miércoles, 6 de febrero de 2013

Libres y promiscuas

Uno de los campos en los cuales hemos avanzado las mujeres es en el del sexo. Seguimos reprimidas y sin poder disfrutar al máximo de nuestra sexualidad. 

Hará un par de días, surgió una conversación sobre cine porno. Hablando sobre una actriz, un chico dijo: 

- Yo no sé si saldría con una actriz porno...a saber lo que ha entrado por ahí... 

Estoy convencida de que existe una gran diferencia en la concepción de una relación dependiendo de si se trata de un hombre o una mujer. Si se trata de una mujer que sale con un actor porno, pienso que el miedo estaría mas en los celos que en pensar donde la ha metido. Sin embargo, en el caso de las mujeres, se tiende mas a pensar qué habrá entrado por ahí. 

Aunque han habido ciertos avances dentro del mundo de la sexualidad y cada vez son mas los expertos que nos insisten en las ventajas de tener una vida sexual activa, la realidad social sigue mostrando otra cara. Mientras que el hombre es objeto de alabanzas por su vida sexual activa, la mujer debe mantener muy oculta su sexualidad. Si nos ponemos a decir en alto qué hicimos la noche anterior, mas de uno se escandalizaría aún a día de hoy. 

Hace un tiempo vi en una red social un post alabando a las prostitutas. Se resaltaba, entre otras muchas cosas, su don de gentes, su capacidad de supervivencia y sobre todo, sus numerosas habilidades sexuales. Poco después, en un blog aparecía una entrada en la que hablaba de que todas eramos "putas", no solo refiriéndose al derecho a tener las relaciones que nos plazca, sino también a la frecuencia con la que nos referimos las unas a la otras con esta palabra cuando algo nos parece indecente. 

Y es que en numerosas ocasiones somos nosotras las que nos lanzamos piedras sobre nuestro tejado. Se habla mucho de la unión entre los hombres para poder conservar su supremacía. Las mujeres parecemos enemigas las unas de las otras. 

Para ser libres e iguales tenemos que abordar el tema del sexo como cualquier otro. No digo que necesariamente nuestras vidas sexuales se tengan que convertir en un no parar. La gracia del derecho está en que, si quiero, lo hago, si no, no. Pero si lo hago, que sea sin miedo a que me tomen por promiscua, sobre todo por parte de las otras mujeres de mi alrededor. 

Tenemos que empezar a entender que la necesidad de placer es inherente al ser humano. No es cosa de hombres. Si lo fuera, ¿por qué la Madre Naturaleza nos ha dado el clítoris a nosotras y no a ellos? Al igual que ellos presumen de ser unos superhombres cada vez que consiguen llevarse a una mujer a la cama, nosotras, si este es nuestro deseo, no tenemos porqué avergonzarnos si conseguimos pasar una noche de pasión. 

Nuestro cuerpo nos habla y nos pide momentos de placer. ¿Quién es la sociedad para negar algo tan natural como el placer sexual? Una vez mas, hemos creado tontamente una barrera que actúa en nuestra propia contra. 

Soy libre, pero no promiscua. Aunque si me lo quieren llamar, adelante. No me importa. Me importa mas saber que estoy satisfecha con mi cuerpo y mi vida, que sé satisfacer mis deseo y que eso me hace feliz. No hago daño a nadie haciendo lo que hago, y si a alguien no le gusta, que no mire. Mi cuerpo es mio y de él disfruto yo y quien yo diga. 

1 comentario:

  1. OLE

    Te hago una reverencia y la ola y lo que sea que haga falta. Ojalá hubiera más mujeres como tú, todo sería mucho más fácil.

    ResponderEliminar