viernes, 27 de enero de 2012

GRANDES PRINCESAS DE LA HISTORIA: Hatshepsut

Una de las más famosas y atractivas mujeres del Antiguo Egipto. El hecho de ser mujer la había destinado a ser solo la trasmisora de la realeza, una Gran Esposa Real.
El nombre de Hatshepsut era un título con el significado de "La primera de las nobles damas", que también se presentaba en su forma completa de Hatshepsut Jenemetamón, esto es, "La primera de las nobles damas, unida a Amón".
No se conocen datos exactos de su nacimiento, pero existen supuestos que dicen que nació en Tebas, a finales del reinado de  Amenhotep I. Ante la falta de descendencia del faraón, el sucesor designado era el padre de Hatshepsut, el futuro Thutmose I (Tutmosis I), quien para poder legitimar su inminente acceso al trono se había tenido que casar con la princesa Ahmose.
De este matrimonio nacieron, aparte de Hatshepsut, otros tres niños. Pero la alta tasa de mortalidad infantil hizo que sólo Hatshepsut y su hermana menor, Neferubity,  llegaran a edad adulta. Hatshepsut tuvo que tener otros medio-hermanos, fruto de las relaciones de su padre con esposas secundarias y concubinas. 
Su padre, el rey Thutmosis I fue el tercer rey de la gloriosa dinastía XVIII (hacia 1496-1483 a. C.). Todo parece indicar que no estaba destinado a reinar, puesto que su madre, una dama llamada Seni-Seneb no era Gran Esposa Real, ni parece que su antecesor en el trono, Amen-Hotep I, habría sido su padre.
Thutmosis I fue uno de los grandes reyes guerreros de la dinastía. Desposó a la reina Ahmes-ta-Sherit.  De la unión con dicha reina, nació Hatshepsut. Sin embargo, de otra esposa secundaria llamada Mut-Nefert, tuvo un también un hijo al que impondrían el nombre de Thutmosis, y que le sucedería a su muerte.
En principio, Hatshepsut fue tratada como la primera esposa de su hermanastro Thutmosis II, matrimonio consecuencia de una posible conjura palaciega. Su reinado duró poco más de tres años. No obstante, había engendrado en una concubina llamada Isis un hijo varón al que también se le impondría el nombre de Thutmosis, el tercer rey con ese nombre que vería la dinastía.
Cuando el rey Thutmosis II murió, la reina Hatshepsut, se encontró con todo el poder entre sus manos. El sucesor varón de rey difunto era un niño de corta edad, Thutmosis III, y ella era la persona que más legitimidad poseía para ejercer el poder sobre el trono.
A partir de éste momento, Hatshepsut, se convierte en reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Quinto gobernante de dicha dinastía, que reinó de 1479 a. C. a 1457 a. C. Gobernó con el nombre de Maatkara Hatshepsut, y llegó a ser la mujer que más tiempo estuvo en el trono de las "Dos Tierras".
Ayudada por el arquitecto real Sen-en-Mut, y el Visir del Alto y del Bajo Egipto, y Sumo Sacerdote de Amón, Hapu-Seneb, se hizo coronar como rey del Alto y Bajo Egipto. Igualmente, se hizo representar con barba, atributo propio de los reyes y se hizo declarar hija carnal del dios Amón, por tanto un ser de naturaleza divina, y diosa ella misma.  Probablemente, la idea era establecer una especial línea dinástica previniendo que su sucesora en el trono sería la princesa Neferu-Ra.
Se supone que esta princesa habría sido hija concebida del rey Thutmosis II, pero, todo indica que también podría haber sido fruto del amor de la reina con su gran favorito, el Mayordomo de Amón y Arquitecto real Sen-en-Mut. El amor entre estos dos personajes parece haber sido el fundamento del reinado de Hatshepsut. Para ella, Sen-en-Mut fue sin duda el sostén y el apoyo más importante en su ascensión hacía el trono de Egipto. El arquitecto Sen-en-Mut construyó para su soberana el templo más maravilloso que existe en todo Egipto, el Dyer-Dysesu, en Deir el Bahari. Allí se albergaban los misterios del nacimiento divino de la reina, engendrada místicamente por Amón en el vientre de su madre, la reina Ahmes-ta-Sherit. Allí se recogió también el relato del viaje al país de la Terrazas del Incienso, el mítico Punt. Allí, la reina Hatshepsut, se proclamó rey de Egipto por designación directa de su padre, el divino Thutmosis I, transformándose en una nueva diosa Hat-Hor con rostro de mujer y orejas de vaca.
