lunes, 23 de enero de 2012

Contra las barreras arquitectónicas...creo...

Desde hace unas semanas estoy realizando llamadas telefónicas informándome de la adaptación de varias residencias para estudiantes y colegios mayores. En varios lugares la información que me han dado ha sido muy buena, y las personas con las que he tratado han sido muy amables conmigo. Pero hubo una llamada que despertó mi atención. 

Al preguntar si la residencia estaba adaptada para personas con discapacidad, la respuesta de la mujer que cogió el teléfono fue: 

"Bueno, tenemos ascensor..." 

Parece que al hablar de la eliminación de barreras arquitectónicas hablemos de ascensores, rampas y barras en los lavabos. Fin de la historia. Pero adaptar el mundo a una persona con discapacidad algo que requiere de una mayor observación en los pequeños detalles. 

En primer lugar, hablemos de las rampas. Parece que al hacer una rampa baste con crear una inclinación, sin mas. Pues bien, que el mundo entero sepa que hay rampas que parecen pistas de lanzamiento, como si las personas con discapacidad física quisiéramos saltarnos el paso de andar y echar a volar directamente. Quiero lanzar un mensaje desde aquí: A los queridos albañiles dedicados al negocio de las rampas, deciros que los discapacitados ya estamos enterados del gran logro que ha conseguido la humanidad llegando a la luna, no necesitamos comprobarlo por nosotros mismos, gracias.Con inclinar el escalón no basta, señores. Una rampa sirve de poco si la persona con discapacidad no puede bajarla o subirla por si misma por lo empinada que es. Hay que tener en cuenta este detalle. 

Luego los ascensores. Es evidente que si un edificio no cuenta con un ascensor, la persona con discapacidad no tiene ni que molestarse en asomar la nariz por la puerta. Pero no basta con ello. Cuando yo realicé la llamada, quería informarme si podía alojarme allí, con lo cual, tengo que tener en cuenta, como mínimo, si cuando llegue a la puerta de mi habitación voy a poder entrar o mi silla va a resultar mas ancha que el hueco de la misma. Si el lugar tan solo cuenta con ascensor y punto pelota, mas vale que deje de solicitar alojamiento y me limite a pedir un contrato como ascensorista. Bueno, que también puedo hacer que trasladen la cama y demás muebles al ascensor, ya que eso lo tienen...Aunque entre los trastos, la silla, servidora y el personal subiendo y bajando, podemos convertir el ascensor en el camarote de los hermanos Marx. No, no va a ser buena idea. 

Recuerdo de niña, en el colegio, participar en un concurso de la ONCE, y explicarles a mis compañeros cosas sobre las barreras arquitectónicas. Nadie se planteaba que una puerta podía suponer un obstáculo. Por un momento, no penséis en la típica persona discapacitada en su silla de ruedas normal y corriente. Imaginaos a una persona discapacitada que utiliza una silla eléctrica. Para empezar, no es una silla plegable, ha de pasar por la puerta tal cual. En segundo lugar, posiblemente la persona que vaya encima tenga bastantes problemas de movilidad, incluso puede que terceras personas necesiten grandes esfuerzos para moverla. El viejo truco de la sillita de la reina no nos va a valer en estos casos. Y aunque nos valiera, aunque esa persona con discapacidad tuviera una silla plegable, aunque pudieran cogerla y trasladarla...¿os imagináis tener que realizar esta operación cada vez que la persona desea entrar o salir de su habitación? ¿Es o no es una puerta muy estrecha un obstáculo? Aunque si me incluyen a dos chicos musculosos y guapos en el precio de la habitación, igual hasta me lo planteo, fíjate tu...

Luego tenemos las famosas barras del baño. Un gran invento, pero no todas valen. Las que se pueden mover son estupendas, ya que tu las pones o quitas según las necesitas. Pero en algunos baños, las barras las han puesto fijas. ¿Donde está el problema? Pues está en el hecho de que, dependiendo de donde las coloques, pueden resultar bastante molestas a la hora de moverte con la silla dentro del baño, ya que la silla y la barra a la vez no caben. 

