parte de mi vida? Desde luego, si el amor verdadero es así, servidora y su naturaleza multitarea lo tienen crudo...

Siempre he pensado que él solo es parte de mi vida, no mi vida en si. Hoy estoy con él, mañana puede que no lo esté, pero puedo seguir adelante igualmente. Las personas vienen y van, pero la vida continúa. Y es muy duro ver como muchas chicas no son capaces de vivir sin alguien en concreto. Parece que el mundo haya puesto el freno de mano, que todo haya perdido sentido, que ya no valga la pena seguir adelante. Nada sin él.

Y no hablemos de los casos en los cuales ella es la única que ama. Él se dedica a manipularla y convertirla en la muñequita sumisa perfecta. No recuerdo testimonio mas fuerte que el que oí un verano de una mujer que estaba siendo maltratada psicológicamente por su marido:

La verdad es que sé que ha hablado mal de mi, Cuando me cruzo con conocidos me dicen lo que él les ha dicho. Bueno, cuando me cruzo. Hay personas que, según el, es mejor no tener cerca. Él me dice que son una mala influencia para mi. ¿Sabes? me marca mucho en mi forma de ser, me dice lo que es bueno que haga y lo que no. A veces me duele, pero yo sé que lo hace por mi bien, lo hace porque me quiere...¿ no crees? 

Esa mujer ya no sabia hacer nada sin él. Dudaba incluso de como debía ser, como debía comportarse según la situación, ni con quien establecer relaciones. Lo que había en esa pareja ya no era amor, sobre todo por parte de él, evidentemente, pero ella ya no le amaba, simplemente le necesitaba para vivir.

Este caso está llevado al extremo. Pero existen otras muchas parejas en las cuales ella no sabe vivir sin él. No hace mucho, apareció en las noticias el caso de mujeres que, tras quedarse viudas, no podían seguir adelante.O parejas que están juntas, y son felices, pero tras años y años de convivencia han asimilado una forma de comportamiento en el cual una no funciona sin el otro. Y manifiestan abiertamente no saber como comportarse cuando él no está.

 Trato este tema porque incluso lo he llegado a trabajar para una de las asignaturas que doy este curso. Hablaba de las creencias. Y una de mis creencias mas centrales es el hecho de considerar que las pérdidas y separaciones son naturales y normales en la vida. Y no pasa nada, se puede seguir adelante. Esta creencia afecta a todas aquellas áreas en las cuales tenga relación con otras personas.

No es que no crea que las pérdidas duelen, Duelen y mucho. Tampoco os penséis que las personas que me rodean me dan igual, o no quiero ofrecerles cariño y afecto. De momento, no soy tan fría. Pero creo que son baches superables, que nos abaten en el momento, pero podemos volver a levantarnos.

En dicha asignatura, tenemos un profesor especializado en Terapia Gestalt. Para quien no sepa muy bien en que consiste, se trabaja mucho a la persona individualmente. Son terapias de mucho contacto. Una actividad muy común es representar situaciones con figuras humanas. Pues bien, un día a una compañera le pidió que le representará como seria una pareja. Ella escenificó un abrazo. Él la corrigió. En Terapia Gestalt, la pareja se representaría simplemente colocándose uno al lado del otro. Sin más, sin cogerse. Solo estando uno junto al otro. Mas de una ahora mismo estará pensando "que cosa mas seca y sosa de hombre...". Pero la verdad, cuando definió lo que era el amor, lo que era vivir en pareja, creo que fue una de las cosas mas bonita que he oído nunca:

La pareja la forman dos personas totalmente libres, que por voluntad propia deciden hacer ese camino juntos. Puede que un día ese camino se separe, y que cada uno tenga que seguir un camino propio. Pero no importa, pueden hacerlo, porque son libres, porque solo les une su libre elección de caminar juntos, aquí y ahora 

Amar nunca es depender. Es tratar de hacer feliz al otro. Es tratarle con afecto. Es respetarle y cuidarle. Incluso amar puede significar dar toques de atención, de los que molestan, pero de los que se aprende. Pero siempre de forma libre, cuidándose a una misma, porque hoy estamos juntos, pero mañana quizá ya no. Y la vida continúa.

2 comentarios:

  1. Cuánta razón tenés Martu, y qué poco nos damos cuenta aveces...

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  2. Pero, cuáles son los límites de la dependencia? Se puede seguir viviendo y echar de menos a tu pareja, puede que esas parejas que no existen a nivel individual sean felices de la forma que viven. Muy de acuerdo en muchas cosas, me ha encantado.
    Romi,tu prima es genial

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