Durante quince años de reinado en solitario el país floreció bajo su Majestad. Se construyeron templos a lo largo del todo el valle del Nilo, embelleciendo así al país. Se incrementaron las relaciones comerciales con preferencia a las actividades guerreras. Hatshepsut ha pasado a la historia como una gobernante pacífica, pero lo cierto es que hubo al menos seis campañas militares durante su largo reinado. Hay que destacar que la mayoría de éstas no pasaron de ser meras escaramuzas o actividades disuasorias cuya única finalidad era disuadir a los pueblos fronterizos de atacar a las ''Dos Tierras''. Su sobrino, coronado como rey, fue desposado con Neferu-Ra, y el gobierno de Egipto se ejerció en nombre de ambos.
Mientras Hatshepsut se declaraba soberana ejerciendo la realeza en el Alto Egipto, se mostraba a Thutmosis III como rey del Bajo Egipto.
Una vez concluida la construcción del templo del Deir el Bahari parece que su hija, la princesa Neferu-Ra murió. Esta terrible pérdida trajo consigo el cambio de los planes elaborados entre Hatshepsut y Sen-en-Mut. Hacía el año 22 en el reinado conjunto con Thutmosis III, todo parece indicar que la reina desapareció de escena. La causa de dicha desaparición podría haber sido su muerte.
Según los estudios, Hatshepsut acabó por morir en su palacio de Tebas tras un largo reinado de 22 años, abandonada por todos. Se ignora la edad de su muerte, pero se cree que debería oscilar entre los cuarenta y los cincuenta años. Hasta ahora no se sabía cómo murió exactamente, si fue muerte natural o durante un golpe de estado liderado por su hijastro, pero hay que decir que Tutmosis III era virtualmente el único rey, y que Hatshepsut se había retirado de la lucha.
Su tumba definitiva se encuentra en el Valle de los Reyes y está catalogada como KV20. La reina fue enterrada, conforme a sus instrucciones, junto a la momia de su padre, el prestigioso monarca Thutmosis I. Allí existen indicios que mandó ampliar la tumba de su padre para ser utilizada también para ella. El amor, admiración y la lealtad que la hija profesó al padre tuvo que ser tan grande que quiso permanecer junto a él toda la eternidad.
Pero sus cuerpos no permanecerían juntos demasiado tiempo. Es muy probable que Thutmosis III ordenase sacar el cuerpo de su antecesor Thutmosis I de dicho hipogeo, y excavar una nueva tumba, donde su padre fue definitivamente enterrado.
Durante la época ramésida, el nombre de Hatshepsut fue suprimido de las listas de los reyes de Egipto y su tumba, violada.
Cabe en lo posible que la reina y su favorito Sen-en-Mut hubieran estado juntos en dicho hipogeo, aunque no hay datos que lo prueben.
En todo caso, la memoria de la reina sobrevivió a pesar de que sus nombres fueron atacados y sus estatuas destruidas. El templo de Deir el Bahari proclama todavía el amor que unió a esta reina y a su favorito, el Mayordomo de Amón, Sen-en-Mut.
El interés que ha despertado Hatshepsut en la sociedad moderna es innegable, y las posiciones respecto a ella que tienen arqueólogos, historiadores o simples lectores no pueden ser más variadas. Hatshepsut se halla en la actualidad convertida en una maquiavélica usurpadora, en un animal político que no retrocede nada con tal de satisfacer su ambición, en una mujer que tuvo que elegir entre el amor y su reino, en una amante de la paz o en un modelo feminista, o todo esto a un mismo tiempo, dependiendo de la persona que opine acerca de ella.

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