jueves, 1 de diciembre de 2011

Alma de niño

He estado repasando mis correos. He ido borrando algunos, pero otros los he visto muy emotivos y que invitaban a la reflexión. He pensado que quizá estaría bien compartir algunos de ellos con todas vosotras ( y vosotros, que ya me voy dando cuenta de que tenemos público masculino aquí). El primero que quiero contaros decía así: 

Con los años vamos perdiendo la inocencia, que no es otra cosa que la sabiduría que nos regaló Dios. 

Al autor y orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado de un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño mas cariñoso. El ganador fue un niño de 4 años, vecino de un anciano cuya esposa había fallecido recientemente. El niño, al ver al anciano llorar en el patio de su casa, se acercó y se sentó en su regazo. Cuando su mamá le preguntó que le había dicho al anciano, el niño le contestó: 

"Nada, solo le ayudé a llorar" 

La maestra Debbie Moon estaba estudiando con su grupo de primer grado la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenia el cabello de color diferente al del resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado. Entonces, una niña del grupo le dijo: 

"Yo se todo de adopciones porque yo soy adoptada" 
"Que significa ser adoptado?"- preguntó otro niño. 
"Significa"-dijo la niña-"que tu creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre" 

Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela. Su mamá contaba que le niño había puesto su corazón en ello y temía que no fuera elegido. El día que las partes de la obra fueron repartidas, yo estaba en la escuela. Jaime salio corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y emoción. 

"Adivina que, mama"-gritó y luego dijo las palabras que permanecieron como una lección para mi- "He sido elegido para aplaudir y animar" 

Un niño de 10 años estaba pensando frente a una tienda de zapatos en el camino, descalzo, apuntando a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: 

"Mi pequeño amigo, ¿ que estas mirando con tanto interés en esa ventana?" 
"Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos"- fue la respuesta del niño. 

La señora le tomó de la mano y entraron en la tienda. Le pidió al empleado media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado le trajo lo que le pidió. Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda, le lavó los pies y se los secó. Para entonces, el empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dio al niño. Le acarició la cabeza y le dijo: 

"¡No hay duda, pequeño amigo, que te sientes mas cómodo ahora!" 

Cuando ella daba la vuelta para irse, el niño le agarró de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos, le preguntó: 

"¿Es usted la esposa de Dios?" 

Bonito, ¿verdad? 







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