lunes, 2 de enero de 2012

Propósitos


Mis queridisimas Princesas Imperfectas, ya ha pasado un año mas. Ya estamos en 2012. Hemos celebrado una vez mas nuestro típico ritual de comer uvas y lucir lencería roja. Y un año mas, hemos vuelto a proponernos retos para el año recién llegado. 

Parece que tenemos por costumbre dejar nuestros propósitos para aquellos días que suponen un inicio de etapa. Si queremos hacer régimen o hacer deporte, lo haremos a partir del día 1, del lunes, del mes de Enero o en Septiembre, después de vacaciones, que nos queda un año entero para volver a lucir tipazo tras los esfuerzos realizados en la operación bikini. 

Nos gusta empezar por el principio, con orden, como debe ser. O mas bien, aunque mas de uno/a no lo reconozca, mejor nos esperamos a otro día para hacer sacrificios, preferimos esperar hasta el último segundo para poder saborear nuestros últimos caprichos. 

Cuidar la alimentación, hacer ejercicio, dejar de fumar, aprender idiomas. Son los propósitos mas típicos, y sin duda, si los lleváramos a cabo, varios aspectos de nuestra vida se verían enriquecidos. Y lo escribo como suposición, porque, por lo visto, rara vez cumplimos lo que nosotros y nosotras nos hemos prometido. 

Incluso en las noticias lo han dicho. Nos falta fuerza de voluntad. El día 31 disfrutamos de los turrones como si fueran los últimos, como si de verdad fuéramos a ponerle fin a esa golosa vida que llevamos. Antes de las uvas, apuramos el último cigarro, deleitando a nuestros pulmones con las últimas dosis de nicotina de nuestra vida. Amanecemos el día 1 de Enero, y los churros con chocolate junto con el cigarro matinal no nos los quitan nadie. 

Y ahí se acabaron nuestras buenas intenciones. No cumplimos a la primera y desistimos en el intento. Todo ese razonamiento en torno al cual giraban nuestros propósitos y que demostraban claramente que cumplir con lo pactado iba a mejorar nuestro día a día, se esfuma con el primer error. 

Es curioso, pese a estar convencidos inicialmente de que lo que nos proponemos debemos cumplirlo por nuestro propio bien, en el momento que fallamos, dejamos de intentarlo. ¿Acaso a partir del día 2, del martes, o de cualquier otro día, nuestro cuerpo pierde la capacidad de adelgazar, fortalecerse o depurar todos los contaminantes que le hayamos introducido hasta el momento? Y dudo que seamos tan correctos y tan ordenados como para no querer empezar algo fuera de fecha. 

Mas bien creo, que todos los propósitos de Año Nuevo que nos planteamos y que no cumplimos se forman de palabras que acaban siendo llevadas por el viento, porque convencidos y convencidas, en realidad, no estamos mucho. Pienso que cuando alguien desea algo de verdad, lo intenta las veces que haga falta y sin limite de horarios. Realmente no deseamos lo que nos proponemos, tan solo suponemos, muy superficialmente, que seria bueno hacerlo, pero no pensamos que nos va la vida en ello. Y como no nos jugamos nada, lo dejamos pasar a la mínima de cambio. 

Y es una lástima. La calidad de vida no entiende de calendarios ni relojes. Solo entiende de personas que cada día desean vivir mejor y hacer que los demás les imiten. Ser mejores personas, estar cada día mas sanos, formarnos y crecer, son acciones básicas para ser cada día mas felices. La felicidad es una meta que podemos alcanzar cada día, cada minuto, cada segundo. Poniendo pasión y fuerza en lo que hacemos, levantándonos cada vez que caemos, volviendo a empezar. 

Hoy es día 2, y quizá ayer no cumplí a rajatabla lo propuesto, quizá incluso durante lo que llevamos de día haya cometido algún fallo, pero no voy a dejarlo correr. Se lo que quiero conseguir, se que soy capaz de hacer, se que debo ser amable conmigo misma, perdonarme los errores y convencerme a mi misma de que puedo y debo volver a intentarlo. 

Porque si mi vida comenzó un sábado, de madrugada y en pleno mes de Agosto, no veo porque mi caminar hacia la consecución de mis metas y deseos no puede permitirse el lujo de comenzar en este preciso momento. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario