lunes, 11 de febrero de 2013

Con mensaje escondido

La otra noche vi la famosa película "En busca de la felicidad". Muy bonita, cierto. Además, cuando acabas de verla, algo dentro de ti te empuja a luchar por lo que quieres y a esforzarte mucho mas. Pero, pensándolo mas tarde, le veo un gran fallo. Ofrece una versión muy materialista de la felicidad. 

El protagonista decide cambiar el rumbo de su vida en el momento en el cual ve a un feliz agente de bolsa aparcando su precioso deportivo rojo frente a su trabajo. Mira a su alrededor y ve a mas agentes con una sonrisa de oreja a oreja. En ese momento su vida va ya camino de la ruina: su negocio fracasa y su mujer está harta. Pero no es eso lo que de verdad le empuja a cambiar, ni siquiera el hecho de que su hijo tenga que acudir a una "guardería" de mala muerte en Chinatown, donde ni siquiera saben escribir la palabra "felicidad". El punto de inflexión llega con el deportivo rojo. 

Cuántas películas esconden un mensaje peligroso tras otro mensaje bonito. Siempre pienso en "La Bella y la Bestia". Esa película para niños nos repite una y otra vez que la belleza se esconde en el interior. Un mensaje muy necesario en esta sociedad tan superficial. Pero claro, hasta descubrir esa belleza interior te toca tragar carros y carretas. Bestia se dedica a tratar a patadas a todo el que se arrima a él. Si no es porque tiene cerca una rosa que le recuerda que tiene que espabilar si quiere volver a su estado normal, no hay forma de volverlo amable. 

Luego está Bella. Mira que la muchacha tiene virtudes: lee mucho, debe tener una gran inteligencia e inventiva, es paciente como la que mas. Pero, ¿qué resaltan de ella? Que es la mas bonita del pueblo. O sea, que una película que, supuestamente, debería acabar con la visión superficial de la belleza, comienza llamando Bella a su protagonista y destacando su belleza exterior. 

Cuando vemos una película de este estilo, de las que hacen pensar, siempre se te queda una sensación interna que te empuja a hacer algo. A luchar mas por tu metas, a ser mas generoso, mas paciente, cualquier cosa. Al igual que los mensajes positivos se cuelan en nuestro interior con facilidad, con los mensajes negativos puede pasar lo mismo. 

Muchas veces os he hablado de la socialización. Vuelvo una vez a decir que este tipo de mensajes son los que hacen, en parte, que la sociedad sea como es. Podemos hacer tanto una sociedad de luchadores como una sociedad de superficiales. Todo depende de los mensajes que enviemos. 

Aunque me pregunto si interesará crear una sociedad diferente a la que tenemos. Quizá, hacernos materialistas suponga hacernos mas consumistas, con lo cual, la economía seguirá su ritmo. Poderoso caballero es Don Dinero. 

Lo mismo puede pasar con las princesitas. Siempre les hemos inculcado eso a nuestras niñas. Y quizá tampoco convenga hacerles abandonar esa idea de abandonar la búsqueda de su príncipe azul. No sé si sabréis que una de las franquicias mas importantes del mundo se basa en esta idea. Dicha franquicia se dedica a crear spas para las niñas. Van a los salones, las peinan, les hacen la manicura y la pedicura, las maquillan, las invitan a una sala con disfraces, y luego pueden desfilar por una pasarela cuales supermodelos. Si la sociedad dejara de crear princesitas de 5 años, quizá negocios así no tendrían cabida. 

Se nos socializa durante toda la vida. Aunque seamos adultos y tengamos mayor capacidad de detectar mensajes peligrosos en esta sociedad audiovisual en la que vivimos, no siempre conseguir filtrar lo que nos llega. De hecho, a mi me costó detectar el mensaje materialista en la película de la otra noche. No sé si nos estarán haciendo mas materialistas o mas superficiales. De momento, conmigo van a conseguir que me mantenga siempre alerta cada vez que vaya al cine. 

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