jueves, 6 de septiembre de 2012

Peligro, vuelve el machismo

Increíble, una nadadora china ha conseguido batir en los pasados Juegos Olímpicos las marcas de todas sus rivales, y de muchos hombres. Las mujeres y los hombres siempre nos hemos diferenciado en fuerza física, pero visto lo visto, parece que también somos capaces de igualarnos en materia de actividades deportivas. 

Y no estoy muy segura de que a las personas de mentalidad machista les haga demasiada gracia todo esto. A raíz de los logros de esta mujer, surgió una conversación muy interesante. Las mujeres han dado un paso de gigante en cuanto a igualdad de género. Hemos avanzado tanto que algunas mujeres ya son mas competentes en distintas materias que muchos hombres. Eso resulta muy amenazador para la gente machista, que considera que hemos avanzado en exceso. Haber evolucionado tanto puede suponer una reacción muy negativa por parte de los hombres, que pueden contraatacar para poner de nuevo las cosas en el sitio en el que consideran que deberían estar. 

Lo que nos faltaba. Aún no hemos conseguido la plena igualdad y ahora tenemos que andar alerta por si la bestia se despierta y nos ataca de nuevo. Para empezar, creo que no se tiene en cuenta que las mujeres partimos de una situación de inferioridad, por lo tanto, necesitamos apretar mas los dientes para llegar al mismo lugar donde llegan los hombres. Hemos evolucionado mas por que era una necesidad vital hacerlo, ellos parten de una situación mucho mas aventajada, no han necesitado ascender de forma tan exagerada. 

¿Hay algo que les impide a ellos llegar donde hemos llegado nosotras? Las mujeres hemos sido relegadas al hogar, a la crianza de los hijos, sin trabajar fuera de casa, sin poder estudiar, incorporándonos muy poco a poco en el mundo académico y laboral. ¿Ellos tienen las mismas barreras que nosotras? Si son tan libres como cualquier mujer de acceder, por ejemplo, a la universidad, ¿por qué no lo hacen si tanto les preocupa el número de chicas que hay en las aulas? ¿Las mujeres hemos espabilado demasiado o ellos se han dormido en los laureles? 

No entiendo porque nos ven como una amenaza. Al fin y al cabo, solo queremos poder vivir con sus mismos derechos. No pretendemos estar por encima, tan solo que se nos vea igual que a cualquier hombre. En este punto, quiero hacer una aclaración. Lo contrario del machismo no es el feminismo, sino el hembrismo. Se conoce como hembrismo la idea de que la mujer es superior al hombre. Pero la lucha que vivimos hoy en día no es una lucha hembrista, sino feminista. Tan solo queremos ser como vosotros los hombres, no pretendemos pisotear a nadie. Además, me llama la atención que a otros muchos colectivos también se les ayuda con acciones de discriminación positiva y a nadie parece ofenderle. Pero llegamos las mujeres y el machismo pone el grito en el cielo. 

¿Qué debemos hacer ante la posible amenaza de un contraataque machista? ¿Dejamos de luchar y nos quedamos donde estábamos? ¿Seguimos luchando, utilizando como arma la fuerza de la razón contra la razón de la fuerza? ¿A qué nos vamos a tener que enfrentar esta vez? 

Puede que sea un tanto peligroso afirmar lo siguiente, pero ¿se sienten débiles las personas machistas ante quienes luchamos por la igualdad? Quizá por ello ven peligrar su bienestar ante nuestros progresos, porque en el fondo sienten que no van a poder igualarse en cuanto alguna de nosotras destaque. No solo hay que involucrarles en las mismas tareas que las mujeres, también es necesario hacerles entender que limpiar la casa o cambiar pañales no acaba con la hombría ni la masculinidad. Un hombre que cuida de sus hijos sigue siendo muy hombre. 

Ojo, el machismo no lo forman solo hombres, hay mujeres mucho mas machistas que muchos hombres. ¿Y con ellas, que hacemos? Porque la lucha por la igualdad siempre ha sido encaminada a trabajar con los hombres, pero el trabajo con las mujeres machistas anda un tanto descuidado. Solo nos falta eso, no solo luchar contra hombres machistas, sino además tener que luchar con éstos apoyados por mujeres machistas también. 

La igualdad está muy lejos aún. Hay que seguir trabajando en ello. Hay que prepararse para una segunda oleada de sumisión. Varios estudios ya han demostrado que nuestros adolescentes retoman las conductas machistas de antaño. El panorama se complica y la sociedad sigue muy ciega ante el problema. Pero como me han dicho mucho en clase, la verdad saldrá a la luz.

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