En el baño podemos encontrar otra pega. La distribución. Ojeando fotografías de baños, algunos incluso servirían para clasificar a mas de un discapacitado para los Juegos Paralimpicos.Uno de ellos me llamó especialmente la atención. Tenia forma rectangular. Lavabo, váter y grifos de la ducha, colocados en el lado izquierdo. No tenia asiento, lo cual significa que habría que poner una silla dentro del plato de la ducha. Lo que significa, a su vez, que esta silla quedaría en el lado derecho, enfrente de los grifos. 

Empecemos con los problemas. Para pasarse de la silla de ruedas hay que ponerse junto a la silla de la ducha. Si tenemos un váter pegado a la ducha, espacio para la silla de ruedas, como que no hay demasiado. En el caso de habernos podido pasar a la silla de la ducha, y hemos dicho que ésta se encuentra en el lado derecho de la misma, mientras que los grifos están justo en el lado izquierdo, a bastante distancia, ¿se supone que tenemos que desplegar los "gadgetobrazos para ducharnos? Estaría muy bien poder sentarse y alcanzar los grifos desde el asiento. ¿Y si no hemos podido pasarnos a la silla de ducha desde la silla de ruedas? Habría que utilizar el váter para pasar desde ahí a la silla de ducha. Idea tonta, teniendo en cuenta que la dicha silla queda al otro lado. Ya se que es un poco confuso imaginárselo, pero basta con pedirles los planos a los arquitectos, dibujad una silla de ruedas y una normal donde buenamente quepan, y empezad a hacer combinaciones, a ver que se os ocurre. 

Como caso aislado, en una ocasión encontré en un hotel un baño bastante bien adaptado. Ancho, con silla en la ducha, barras para poder hacer la transferencia de silla a silla...Una vez mas hay un pero. El asiento estaba sujeto a la pared, era el típico banco que bajas para sentarte y al acabar, lo subes y queda todo mas recogido. La barra que tenia quedaba justo donde quedaba mi espalda. Era bastante incomodo, ya que tenia que ducharme algo agachada para no clavarme aquello. Además, no entendí nunca que la barra estuviera puesta ahí. Conozco muchos tipos de deformaciones, pero no conozco a nadie cuya discapacidad sea que le haya crecido una tercera mano por la espalda. 

No solo es importante eliminar las barreras arquitectónicas debidamente. Una vez hecha la rampa, el ascensor, el baño adaptado, hay que respetarlo. Como persona comprensiva y paciente que me considero, puedo entender que todos podemos tener prisa y aparcar de cualquier manera, frente a una rampa o en una plaza de aparcamiento para discapacitados. Pero la persona que llegue en ese momento y tenga una discapacidad también puede tener prisa, y ademas sufre el inconveniente de que no puede aparcar en cualquier sitio,porque necesita espacio para bajar su silla del coche, tampoco puede ponerse de pie, plegar la silla, bajar el escalón y volver a sentarse. Comprendo también que a veces salimos desesperados por hacer nuestras necesidades y entramos en el primer baño que encontramos libre. Pero a una persona discapacitada le puede pasar igual, y si encuentra el baño adaptado ocupado, tiene que aguantarse y esperar, porque tan solo suele haber un baño adaptado, y evacuar en los demás puede ser bastante peligroso para la crisma de uno, por no hablar de plantearse si la silla cabe o no cabe. Y los ascensores, señoras y señores, ya que se ocupan, al menos dejad que la persona que lo necesita de verdad pueda entrar. Por cierto, ¿ sabéis que subir y bajar escaleras es un ejercicio muy sano? Tampoco hace falta que subáis 7 pisos andando, pero si tenéis que subir, como mucho, un par de plantas... 

Y aquí dejo mi reflexión de hoy. Si a partir de ahora veo a gente conocida en actitud paranoica, midiendo los ángulos de las rampas, los anchos de las puertas, o vigilando como auténticos detectives si hay algún discapacitado al acecho para poder aparcar en cualquier lado o usar un lavabo adaptado, sabré que me habéis leído. 

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