miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi cuerpo, solo mío

Se victimiza tan fácilmente... Es demasiado común aquello de tomar decisiones por los demás, como si las personas afectadas por dicha decisión no tuviera poder y/o validez para decidir sobre su propio futuro. Ante los ojos de los demás, los colectivos tradicionalmente "necesitados" somos niños de colegio sin madurez ni capacidad de decisión. 

De repente, surge la cuestión de la prostitución, debate tan antiguo como la misma profesión (si es que se le puede llamar así). Unos y otros discuten sobre si se debe legalizar o no, si se debe considerar un trabajo tan digno y tan válido como ser secretario, barrendera o un pez gordo de las finanzas. 

El mundo entero se pone de acuerdo cuando hablamos de trata de personas. Resulta inadmisible para cualquiera que otra persona se crea en posesión de un cuerpo ajeno y lo obligue a todo tipo de actos inhumanos bajo amenaza incluso de muerte. 

Pero, ¿y si no hay tal obligación? ¿Puede darse el caso de que haya personas (no solo mujeres, también existe la prostitución masculina) que ejerzan la prostitución libremente? ¿O por el hecho de que haya una mayoría de mujeres obligadas, ya no existen las mujeres libres?

Existen colectivos que defienden ambas posturas. Muchos inciden en el hecho de que tener que ganar dinero a costa de su cuerpo es un ataque directo a la libertad de la mujer. Defienden que hay formas mucho mas dignas de sobrevivir en este pobre mundo. Pero por otro lado, existen quienes defienden lo contrario. Conciben el sistema laboral como una prisión que las obliga a permanecer entre cuatro paredes para acabar ganando aquello que otros especifican en un contrato, en lugar de ser ellas quienes puedan decidir sus propias condiciones. 

¿A quién hacemos caso? ¿A quienes apuestan por la legalización o a quienes luchan por la abolición? Se decida lo que se decida, lo curioso del caso es que rara vez se hace escuchando a las propias afectadas. 

En cierto punto del debate, surge un matiz curioso. Una voz a lo lejos dice: "En su casa, que hagan lo que quieran, pero yo voy a luchar por el cierre de los clubs nocturnos y por que dejen de estar en las calles". ¿Es ese el kit de la cuestión? ¿Deja de verlas? Puede que lo que le moleste al mundo no sea que se esté abusando del cuerpo de la mujer, sino que se hace a vista de todo el mundo. En cuyo caso, ciertas opiniones podrían tornarse un tanto hipócritas...

Es que, claro, con niños delante...En una sociedad que escasea cada vez mas de valores, los padres andan (relativamente) cada vez mas preocupados sobre lo que aparece ante los ojos de sus pequeños. Pero me llama la atención que les resulte tan escandaloso que conozcan como es físicamente el cuerpo humano. Ya sé que esto no es una inocente clase de Ciencias Naturales. Lo que quiero decir es que, no es que les resulte impactante que su hijo conozca desde bien pequeño la crueldad de la raza humana, que se cree con derecho a hacer su santa voluntad con el vecino o la vecina. Les resulta traumático para ese niño ver el cuerpo desnudo de esa mujer. 

El debate queda abierto, siempre lo estará. Las opiniones están demasiado encontradas como para llegar a un punto común. Y como no son las protagonistas las que deciden, nunca llegaremos a la solución del problema. Quizá llegue un gobierno que imponga una medida u otra, pero esta medida, ¿cuánto durará? ¿una legislatura? ¿dos? Rojo o azul, solo ellos lo decidirán...


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